Un día el escritor venezolano Rufino Blanco Fombona estaba presenciando en Nueva York un espectáculo latinoamericano. Primero se presentó un grupo de Colombia, después uno de Panamá, luego uno de República Dominicana, hasta que le llegó el turno a Venezuela. El locutor anunció por los altavoces:
– Y ahora… una escena típica de Venezuela.
Se trataba de un supuesto joropo llanero, con unos trajes pegados y cortos, remedos de liquiliquis y alpargatas, y un amaneramiento que no tenía nada que ver con el carácter recio del llano venezolano. Entonces Blanco Fombona se levantó de su asiento y empezó a golpear con su bastón a todo el mundo, al director del grupo, a los bailarines, al locutor, mientras gritaba que eso no tenía nada que ver con Venezuela, que era un fraude. Hubo heridos, golpeados, desmayados. Tuvo que intervenir la policía pero, antes de que se lo llevaran preso, Blanco Fombona se dirigió al micrófono y dijo:
– Ahora sí acaban de ver una escena típicamente venezolana.
.