Santiago de Chile, 9 feb (EFE).- El presidente chileno, Gabriel Boric, definió este viernes al expresidente Sebastián Piñera como un líder que «abrió camino a una derecha moderna y democrática» y aseguró durante su funeral de Estado que el exmandatario fallecido en un accidente de helicóptero «jamás se restó a brindar consejo, a pesar de las públicas diferencias que hayamos tenido en el pasado».
«Fue un hombre que siempre puso a Chile por delante, que nunca se dejó llevar por el fanatismo o el rencor. Todos quienes estamos en política debiéramos tomar nota de estas virtudes», expresó Boric, antes de reconocer que llegar a la Presidencia le «ha permitido comprender mejor a Sebastián Piñera y a los presidentes que lo antecedieron».
Boric, que como diputado fue un férreo opositor a su antecesor, dijo que reivindicar su legado es «abrazar el entendimiento y actuar con sentido de urgencia y pragmatismo» y aseguró que «fue un líder resiliente, que supo cambiar de guión cuando era necesario».
«Sebastián Piñera sirvió con amor a la patria. Ya llegará el momento de ponderar las sombras y luces que tuvo como todo hombre público, pero hoy no es momento de aquello», añadió el gobernante.
Piñera gobernó en los periodos no consecutivos de 2010-2014 y 2018-2022 y, entre los aciertos de su legado, destacan la salvación de los 33 mineros atrapados durante más de dos meses en la mina San José o la adquisición temprana de vacunas contra el coronavirus durante la pandemia.
Uno de los puntos más oscuros de su gestión fue la ola de protestas de 2019, que dejó una treintena de muertos y señalamientos contra las fuerzas de seguridad por violaciones a los derechos humanos.
La represión de las marchas le valió una acusación en el Parlamento, que no prosperó, y la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía, una causa que la defensa de Piñera pidió el miércoles que se sobreseyera.
“Durante su Gobierno, las querellas y recriminaciones fueron en ocasiones más allá de lo justo y razonable”, subrayó Boric, en unas declaraciones que inmediatamente despertaron críticas en sectores de la izquierda más radical.
Tras un emotivo abrazo a la viuda y exprimera dama, Cecilia Morel, la ceremonia finalizó con una simbólica «guardia de honor» encabezada por el propio Boric y los expresidentes Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000) y Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018), quienes escoltaron durante unos minutos el féretro de Piñera, el primer político de derechas en llegar al poder tras la dictadura militar.
Ministros del gabinete de Boric, así como el resto de poderes de Estado, representantes de todo el espectro político también asistieron a la ceremonia. Quien finalmente no participó fue el expresidente Ricargo Lagos (2000-2006), que la semana pasada anunció su retiro de la vida pública y este viernes a primera se excusó por problemas de salud.
Después de este gesto, el cortejo partió hasta la Catedral Metropolitana, donde el arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, ofició una misa.
Posteriormente, la comitiva pasará por La Moneda (sede del Gobierno), donde la guardia de Palacio y el propio Boric le harán un último homenaje y terminará el recorrido en el cementerio Parque del Recuerdo, donde el cuerpo será enterrado en la cripta familiar.
Piñera, una de las mayores fortunas de la región, es el segundo expresidente que muere tras el retorno a la democracia en 1990. El primero fue en 2016 el democristiano Patricio Aylwin, líder de la transición chilena.
Su inesperada muerte ha provocado una profunda conmoción en el país y llevó a miles de ciudadanos a despedirlo en el velatorio público instalado en el antiguo Congreso de Santiago.
El helicóptero que Piñera pilotaba se precipitó sobre el Lago Ranco, un exclusivo balneario a más de 800 kilómetros al sur de la capital donde pasaba los veranos con su familia.
Las tres personas que viajaban con él, entre ellas su hermana Magdalena, consiguieron salvarse y la Fiscalía aún se encuentra investigando por qué la nave cayó al agua.
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