Este viernes, los predios del Banco Bicentenario amanecieron a reventar de pensionados, muchos se quedaron desde la noche haciendo guardia para tener el primer puesto, pero la realidad al rayar el sol fue otra, la remesa no llegó temprano y mucha gente se quedó mirando pa’ San Felipe.
A algunos les recogieron la cédula para ver si tenían suerte, mientras que otros pensionados lo que hicieron fue gastar el poco dinero que tenían en pasaje y comida, porque no alcanzó la plata para todos. Además de ellos el sistema también falló y estaba muy lento, todo esto dejó muy desanimada a las personas que desde Carache, Chejendé, Cuicas, Monay entre otros municipios acuden a Trujillo capital a cobrar porque dicen que en Valera la situación es peor.
No hay ni una locha