Como viene ocurriendo desde hace casi 50 años, cada conflicto bélico suele impactar los precios del petróleo y esto es precisamente lo que acaba de ocurrir. Nuevamente la siniestra fortuna de los países de la OPEP se hace presente. La invasión de Rusia a Ucrania disparó los precios de los crudos e inunda de petrodólares a los países exportadores.
EEUU anunció sanciones al petróleo y gas rusos, pero esta medida puede resultar contraproducente para sus propios habitantes y aliados. Debido al peso específico de Rusia en el mercado energético mundial, cualquier alteración de la oferta rusa inevitablemente se reflejará en los precios. Rusia es la sexta reserva mundial de petróleo y la primera de gas natural. Junto a Arabia Saudita y EEUU son los mayores productores de crudo. Es el segundo mayor exportador de petróleo y surte a UE, China y EEUU. Es el segundo mayor productor de gas y el máximo exportador.
La disminución de los suministros de Rusia ya está generando un gran impacto en los precios que rondan los 130 $/b. Estimaciones conservadoras proyectan en el corto plazo un incremento del crudo marcador Brent a 150 $/b. Si se endurecen y prolongan las sanciones, las proyecciones pueden superar el umbral de 200 $/b.
Podrá Venezuela aprovechar el alza de los precios del petróleo?
Según la OPEP, la producción de PDVSA está por debajo de los 800 mil barriles diarios. Los yacimientos están muy deteriorados y ni el Gobierno ni PDVSA tienen suficientes recursos para repotenciar la industria petrolera. Mientras se mantengan las sanciones, será sencillamente imposible atraer las inversiones privadas que se necesitan para aumentar la extracción de crudos y aprovechar la actual tendencia alcista de los precios del petróleo.
Recordemos que la Orden Ejecutiva 13.884 prohíbe a las compañías e inversionistas con intereses en EEUU hacer negocios con PDVSA. Esta medida restringe el acceso del gobierno venezolano al sistema financiero internacional y bloquea las propiedades e intereses del Estado venezolano en territorio de EEUU. El castigo se extiende a personas y empresas privadas que violen o intenten violar las prohibiciones incluidas en esta Orden. Al no poder distinguir claramente la naturaleza pública o privada de sus clientes, las compañías extranjeras y banca internacional temen ser víctimas de las sanciones y por eso deciden unilateralmente interrumpir sus negocios con personas y empresas de origen venezolano.
El costo electoral de las sanciones a Rusia
La Administración Biden prohibió las importaciones de petróleo ruso, equivalentes a 670 mil BPD. Los suministros de energía rusa están en riesgo y sin un rápido sustituto esto tendría un grave impacto en la generación de electricidad, trasporte terrestre y aéreo, y en la actividad económica en general, lo cual podría generar un alto costo político electoral a la Administración Biden y al partido Demócrata en las próximas elecciones. Por eso, una misión de alto nivel de Biden se reunió con Nicolás Maduro y planteó la posibilidad de flexibilizar las sanciones a cambio de que Venezuela suministre el petróleo que EEUU dejará de comprar a Rusia.
Chevron ha hecho mucho lobby ante el Departamento del Tesoro para que se le permita seguir operando en Venezuela y sería el primer beneficiario de este acuerdo al recuperar la extracción de crudos y reanudar las exportaciones de petróleo venezolano a sus propias refinerías, reemplazando el petróleo ruso. Otras refinerías en EEUU como Valero Energy, Citgo Petroleum y PBF Energy también podrían volver a utilizar crudos venezolanos.
Canje de sanciones por compromiso de no instalar bases militares rusas
Cuando la diplomacia es desplazada por el lenguaje de la guerra, las partes en conflicto exigen apoyo incondicional. Quien vacilé queda bajo sospecha. De la solidaridad de Maduro con Putin solo puede esperarse un endurecimiento de las sanciones financieras y comerciales de EEUU contra Venezuela.
Este escenario haría más difícil la recuperación de Pdvsa y la reactivación de la economía nacional, a menos que se avance en un acuerdo entre la Casa Blanca y Miraflores para levantar las sanciones a cambio de proveer a EEUU de petróleo venezolano y evitar así que se disparen los precios de la energía y los combustibles, cuestión que generaría un alto costo político electoral a la Administración Biden y al Partido Demócrata en las próximas elecciones.
Con las sanciones a Rusia, se empieza a agotar la bombona de oxígeno financiero del Kremlin a Miraflores. Incluso, los fondos de Venezuela pueden quedar retenidos en los bancos rusos que han sido sancionados y ya no podrán hacer pagos o transferencias a través del sistema SWIFT. Un canje de levantamiento de sanciones a cambio de suministro seguro de petróleo venezolano le permitiría a Biden alejar a Maduro de su alianza con Putin.
En este contexto, la empresa privada venezolana, las organizaciones humanitarias y de derechos humanos, y la opinión pública en general pueden asumir un papel más activo y protagónico para erradicar los daños colaterales e impactos no deseados que les han generado la sobreaplicación de las sanciones económicas. De cara a la solución pacífica del conflicto venezolano, estos actores no gubernamentales pueden plantear a la Casa Blanca un compromiso de nunca más plantear que todas las opciones están sobre la mesa –incluida la intervención militar- a cambio del compromiso de Miraflores de no autorizar ejercicios militares con tropas rusas en el territorio nacional, espacio aéreo ni aguas territoriales, ni mucho menos la instalación de bases militares rusas.
Un acuerdo de esta naturaleza conjurará el riesgo de convertir a Venezuela en un espacio del minado tablero geopolítico entre Rusia y EEUU. Escuche el análisis completo en el nuevo podcast de #PedagogíaEconómica: https://t1p.de/kyjy8
@victoralvarezr
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