Hace 3 siglos Inglaterra rivalizaba con España por el control de las rutas comerciales de América con Europa, para ello, el país inglés se valió de piratas y bucaneros para robar el oro que los españoles, a su vez robaban del nuevo mundo. No es de extrañar que sea el año se 1732 cuando se excava la primera bóveda del Banco de Inglaterra, producto de la rapiña colonial en nuestro mar Caribe.
Hoy en día la metodología para expoliar a las naciones de sus recursos ha cambiado, un banco central, un juez y una banda de corsarios políticos dispuestos a entregar los recursos de su nación, bastó para quitarle a Venezuela lo que es suyo por derecho propio.
Nuevamente el oscuro libro de John Bolton arroja luces sobre este latrocinio, cuando describe lo complacido que se encontraba el ministro de Asuntos Exteriores del UK Jeremy Hunt por congelar los depósitos de oro venezolanos en el Banco de Inglaterra en 2019.
En 2011 cuando celebramos los 200 años de nuestra primera Constitución, la celebración tuvo un acto de genuina independencia al repatriar 180 toneladas de oro, el 90% de todas nuestras reservas, en ese 10% restantes se hallan 14 toneladas de oro en el Banco de Inglaterra. No fueron abandonadas, (como dice la mediática internacional que pretende justificar el robo) se dejaron allí para futuras transacciones.
Londres es conocida como el Centro Mundial del Oro. El 1/5 del oro del mundo se deposita en el Banco de Londres. Es una estrategia de protección y resguardo que las naciones depositen su oro allí. Los bancos centrales de 30 naciones tienen cuentas/depósito en dicha ciudad. La ventaja del centro mundial del oro es que permite una transacción rápida a cualquier moneda para la compra de alimentos o medicinas a gran escala. La República Bolivariana de Venezuela abrió una cuenta en la entidad desde 2008 a 2018 sin ningún contratiempo.
Más de 400.000 lingotes o 5.000 toneladas se almacenan allí, en 320 años de existencia no había sido robado ni un solo lingote, pero solo bastó un año (2018 a 2019) para que Londres decidiera robarse 14 toneladas de oro venezolano, un total que oscila entre los 1.000 y los 1.200 millones de dólares.
Lo argumentos son no solamente débiles sino carentes de todo raciocinio. Primero el banco cuestiona el uso que tendrán los fondos, especulando sobre los mismos, algo que viola el derecho mercantil, pues es un juicio subjetivo atado a consideraciones políticas. En segundo término, los filibusteros venezolanos quieren equiparar el oro venezolano a los diamantes de sangre de Sierra Leona. Esto es algo tan mezquino que aquí ni siquiera el sarcasmo tiene cabida, «Oro Sangriento».
Al cierre de 2018, Venezuela cuenta con una reserva certificada de 2.235 toneladas de oro, de las cuales 1.400 toneladas son producidas mediante el proyecto ‘Siembra Minera’ (emprendido en alianza con capital privado). El resto se completa a través de las empresas del Estado y el trabajo de las comunidades mineras.
Vemos como en nuestros tiempos, los ingleses siguen siendo tan pillos como en antaño. Ya no realizan el saqueo de cabotaje en nuestras costas o esporádicas incursiones en nuestros puertos. Ahora desde cómodas oficinas, con un simple click en una pantalla dejan sin alimentos y medicinas a millones de personas. Con solo levantar un auricular se aseguran el saqueo de los recursos de un país.
Venezuela sigue en resistencia ante los mismos imperios de hace 3 siglos, Inglaterra hoy busca balcanizar a Venezuela para hacerse con nuestro esequibo, de la misma forma que pretenden quedarse con el oro de todos los venezolanos. Con la sofisticación de nuestros tiempos transfieren la comisión del latrocinio a los criollos entreguistas, aquellos que se vendieron antes de ser comprados. El destino de Venezuela es seguir luchando por lo que le pertenece y derrotando imperios en cualquier época.
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