Eduardo Viloria / DLA
En repetidas oportunidades hemos dado a conocer el pésimo funcionamiento de los servicios públicos en la tierra de Rafael Rangel, donde el racionamiento del agua a los hogares y la no recolección de los desechos sólidos, son los abanderados de esa anormalidad que no preocupa a los encargados de estos servicios, como es la municipalidad, esto porque la Alcaldesa local y los concejales, parece no se dan por enterados de esta anomalía que castiga al colectivo en general.
En la avenida 3 o calle San Juan por ejemplo; el camión recolector de desechos sólidos tiene este viernes 19 un mes que pasó, plazo que se extiende, al igual que el tiempo para la distribución de agua, que constituye otra calamidad.
Similar situación se ha presentado en Isnotú, la localidad que vio nacer al Beato José Gregorio Hernández, donde los plazos de recolección de basura son mucho más largos, por eso les extrañó, que el camión del aseo estuviera por una de las avenidas, dos días seguidos, jueves y viernes, tal como lo dijo Orangel García, vecino de Isnotú.
En estos días ni por ser tiempo de campaña electoral, donde renuevan las promesas, en su mayoría no concretizadas, han mejorado los servicios públicos, pues tal vez no les alcanza el tiempo a los que deben valer por estos valioso servicios, que permite que las localidades estén limpias de desperdicios, sin embargo, estas localidades están sin agua para hacer la limpieza respectiva y tener limpios los útiles de estos hogares, donde se hace sentir bastante la suciedad, producto precisamente de no tener agua.
Tanto en las tres parroquias unidas de Rafael Rangel como El Cedro, Betijoque y La Pueblita hacer falta que llegue el agua y recojan la basura, de manera más continua, igual en José Gregorio Hernández, que sufre por la misma calamidad, ausencia del preciado liquido y de los camiones recolectes de basura, que deben llevarse los desechos de los hogares de manera semanal, dijo Orangel García al despedirse del periodista.
La electricidad
No escapa de los pésimos servicios públicos, las fallas de electricidad, cortes intempestivos y fluctuaciones, que dañan los artefactos del hogar, sumamente caros en estos tiempos de crisis.