Seúl, 11 ene (EFE).- Corea del Norte lanzó hoy su segundo misil en apenas seis días y reafirmó el mensaje enviado en Año Nuevo por su líder, Kim Jong-un, que destacó la necesidad de reforzar las defensas nacionales sin mostrar intención de retomar a corto plazo el estancado diálogo sobre desnuclearización.
Tanto el ejército surcoreano como las autoridades niponas consideraron que el proyectil lanzado hoy por el régimen al mar de Japón es un misil balístico.
«Nuestro ejército detectó un proyectil que se cree que es un misil balístico lanzado por Corea del Norte desde la provincia de Jagang (norte del país) hacia el mar del Este (nombre que recibe el mar de Japón en las dos Coreas) en torno a las 7.27 de hoy (22.27 GMT del lunes)», detalló en un comunicado el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano tras hablar en un primer momento de «proyectil no identificado».
DIEZ VECES LA VELOCIDAD DEL SONIDO
«El rango de vuelo del proyectil fue de más de 700 kilómetros, la altura máxima unos 60 kilómetros y la velocidad máxima en torno a Mach 10 (unas 10 veces la velocidad del sonido)», señala el texto, que añade que parece «más avanzado que el misil balístico que lanzó Corea del Norte el pasado 5 de enero».
Lo acontecido hoy resulta muy similar a lo sucedido tras el ensayo de hace seis días, y los expertos ven posible que lo que testado sea el mismo tipo de arma.
Tras el lanzamiento del 5 de enero, la inteligencia militar surcoreana tuvo en un primer momento dificultades para establecer el tipo de proyectil y después, al igual que Japón, consideró que lo disparado ese día fue un misil balístico.
En ese sentido, el JCS consideró lo de hoy una «clara violación» de las resoluciones de la ONU que prohíben a Pionyang testar misiles balísticos y aseguró que el ejército sureño puede «detectar e interceptar este proyectil», pese al rendimiento mejorado que mostró este ensayo.
Por su parte, y al igual que hizo la semana pasada, el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) sureño expresó su «preocupación» por el lanzamiento, que se produce a tres semanas de que arranquen los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín y a dos meses de las presidenciales en Corea del Sur.
Un día después de su lanzamiento anterior, el 6 de enero, Pionyang aclaró que lo disparado en la víspera era un nuevo misil hipersónico y afirmó que recorrió unos 700 kilómetros y fue capaz de hacer una maniobra de viraje de 120 kilómetros.
Seúl consideró después «exageradas» estas afirmaciones y aseguró que, aunque el proyectil mostró algunas de las características de un misil hipersónico, no puede calificarse técnicamente como tal y que Pionyang «todavía tiene que hacerse con la tecnología para un vehículo de vuelo hipersónico».
ARMAS DIFÍCILES DE DETECTAR
En cualquier caso, las armas que ha venido probando Pionyang desde 2019, incluyendo lo que calificó como su primer misil hipersónico cuando lo testó en septiembre del año pasado (el Hwasong-8), dejan claro que el régimen está desarrollando proyectiles que trazan trayectorias que dificultan la labor de los radares y suponen una amenaza potencial para los escudos antimisiles.
El de hoy es el segundo lanzamiento a modo de prueba que realiza este año Corea del Norte y llega diez días después de que Kim Jong-un pronunciara un discurso en el que subrayó la necesidad de fortalecer las defensas del país y en el que al mismo tiempo evitó enviar un mensaje conciliatorio a Seúl o a Washington.
El diálogo sobre desnuclearización entre norcoreanos y estadounidenses permanece estancado desde la fracasada cumbre de Hanói celebrada hace ya casi tres años y Kim ha rechazado hasta ahora las invitaciones de la Administración del actual presidente estadounidense, Joe Biden, para tratar de reactivar estas negociaciones argumentando que Washington mantiene una política «hostil» hacia su régimen.
Pionyang también se ha mostrado tibio con la propuesta de Seúl de firmar una declaración que ponga fin a la guerra entre las dos Coreas, que segó entre dos y tres millones de vidas durante tres años hasta que se detuvo en 1953 con la firma de un alto el fuego, no un tratado de paz.
Esto hace pensar que el principal interés de Corea del Norte pasa ahora por lograr el levantamiento de las sanciones que lastan su economía y que EE. UU. se negó a levantar en Hanói por considerar su oferta de desarme insuficiente.
La prueba de armas de hoy también se produce después de que en la víspera el Consejo de Seguridad de la ONU celebrara una reunión a cuenta del lanzamiento norcoreano del pasado 5 de enero.
El encuentro vino además precedido por un comunicado de EE. UU. secundado por Francia, Reino Unido, Irlanda, Albania y Japón en el que se tachó el ensayo de «amenaza significativa a la estabilidad regional» y se instó a Corea del Norte a dialogar.
Andrés Sánchez Braun