Monseñor Estanislao Carrillo (1865-1953) fue Vicario General de Trujillo y ha sido considerado un gran humanista y educador trujillano. Se cuenta que siempre que escuchaba que alguien era buena persona decía de manera muy parsimoniosa: “Pónganlo a mandar para ver si de verdad es buena persona”….Monseñor Estanislao Carrillo era un gran conocedor de la psicología humana, porque cuando una persona llega a un cargo de poder demuestra si tiene valores éticos, humanísticos y democráticos realmente sólidos.
Sobre el poder corruptor del poder, es obligatorio recordar la famosa cita del historiador y político inglés Lord J.D. Acton (1834-1902) cuando dijo: “El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente” (1). En el caso de nuestro país, la corrupción administrativa representa una de las peores desgracias que vivimos y personajes de todas las tendencias políticas, en cuanto llegan a ocupar un cargo, se dedican a robar con un descaro impresionante. Pero eso también ocurre, aunque en un grado mucho menor, en otros países, como ha quedado en evidencia con los llamados ‘Pandora’s Papers’.
Por supuesto, una posible solución para que no haya corrupción, es que los gobernantes vigilen a los funcionarios subalternos para que no incurran en irregularidades administrativas. Pero entonces es inevitable recordar una célebre cita del poeta romano Juvenal (60-128) que escribió sus famosas ‘Sátiras’. Juvenal era misógino y en la Sátira 6 hace una crítica despiadada y exagerada a las mujeres de la Roma de su época. En una parte, se refiere a la recomendación de encerrar a la mujer y vigilarla con guardianes que la custodien, pero Juvenal sugiere la posibilidad de que esos guardianes sean sobornados por las mujeres que vigilan, y pregunta: “¿Quién será el guardián de los guardianes?” (líneas 347-348). Entonces, podríamos parafrasear a Juvenal y preguntar: “¿Quién será el guardián que vigilará y controlará a esos gobernantes guardianes para que no incurran ellos mismos en corrupción?”. La solución no es nada fácil y por eso es muy importante que haya separación de poderes y órganos de contraloría independientes de los gobernantes.
En nuestro país impera una cultura del dinero, el egoísmo y la corrupción, y es inevitable recordar al gran escritor francés Honoré de Balzac (1799-1850), que en su serie de obras ‘La Comedia Humana’ hizo una crítica demoledora de la mentalidad que se estaba desarrollando en la Francia de su época, cuando todas las relaciones humanas giraban en torno al todopoderoso dinero.
Veamos cuatro citas escogidas de obras de Balzac. En su obra: ‘El Médico de Aldea’ (1833), el médico Benassis dice: “La sociedad ahora no tiene otro sostén que el ‘egoísmo’. Los individuos sólo creen en sí mismos” (2). Asimismo, en su obra: ‘Una Hija de Eva’ (1838), Balzac se refiere al ambicioso joven Nathan y dice: “Es el hijo de este siglo (…) Quiere obtener la fortuna sin trabajo (…) Cuando tantos jóvenes ambiciosos han partido a pie, dándose cita en el mismo punto, existe una competencia de voluntades, miserias inauditas y luchas encarnizadas. En batalla tan horrible, la victoria es del egoísmo más violento o más hábil” (3).
En su famosa obra ‘Papa Goriot’ (1835), el siniestro personaje Vautrin le aconseja al ambicioso joven Rastignac y le dice: “Una fortuna rápida es la solución que en este momento tratan de encontrar más de cincuenta mil jóvenes que se hallan en tu misma situación (…) juzga por ti mismo los esfuerzos que tendrás que realizar y lo encarnizado que te va a resultar el combate. La situación impone que os devoréis los unos a los otros como arañas en un jarro (…) La honradez no vale para nada (…) La corrupción abunda, mientras el talento es raro. Por eso la corrupción es el arma de la mediocridad que abunda sobremanera y que encontrarás en todas partes” (4)…De manera similar, al final de su obra: ‘La Casa de Nucingen’ (1838) el personaje Blondet dice: “Las leyes son telarañas a través de las cuales pasan las moscas grandes y en las que quedan apresadas las pequeñas”.
