Desde hace varios días la gente está observando como han vuelto a proliferar los perros comunitarios (Callejeros) y algunos de estos se han tornado agresivos quizá por hambre o enfermos y sin que nadie les preste ayuda. Sabemos y así lo publicamos el mes de octubre cuando la Ing. Francelyne Pacheco, presidenta que Ayudanimal Boconó, dio a conocer que ha insistido en reunirse con las autoridades municipales, pero estos últimos hacen caso omiso olvidando que está entre sus obligaciones.
Ayer fue uno de esos días cuando algunas personas pudieron observar que uno de estos perros comunitarios trato de agredir a una señora que se desplazaba con su hija menor y de no haber sido por otras personas que pasaban por el lugar, tal vez la niña y su mamá, no hubiesen salido muy bien libradas.
Se comen los perros
Todos recordarán que hace unos meses hubo una denuncia por parte de una persona quien aseguraba que en Boconó se detectó que se habían estado comiendo los perros y no eran precisamente los “perros calientes”. Este comentario surgió porque en aquel momento, los perros comunitarios no se estaban viendo con frecuencia en las calles, pero en las últimas semanas, han proliferado calle arriba y calle abajo, buscando que comer o ser tratados por padecer alguna lesión ocasionada en peleas entre ellos mismos o quizá, porque algunas personas se las ocasionan, olvidando que existen severas sanciones para quienes infrinjan las leyes y ordenanzas de protección animal.
También el mes pasado, la Ing. Pacheco de Ayudanimal Boconó, manifestó que: Seguimos insistiendo y así estamos desde hace 5 años en las ordenanzas locales por parte de la municipalidad. Hemos propuesto reunirnos con el Alcalde y los miembros de la Cámara Municipal, porque requerimos del aspecto legal que nos permitirá ejercer un mejor trabajo para beneficio de toda la sociedad y con ello de alguna forma le estamos reduciendo la carga a las autoridades que son los que tienen la obligación, pero hasta ahora no han hecho nada, mientras el caso de los perros comunitarios, sigue latiendo en las calles por falta de autoridad.