Perú instala bases militares en la Amazonía

Para combatir deforestación

 

Perú inauguró este martes una base militar en medio de la Amazonía para llevar adelante una cruzada contra la minería ilegal, principal causa de la deforestación.

“El gobierno ha tomado la decisión política de estar presente en esta región para erradicar la minería ilegal”, dijo el ministro de Defensa, José Huerta, al instalar una primera base, de cuatro previstas, en la reserva natural de Tambopata, en la región de Madre de Dios, la capital de la minería ilegal en Perú.

La base fue instalada en un viejo campamento minero con casas de troncos y muros de nylon, abandonado hace dos semanas por sus moradores cuando comenzó la operación “Mercurio” contra la minería ilegal.

“Hemos venido a quedarnos todo el tiempo que sea necesario. Hemos estado en una primera fase de 14 días, ahora pasamos a la segunda etapa, según nuestros planes de seis meses, y luego de ahí haremos un reajuste”, señaló Huerta.

La ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, quien también participó en esta visita, destacó que Madre de Dios es una zona de alta biodiversidad y con gran potencial turístico, que “se ha explotado solo un poquito”.

Muñoz indicó que los turistas que visitan la Reserva Nacional de Tambopata, 1.000 km al este de Lima, “gastan más recursos que en Machu Picchu”, la ciudadela inca que constituye el principal atractivo turístico de Perú, cerca de la ciudad del Cusco (sureste del país).

 

Vigilancia con drones y satélite

 

Cuando cuatro helicópteros militares y policías aterrizaron en este lugar el 19 de febrero, encontraron un pueblo fantasma, pues sus 350 habitantes habían escapado horas antes. Sin embargo, dejaron un enorme desierto de arena en medio de la exuberante selva amazónica, debido a la contaminación con mercurio.

Cada base tendrá 100 soldados, 50 policías y un fiscal por un periodo de seis meses, según las autoridades.

“El compromiso del presidente (Martín) Vizcarra es estar presente acá hasta el último día de su mandato (el 28 de julio de 2021), de manera de que podamos entregar esta zona al Perú y al mundo totalmente reforestada”, dijo Huerta.

El ministro explicó que para patrullar en esta remota zona se usarán drones, un satélite peruano y una aeronave militar.

La operación contra la minería ilegal comenzó 13 meses después de que el papa Francisco llamara a proteger a las comunidades amazónicas y sus recursos naturales, durante su visita a Perú.

La minería ilegal, principalmente de oro, en selvas y ríos, causó la pérdida de más de 9.000 hectáreas de bosques amazónicos el año pasado, pero además genera otras actividades ilícitas como la trata de personas, el tráfico de mercurio, sicariato y prostitución, según las autoridades.

Todos los negocios de la aldea reconvertida en base militar eran ilegales, tanto cantinas, almacenes y licorerías como farmacias y prostíbulos.

Los militares están siendo desplegados principalmente en la zona de la Pampa, un área de Madre de Dios donde han sido devastadas unas 11.00 hectáreas, según las autoridades.

En esta zona laboran unos 6.000 mineros ilegales, unos con métodos artesanales y otros con maquinaria pesada, y en las cercanías se han formado pueblos sin ley donde viven otras 25.000 personas.

Recientemente, imágenes satelitales obtenidas por el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, en inglés) develaron una aceleración de la deforestación en la parte peruana del principal pulmón verde de Sudamérica.

La superficie de bosques que se perdieron en los últimos dos años en la Amazonía peruana es de 18.440 hectáreas, lo que “equivale a 25.000 campos de fútbol”, según el MAAP.

Con una superficie total de unos siete millones de kilómetros cuadrados, la Amazonía es una de las zonas con mayor biodiversidad en el mundo y su territorio está dividido entre nueve países.Brasil y Perú son los que poseen la mayor extensión.

Ante el avance de la deforestación, varias iglesias lanzaron en diciembre en Lima una iniciativa conjunta de defensa de la Amazonía, que también sufre estragos por mineros ilegales en Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil y Bolivia.

En la iniciativa participan evangélicos, adventistas, musulmanes, luteranos, bahai, así como líderes de pueblos amazónicos.

 

Salir de la versión móvil