¿No es verdad que en nuestro país hay muchos mediocres y corruptos que prosperan y ostentan su riqueza mal-habida con la mayor obscenidad?…¿No ocurre en nuestro país que el ciudadano sin poder puede ser sancionado severamente por cualquier nimiedad mientras a los grandes corruptos nunca les alcanza la ley?.
En general, en las dictaduras no hay ninguna posibilidad de controlar a los gobernantes porque hay una concentración de todo el poder. Por ejemplo, recordemos el gobierno dictatorial de José Stalin (1879-1953) en la URSS desde 1930 hasta 1953. El historiador ruso Roy Medvedev (nac. 1925) describe la mentalidad de los burócratas stalinistas: “Todo stalinista era, por lo común, un arribista que combinaba la arrogancia y la presunción con una dosis de inestabilidad e hipocresía. Muchos (…) necesitaban, además de autoridad, un lujo ostentoso, clara demostración de su poder sobre el pueblo. La mayoría de los stalinistas no dudaron en meter mano a las arcas del Estado, usándolas como si fueran de su propiedad particular” (5).
En la historia de las ideas políticas es obligatorio recordar la obra ‘La República’ del gran filósofo griego Platón (427-347 A. de C.), que considera que debe haber dos tipos de dirigentes o ‘Guardianes’: Los ‘Gobernantes’ y los ‘Auxiliares’. Los Guardianes Gobernantes deben tener un temperamento filosófico y son los que detentan el poder y toman las decisiones importantes. Los Auxiliares ayudan a los Gobernantes. Según Platón, los ciudadanos que van a ser Guardianes Gobernantes deben ser escogidos entre los que sean más dispuestos a dedicar su vida en aras de beneficiar a la sociedad. Para descartar candidatos inadecuados, Platón propone que durante su educación esos ciudadanos deben ser sometidos a ‘pruebas’ para ver si se dejan seducir y buscan su propio placer y beneficio. Entonces solamente los que no se dejan tentar y demuestran una completa devoción por el bienestar de la comunidad serían escogidos como Guardianes Gobernantes. Platón aclara que serían muy pocos los escogidos. Además ninguno de tales Guardianes Gobernantes podría poseer propiedad personal y sus hijos serían tratados igual que los demás niños de la comunidad.
A fin de cuentas, se trata de una cuestión de valores en la vida. Por ejemplo el gran filósofo griego Sócrates (469-399 A. de C.) demostró siempre un extraordinario valor ético y en la obra de Platón titulada ‘Apología’, Sócrates dice a los ciudadanos atenienses: “¿No os avergonzáis de preocuparos por la adquisición de riquezas y por vuestra reputación social y honor, cuando no os preocupáis ni pensáis en la sabiduría y la verdad y la perfección de vuestra alma?” (sección 29d).
Por otra parte podemos preguntarnos: ¿Hay que comportarse bien gracias a sólidas convicciones morales o hay que comportarse bien solamente por el temor al reproche y el castigo de la sociedad?….Platón aborda esta cuestión en su mencionada obra: ‘La República’. Glaucón dialoga con Sócrates, y saca a colación la historia del ‘Anillo de Giges’, según la cual, un pastor Lidio llamado Giges se encontró un día un anillo mágico que le permitía volverse invisible cuando lo giraba hacia el interior de su mano. Cuando lo giraba hacia el exterior volvía a hacerse visible. Entonces Giges, que anteriormente pasaba por ser un hombre honesto, no pudo resistirse a las tentaciones y aprovechó sus poderes mágicos para entrar en el palacio, seducir a la reina, asesinar al rey, hacerse con el poder y ejercerlo únicamente en su propio beneficio (Libro II, secciones 359d-360b). Entonces Glaucón asevera que todas las personas, inclusive las que pasan por ser honestas, se comportarían igual que Giges si encontraran un anillo de ese tipo. Por supuesto, Sócrates no está de acuerdo y se dedica a argumentar que la vida del hombre justo, aunque sufra adversidades, siempre es mejor y preferible a la vida de Giges, a pesar de las ventajas personales y sociales que éste último consigue. En consecuencia, cada persona debería reflexionar algo crucial: Si por casualidad encontrara ese tipo de anillo…¿Seguiría comportándose bien o se comportaría como Giges?.
