Perdido en el abandono monumento a JGH

Perdido en la maleza el monumento de JGH.

 El monumento a JGH que esculpió Marisol Escobar, especialmente para Isnotú, cuando aún el Venerable era Siervo, está lleno de maleza con una ranchería a la entrada colocados por la inconsciencia de vecinos cercanos al lugar, pisos y escaleras de cemento destrozadas, daños de los cuales no se dan por enterados las direcciones de Turismo de la Gobernación y de la Alcaldía, si es que existen y tienen director

En la primera entrada a Isnotú, entre el Grupo Escolar Samuel Darío Maldonado y el parque Esteban Valera, se encuentra el Monumento de Marisol Escobar, esculpido especialmente para Isnotú, colocado a instancias  de la gestión del Ministro de Obras Públicas de aquel entonces Arnoldo Gabaldón, obra que se encuentra perdida en el abandono y la desidia de los despachos oficiales a los cuales les importa poco el patrimonio local, en este caso la dirección de turismo de la Gobernación del estado y de la Alcaldía de Rafael Rangel, si es que existen pues desde hace tiempo por el lugar, casi no pasan vehículos por el mal estado que presenta la carretera, que lleva al turista a la tierra del Venerable de Venezuela, Isnotú, donde nació un 26 de octubre de 1864, el Santo de todos los venezolanos, JGH.


Vía en malas condiciones

La carretera, primera entrada a Isnotú, también está llena de huecos.

Al mal estado de la primera entra de Isnotú hay que añadir el deterioro en general que tiene la carretera, localizada esta vez después de la segunda entrada, destino a Betijoque, donde la calzada de la vía ha sufrido severos daños por el colapso de un alcantarillado, daños no asumidos como emergencia por los organismos de infraestructura, que no hacen nada por corregir la irregularidad.

 

 

 


La ranchería

El adorno principal, ranchos ubicados a la entrada de la pequeña plaza donde está el monumento.

En la primera entrada a Isnotú también existen varios ranchos en deterioro, conociendo ahora el lugar del Monumento de Marisol Escobar como los ranchos, de lo cual tampoco se dan por enteradas las autoridades de turismo de la entidad de este esperpento, que afea el lugar.

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