Pacientes renales y que se encuentran bajo tratamiento de diálisis, han buscado ayuda de las autoridades para recibir las facilidades propias de su tratamiento, el cual no se puede interrumpir por las consecuencias que ello implica. Ellos entienden perfectamente las limitaciones preventivas impuestas por la cuarentena social, la cual fue decretada por el gobierno nacional con motivo de la declaratoria de Pandemia Mundial por parte de la OMS como consecuencia del Covid-19.
Uno de estos pacientes, es el colega Periodista José Francisco “Copico” Quevedo Arabia (55), oriundo de Boconó y actualmente paciente de hemodiálisis en Trujillo capital.
Entre lagrimas nos comento que hace 5 años, le diagnosticaron riñones poliquísticos (Quistes en los riñones), problema que heredo de su señora madre (QEPD); al igual que otros hermanos, que recibieron el mismo diagnóstico, unos vivos y otros ya fallecidos, producto de esta enfermedad que se transmite de generación en generación. Nos dijo que en su caso particular, le fue diagnosticado cuando contaba 50 años. Desde entonces, empezó la diálisis en la unidad de Boconó bajo el criterio muy profesional de la Nefrólogo Marisol Gudiño.
Cambio muy radical
Mi caso cambio de forma muy radical, hace 3 años – Explicó – Me empecé a dializar en Trujillo capital, debido a que presente un cuadro de “hepatitis“ que me enmarco en un cuadro clínico positivo y en Boconó no existe una máquina con esas características. Debo explicar que en Boconó existen 15 máquinas negativas de alta tecnología y dirigidas por el Dr. Gonzalo González quien es el encargado de Diálisis Boconó.
Para la fecha en que me retire, éramos 80 pacientes que nos dializábamos y las máquinas son suficientes porque la hemodiálisis se hace en 3 turnos: El de las 6:00 am; hasta las 10:00 am. A la misma hora comienza el segundo turno que sale a las 2:00 pm para que entre el último grupo hasta las 6:00 pm.
Como te decía, en mi caso me fue requerida una hematología, que me hicieron en un laboratorio especializado en esta patología en Caracas. En la misma, se reflejo que estaba padeciendo una hepatitis B y para continuar dializándome tenía que dirigirme a Valera o Trujillo porque en Boconó no se contaba con máquinas positivas. Efectivamente comencé en La Andinita de Valera, donde realmente fui muy bien atendido y por lo cual les estoy muy agradecido; pero posteriormente y por razones de logística, me traslade para Trujillo desde hace 4 cuatro años. Al respecto y también debo decir que el trato es muy diligente y la diálisis me la cumple un personal con gran esmero y ética, lo que les reconozco y agradezco.
No obstante lo anterior – Con voz entrecortada por el llanto – nos manifestó “Vivo un viacrucis producto del sufrimiento con el que estoy cargando por lo que no le deseo esto a nadie, porque trasladarse a Trujillo – discúlpenme la acotación, es una verdadera odisea – para una persona que viaje para hacer diligencias, no se diga de un paciente de hemodiálisis por el problema del transporte”. Antes salía un solo autobús y ahora no sale ninguno, por lo que también tenía que andar con el dedo gordo levantado para recibir el apoyo de amigos que a Dios gracias no me faltan y me daban la cola de ida y vuelta”.
No me la realice
Por cierto, el sábado pasado no me la realice, motivado a la cuarentena social que vive el país y no me fue posible cargar combustible, por lo que perdí mi diálisis. Esto como es sabido por los entendidos, origina problemas de hipertensión e intoxicación al paciente, porque se alteran los valores.
Esa es la razón por la que el paciente no puede perder ninguna de la diálisis programada. En mi caso, entro de 10:00 a 2:00 pm y luego retorno a Boconó manejando, porque soy un paciente estable. Pero de ser un paciente diabético o que presente otra patología, si estuviese más limitado. Allí tendría que recibir el apoyo por parte familiar, como efectivamente lo recibo, pero que actualmente no es necesario para viajar. Hay pacientes que llegan y retornan en ambulancia desde la hemodiálisis. Otros en sillas de ruedas o andaderas, porque aunque la hemodiálisis no es fuerte, padecen otras enfermedades que el paciente refleja como es el caso de los diabéticos que van perdiendo la visión y otros daños irreversibles
No lo deseo a nadie
Manifestó que habiendo alcanzado un 60% de la obra, se han hecho diligencias para lograr que sea concluida la unidad de diálisis Boconó.
Así lo da a conocer “Copico” Nos hemos dirigido a los diputados que hacen vida política en nuestro país y el Estado, representantes directos de los Boconeses como: Yorman Gudiño y Gioconda Quevedo, así mismo al acalde Luís Hidalgo y la primera combatiente del Estado Dra. Jacqueline de Rangel de Fundasalud. Así mismo al seguro social en Caracas para ver si donan una maquina positiva para Boconó. Toda hemodiálisis debería contar con una maquina con estas características, pero lamentablemente en Boconó, no se cumple, porque según los directivos locales, presuntamente no harán esa inversión.
Igualmente hemos hablado de la unidad de diálisis del hospital Rafael Rangel (HRR), como funciona en el Hospital José Gregorio Hernández de Trujillo. La construcción de la unidad en Boconó, se encuentra abandonada y así lo hemos dicho a la esposa del gobernador, pero ella nos respondió que no existía un proyecto para una unidad de diálisis para el HRR. La sede en construcción se encuentra abandonada, sirviendo de residencia para indigentes y perros, aunque existe un proyecto que dio origen a la obra. También hubo un proyecto de movilizar la unidad de diálisis a un espacio del HRR, lo cual no se pudo y en resumidas cuentas, la hemodiálisis con máquina positiva no existe y la que está cuenta con 15 máquinas negativas.
Con la ayuda de Dios y mientras podamos, seguiremos adelante con nuestros propios recursos o como dije al comienzo, impulsado con el dedo gordo de la mano solicitando el favor para ir y venir con mi actual vehículo o con los amigos que lo posean, porque el transporte público es muy difícil. Saquen la cuenta que es difícil viajar a Trujillo para hacer alguna otra diligencia, que será para un problema de salud y concretamente un paciente renal, por lo que esto, no se lo deseo a nadie.
Gracias a Dios
Mensaje final de Francisco “Copico” Quevedo: Los pacientes de diálisis, damos gracias a Dios Misericordioso, por permitirnos seguir viviendo. También agradecemos, pero al igual, les pedimos, que nos miren con más clemencia: Nuestro gobernador y su esposa; diputados, alcalde, concejales y demás entes públicos. Que mancomunadamente gestionen el 40% de la unidad de diálisis, paralizada desde el 2012.