También podemos recordar al filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) que en su obra: ‘Así habló Zaratustra’ (1883-1885) analiza lo que debería ser un ‘Superhombre’ y entre otras cosas Zaratustra dice: “Yo amo a quien se avergüenza cuando el dado, al caer, le da suerte, y entonces se pregunta: ¿Acaso soy yo un jugador que hace trampas?” (capítulo 4). Para Nietzsche un ‘Hombre Superior’ es aquel que en ningún momento piensa en aprovecharse de las circunstancias para obtener beneficios personales.
Por otra parte, el ejercicio del poder se presta para el ‘sadismo’. El término proviene del autor francés conocido como el Marqués de Sade (1740-1814), que en todas sus obras refiere situaciones en las cuales unas personas derivan placer al hacer sufrir a otras. Veamos tres definiciones de sadismo que da un importante diccionario: “1) La obtención de satisfacción sexual, o la tendencia a obtener satisfacción sexual, al causar dolor físico o emocional a otras personas. 2) La obtención de placer, o la tendencia a obtener placer, por medio de la crueldad. 3) Crueldad extrema” (6). Muchas personas creen que el sadismo solamente se manifiesta cuando un psicópata viola sexualmente a una mujer o a una persona menor de edad, pero vemos que el término ‘sadismo’ tiene implicaciones muy amplias que van más allá del ámbito sexual. Por eso, una persona que se aproveche de su situación de poder para hacer daño a una persona subordinada puede estar actuando de una manera sádica.
El escritor alemán Thomas Mann (1875-1955) que ganó el Premio Nóbel de Literatura en 1929, en su tetralogía ‘José y sus Hermanos’ (1933-1942) dice: “Las personas carentes de sensibilidad son las que cometen crímenes, ellas no reflexionan sobre nada (…) El mal es propio de los lerdos carentes de sensibilidad. Cualquiera que tenga trazas de sensibilidad debería evitar el mal (…) porque será castigado precisamente por su conciencia” (7). Thomas Mann toca algo importante: Toda persona a veces se comporta mal con otras personas, pero cuando tiene sensibilidad eso le ocasiona malestar y remordimiento de conciencia, lo cual contribuye a que no lo repita. Las investigaciones científicas confirman esa apreciación de Thomas Mann. El psicólogo británico Simon Baron-Cohen (nac. 1958) de la Universidad de Cambridge, ha estudiado durante más de 30 años el cerebro y la relación entre empatía y maldad. El planteamiento fundamental en su obra: ‘La Ciencia de la Maldad’ (2011), es que los casos de maldad y crueldad se originan en una incapacidad de ponerse en el lugar de la persona que está sufriendo.
En fin, el tema del poder, la corrupción y el sadismo, es sumamente complejo y requiere de una nueva sociedad, una nueva cultura y valores en la vida. NOTAS: (1) Carta al Obispo Mandell Creighton, de fecha 5 abril 1887 (2) Pag. 72 en ‘El Médico de Aldea’ y ‘Eugenia Grandet’. Clásicos Castell y Moretón, 1981 (3) Pag. 38 en Honorato de Balzac ‘La Comedia Humana’, Tomo IV, Colección Málaga, 1953 (4) Pags. 317-318 en ‘La Piel de Zapa’ y ‘Papa Goriot’, Edit. Bruguera, 1978 (5) Pag. 533 en Roy A. Medvedev (1977) ‘Que Juzgue la Historia’. Ediciones Destino (6) Pag. 1531 en ‘The American Heritage Dictionary’ (2000) (7) Pag. 54 en Anthony Grayling (2007) ‘The Choice of Hercules’. Phoenix