El bajo voltaje del fluido eléctrico en Rafael Rangel, va en detrimento de los usuarios estando los mismos expuestos a que se le sigan dañando los artefactos eléctricos, por los constantes bajones y subidas del fluido.
Esto también influye en que los tensiómetros que funcionan con electricidad no sirvan, pues no encienden ni los monitores de estos artefactos, modernos pero inservibles, como sucede en el hospital María Aracelis Álvarez, donde llegaban los pacientes en horas de la noche en busca de que les tomarán la presión arterial, pero las enfermeras y los médicos se excusaban al no tener fluido eléctrico suficiente que permitiera el funcionamiento de los monitores.
Hay que destacar que los tensiómetros manuales de los cuales habían muchos en el María Aracelis Álvarez, han desaparecido, no habiendo ninguna posibilidad de prestarle atención a los pacientes, que concurren en busca de este servicio.
Se observaban también los pasillos del Hospital a oscuras, pues ni los fluorescentes funcionaban. EV