El municipio Uribante, donde se encuentra el Complejo Hidroeléctrico “Dr. Leonardo Ruíz Pineda”, conocido como la represa Uribante – Caparo, también sufre cortes eléctricos frecuentes y apagones de hasta tres días consecutivos, que los mantiene en riesgo de pérdida de los productos agrícolas que son enviados para el consumo nacional.
El alcalde del municipio Uribante, Olinto Contreras, manifestó el pasado lunes 18 de abril en rueda de prensa que no entienden cómo un pueblo que sacrificó las mejores tierras, las más productivas de la zona para que se construyera la represa, no tenga ningún beneficio.
“Hace como 22 días atrás durante tres días estuvimos sin el servicio eléctrico. En coordinación con el Gobernador del estado, con Corpoelec y apoyo del comercio nos dirigimos al sitio y verificamos unas fallas en los conectores de seis torres. Llegamos a la conclusión que el problema que se estaba presentando en ese momento era la falta de mantenimiento y la falta de inversión a las torres, que de una u otra manera llevan el tendido eléctrico de la represa a nuestro pueblo de Pregonero y a otras regiones de la zona. Eso se solucionó en el momento, pero nosotros aun siendo el pueblo de la represa, formamos parte del cronograma de racionamiento. Tres horas se va, tres horas llega, cuatro horas se va, dos horas llega”, explicó.
Asegura que las pérdidas son incalculables, pues a la ciudadanía se le han quemado los artefactos eléctricos, neveras, equipos de sonido y televisores, además de que los productores no pueden sacar sus cosechas, y el queso se daña por falta de refrigeración.
“La parroquia Potosí quincenalmente produce más de 16.000 kilos de queso, solamente la parroquia Potosí que es donde está el embalse, y esa gente también sufre los embates del sistema eléctrico, las pérdidas son incalculables”, dijo.
Contreras indicó que no ha habido lluvias en Uribante como en el resto del Táchira, y espera que de volver a llover con frecuencia el embalse pueda recuperar los niveles en unos dos meses, sin embargo destacó que cuando fue construido el complejo hidroeléctrico se manejaba también la sequía y no por esto se iba la electricidad.
“Hay una realidad que no podemos esconder, la represa cuando fue hecha, fue diseñada también para los momentos de sequía. No entendemos por qué, no es la primera vez que la represa baja su nivel, no es la primera vez que la Iglesia de Potosí está completamente a la visual de todos. En el momento que se hizo la represa todo eso fue calculado, momento de lluvia, momento de sequía. Lo que si entendemos es que es falta de inversión, falta de mantenimiento”, acotó.
Al ser consultado sobre la supuesta fuga de agua que hay a través de una de las compuertas de la represa, el alcalde Olinto Contreras explicó que encargados de la misma le han dicho que hay una fuga, y que van a comenzar a hacer los trabajos para verificar si es así y detenerla, pero todo dependerá también de que llene un poco el embalse.
Denunció que en la localidad de Siberia, ubicada en los alrededores del complejo hidroeléctrico hay saqueos que están afectando la localidad. Ha sido saqueado el hospital y los centros de operaciones por sujetos no identificados.
Gasolina
A las fallas eléctricas el alcalde de Uribante le suma que no se está suministrando el gasoil como lo requieren los productores agrícolas, por lo que ha propuesto a la Mesa de Combustible del Táchira que les envíen al menos tres gandolas de gasolina y una o dos de gasoil, con el fin de poder cumplir con el traslado de los alimentos al centro del país.
“Está entrando una gandola al mes de gasolina, de gasoil tenían cuatro meses que no ingresaba una. Los productores no pueden sacar sus cosechas al centro del país, repagan el gasoil y en las alcabalas se lo están quitando. La gandola puede durar dos o tres días… Hay gente en el páramo que si echan 40 litros prefieren no bajar, hay aldeas a dos y tres horas del pueblo. Uribante está a cuatro horas de San Cristóbal y hay aldeas que están a seis horas de Pregonero”, explicó.
Olinto Contreras relató que con una gandola de gasolina al mes, se surten dos números de placa, ambulancias y organismos de seguridad, pero un vehículo tiene que esperar hasta tres meses para poder volver a surtir.