Redacción deportes, 21 may (EFE).- El esloveno Tadej Pogacar (UAE) no detiene su hambre voraz de victorias y se apuntó la quinta en la decimosexta etapa del Giro de Italia disputada entre Laas y Santa Cristina Valgardena, Monte Pana, de 118,7 km, jornada recortada por el mal tiempo en la que reforzó aún más la maglia rosa de líder.
Pogacar (Komenda, 25 años), entró en meta en solitario, contando con sus dedos helados una a una sus cinco victorias. Una «manita» del esloveno, implacable en su ambición, ganando en la cima del Monte Lana con su habitual autoridad. En su victoria profesional número 75, la 19 en una gran ronda, marcó un tiempo de 2h.49.37, a una media de 41.9 km/hora.
En un día infernal por el mal tiempo, lo que obligó a recortar 80 km de recorrido, eliminando la cima Coppi, Pogacar azotó a sus rivales como y cuando quiso. Esta vez atacando en la parte dura del ascenso, en los últimos 2 km, cuando cambió de ritmo para anular a los escapados y entrar en meta por todo lo alto. Le siguieron a 15 segundos el italiano Giulio Pellizzari (Bardiani) y el colombiano Daniel Felipe Martínez (Bora).
El colombiano fue el otro «vencedor» de la etapa tras aventajar a Thomas en un puñado de segundos que aleja al galés en 22 segundos en la lucha por el podio. En lo más alto del cajón sonríe Pogacar, con un colchón superior ya a los 7 minutos.
POLÉMICA SALIDA, LA NIEVE ANULA LA CIMA COPPI
Después de la eliminación anticipada del Stelvio, la cima Coppi se trasladó a la cumbre de Giogo de Santa María /Umbrail, otro puerto de categoría especial a 2.500 metros de altitud, pero la nieve y el intenso frío desató el debate en la teórica salida. La organización quería partir por el trayecto oficial, lo corredores se negaron a subirse a la bicicleta en esas circunstancias climatológicas.
Se eliminó también el Umbrail y el pelotón se trasladó a la localidad de Lasa/Laas para afrontar una versión de 118 km que poco tenia que ver con los planes iniciales. Los ciclistas, con su sindicato movilizado, volvió a ganar la partida a la organización. Ante todo, seguridad, y con nieve los protagonistas del Giro corrían peligro.
Finalmente, con frío, viento y lluvia, el pelotón se puso en marcha bien abrigado. Día de chubasquero y prendas de abrigo. Recorrido más suave, pero con un final interesante, duro, con el Passo Pinei (1a) y el Monte Lana previo a meta. No era día para ir despacio, el ritmo se animó de inicio, lo que no impidió que se formara la escapada de turno.
ALAPHILIPPE DE NUEVO AL COMBATE, MOVISTAR PERSIGUE
Se lanzaron a 90 de meta el doble campeón mundial Julian Alaphilippe, ganador de etapa además, Mirco Maestri, Davide Ballerini y Andrea Piccolo. Un cuarteto que desafió al pelotón desde lejos, llegando a abrir diferencias próximas a los 3 minutos.
Movistar se encargó de que la aventura no se hiciera demasiadas ilusiones y se puso a tirar del pelotón en la parte llana del nuevo recorrido. Bajo la lluvia, y en las inmediaciones del Passo Pinei, un puerto largo, de 23 km al 4,8 por ciento, la fuga estaba controlada a poco más de 1 minuto. Hasta meta perfil ascendente.
Alaphilippe asumió el protagonismo en solitario subiendo el Pinei, inasequible al desaliento el francés, empeñado en demostrar su mejor versión. Movistar perseguía a bloque pensando en la opción Quintana, el colombiano animado tras la segunda plaza en Livigno, solo superado por el gran Pogacar.
El trabajo de Movistar descolgó a Quintana a 4 km de la cima, quedando delante Einer Rubio y Pelayo, mientras que Pogacar y el UAE se limitaba a seguir rueda ajena. El asturiano se retrasó por problemas mecánicos y hubo de darse un «calentón» para volver al grupo.
POGACAR ASOMA AL FINAL PARA REMATAR LA FAENA, UNA MÁS
Alaphilippe, mientras, pasó en cabeza por la cima con escasos segundos sobre los intercalados Costiou, Scaroni y Pellizzari, y a 45 del grupo de la maglia rosa, ya dirigido por el UAE, siempre escoltando a Pogacar, impredecible sobre su actitud en la subida final a Monte Lana: atacar o no atacar.
Los últimos 6,5 km al 6,3 por ciento se endurecían en los últimos 2.000 metros. La subida a Santa Cristina Valgardena la desafió Alaphilippe de inicio. Poca diferencia, mucho coraje del mosquetero galo. A Pogacar solo le quedaba Rafal Majka ante un posible asalto a la etapa. Finalmente «Alaph» se dejó alcanzar y relegar por los perseguidores a 5 km de la cima.
Lo probable se hizo realidad a 2,5 km de meta, en la parte más exigente del ascenso. Pogacar, después del impagable trabajo de Majka, cambió de ritmo, aceleró y se fue volando hacia meta. Primero atrapóa los escapados que quedaban luchando a su suerte, y luego rematando la jugada ganadora.
Pellizzari soñó con la hazaña hasta que restaban 700 metros para la última línea, pero el italiano miró atrás, vio un gigante vestido de rosa y se vino abajo. Lo pasó Pogacar como una exhalación, y ya en la pequeña recta de meta se levantó el esloveno, sacó la mano y contó: una, dos, tres, cuatro ..y cinco. La manita se hizo realidad.
Pellizzari, al menos, pudo ganar a Martínez por el segundo puesto, pero además tuvo un trofeo inesperado. Recibió de regalo las gafas de Pogacar, del líder. Gran recuerdo. No se marchó de vacío.
Este miércoles se disputa la decimoséptima etapa entre Selva di Val Gardena y Passo Brocon, de 159 km. Gran etapa de montaña con 5 subidas, el Passo Sella (2a, 9 km al 7,3), Passo Rolle (1a, 19,8 km al 4,6), Passo Gobbera (3a, 5,7 km al 5,8), y un doble ascenso por el Passo Brocon, el primero (2a, 13,6 km al 6,5) y el segundo hacia meta (1a, 11,9 km al 6,4).
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