Bogotá, 25 may (EFE).- Las reformas para continuar con el crecimiento económico y avanzar en derechos, una polarización sin precedentes en el país y un descontento por las demandas sociales insatisfechas están entre los desafíos que tendrá quien gane las elecciones presidenciales colombianas.
Esta coyuntura, además, se enmarca en un desafío que se agudiza: el aumento de la violencia y la disyuntiva que se le presentará al próximo mandatario, sentarse a negociar con los grupos armados y la guerrilla o seguir con una aproximación de «paz con legalidad» que ha abanderado el actual Gobierno.
A esto se añade la presión para mantener el crecimiento económico -de un 10,6 % del PIB en 2021- que ha experimentado Colombia y su responsabilidad de adoptar medidas que garanticen su continuidad y a la vez dobleguen la curva inflacionaria del país.
En esta línea, «lo primero que tiene que hacer el próximo Gobierno es garantizar que haya recursos para poder hacer todas las reformas sociales», alerta el analista político Pedro Viveros en una entrevista con Efe, donde apunta a la necesidad de aprobar una reforma tributaria con la que, por el momento, todos los candidatos han mostrado estar de acuerdo.
Esta reforma debería ir acompañada de otra de las pensiones, dos grandes proyectos legislativos para los que el próximo presidente deberá buscar respaldo en el Congreso, donde se topará con otro desafío: la polarización, ya que hay «grandes divisiones», en palabras de Viveros.
Las demandas que los colombianos sacaron a las calles durante los dos últimos estallidos sociales, en 2019 y en 2021, siguen siendo una asignatura pendiente que el próximo mandatario deberá enfrentar, tratando de impulsar un «modelo productivo más inclusivo», que tenga en cuenta el tema de la tierra y de la seguridad alimentaria, explica por su parte el analista Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario.
EL FANTASMA DEL FRAUDE
Las elecciones se celebrarán el próximo domingo 29 y aunque el favorito en las encuestas es el senador Gustavo Petro, de la coalición de izquierdas Pacto Histórico, parece poco probable que logre la mitad más uno de los votos necesaria para ganar en primera vuelta, lo que obligaría a una segunda el 19 de junio entre los dos primeros.
El fantasma del fraude, que amenaza con presentarse de nuevo tras el asomo de las pasadas elecciones legislativas, puede afectar la gobernabilidad del ganador.
«Hay riesgo si no gana Gustavo Petro», ya que «las acusaciones de fraude en marzo» vinieron desde su coalición, agrega Basset.
Sin embargo, se espera que estos comicios no sean «tan complicados» a la hora del recuento, ya que en marzo se eligió a los miembros del Senado y la Cámara de Representantes, las curules de paz y candidatos de las tres principales coaliciones para aspirar a la Presidencia. «Solamente hay siete candidatos, va a ser mucho más fácil saber el resultado», asevera Viveros.
«En el fondo hay mucha incertidumbre sobre cómo podría ser en Colombia un Gobierno de izquierda», señala Basset, en referencia a Petro y su liderazgo en las encuestas, y sobre «qué tipo de desafío institucional plantearía».
La agenda en caso de la victoria de Petro giraría en torno a «cómo lograr que el sistema institucional colombiano (…) funcione con un cambio tan drástico con respecto a la cultura política del país», especialmente sin tener la mayoría en el Congreso, explica Basset.
En efecto, «Colombia es un país de centro, y es paradójico que los dos candidatos que lideran las encuestas sean el de derecha y el de izquierdas», añade Basset.
Esto es un fenómeno que trae aparejado «un desafío de gestionar la opinión pública y un descontento que se ha manifestado muy fuerte y que se podría volver a manifestar, en particular si gana Federico «Fico» Gutiérrez», añade Basset, en referencia al segundo candidato en los sondeos, del derechista Equipo por Colombia.
La campaña, además, ha traído de la mano «muchos temores exagerados y mucho entusiasmo exagerado» en un ambiente en el que se han visto involucradas «muchas emociones», según el analista.
OTROS DESAFÍOS
Ambos analistas también coinciden en la urgencia de promover un modelo energético más sostenible, así como en abordar el tema del narcotráfico y las drogas.
Otros retos de quien gane la Presidencia serán la implementación del acuerdo de paz, especialmente después del incremento de la violencia que ha vivido el país en los últimos meses y las críticas a la actual Administración por la ineficacia en su aplicación.
En el ámbito internacional, Venezuela será una de las piezas clave: restablecer relaciones completamente u optar por un proceso más gradual. En cualquier caso «hay casi un consenso y una voluntad de reanudar las relaciones al nivel de gestión de asuntos corrientes», concluye Viveros.