Madrid, 27 jun (EFE).- A Michel Platini nadie le ha quitado el honor de ser el jugador que más goles ha marcado en una fase final de la Eurocopa (9 en 5 partidos en 1988). Pero, sobre todo, es el primer futbolista que dirigió a la selección francesa hacia un éxito internacional. Después vendría Zidane, pero, el primero, fue Platini.
Hasta su irrupción a finales de los años 70, Francia apenas goxó de un instante de gloria con el que rozó un gran título. En el Mundial de Suecia 1958, alcanzó las semifinales y fue tercero. Just Fontaine, autor de trece tantos en aquel torneo, se quedó sin reinado. Se lo quitó en semifinales la Brasil de Pelé, que después ganaría el título.
Después de aquello, Francia prácticamente vagó por el desierto. Entre el Mundial de Suecia 1958 y el de España 1982, sólo participó en dos ediciones, Inglaterra 1966 y Argentina 1978. En ninguna pasó de la primera fase. En la Eurocopa, con la resaca de la generación de Fontaine, logró otro cuarto lugar en 1960. Después, no se clasificó para ninguna fase final hasta que organizó la de 1984 para ganarla.
De la mano de Platini, acompañado de una generación de grandes jugadores como Jean Tigana, Luis Fernández o Alain Giresse, el combinado galo dio muestras de que apuntaba maneras de campeón cuando recuperó el honor en España 1982. Volvió a ser cuarto, desplazado de la final después de un choque agónico ante Alemania en semifinales que se decidió en la tanda de penaltis.
Ya en la Eurocopa de Francia 1984, aquella nómina de grandes jugadores no fallaría para conseguir el primer gran título de la historia para su país. Parte de culpa, la tuvo Platini, un hombre a quien Zidane admiraba cuando era pequeño y que en aquel torneo tenía sólo 12 años.
Con una increíble lectura de los partidos, una visión de juego privilegiada y una inteligencia táctica asombrosa, Platini fue el cerebro de un equipo que no encontró rival durante toda la Eurocopa. Uno a uno, se fue deshaciendo de sus oponentes con Platini desatado en al arte del gol.
Primero cayó Dinamarca 1-0, con tanto del astro galo; después, Bélgica se llevó una goleada (5-0) con triplete de Platini; otra victoria, ante Yugoslavia (3-2) y de nuevo con tres goles de Platini, cerró la fase de grupos; en semifinales, otro gol de Platini en el minuto 119 de la prórroga sirvió para superar a Portugal (3-2); y, en la final, le tocó el turno a España.
El 27 de junio de 1984, hace exactamente 37 años, El Parque de los Príncipes de París se vistió de gala para ver la primera gran victoria de Francia. Costó. España fue un rival incómodo, correoso, peleón. Un incordio en toda regla. Pero, cosas del destino, en la jugada más absurda del torneo, se inició la victoria del equipo que dirigía Michel Hidalgo.
A los 58 minutos, Platini lanzó una falta al borde del área. Arconada adivinó la trayectoria, la pelota era fácil, pero, sorprendentemente, pasó por debajo de su cuerpo en un error que le perseguiría durante toda su carrera. De la forma más fea, después de cuatro actuaciones soberbias en los choques anteriores, Platini marcó para iniciar su reinado.
Con España volcada para conseguir el empate, Bruno Bellone, ya en el minuto 90, hizo el 2-0 definitivo. A Francia no se le escapó el título y Platini, que después cerró su ciclo con su selección con un tercer puesto en el Mundial de México 1986, se coronó como primer rey de Francia en sumar un título para su país. Después le superaría Zidane con el Mundial de Francia 1998 y la Eurocopa de Bélgica y los Países Bajos 2000. Pero, eso, es otra historia.
Juan José Lahuerta