Madrid, 4 oct (EFE).- Penélope Cruz, con un Óscar de tres veces nominada y la única hispana ganadora de una Copa Volpi, el máximo reconocimiento del Festival de Venecia, se ríe sólo de pensar que su trabajo en «Madres paralelas» podría llevarla de nuevo como candidata a una estatuilla de Hollywood: «Si yo me viera así, estaría loca».
«Las veces que ha pasado ha sido una sorpresa y una alegría muy grande las tres veces que ha ocurrido, que yo aún no me lo puedo creer y no espero que me pase más, pero si alguna vez vuelve a pasar lo viviré como la primera vez, pero no hay que esperar nada», confiesa la actriz en una entrevista con Efe con motivo del estreno de la última película de Pedro Almodóvar el próximo viernes en las salas españolas.
Pero lo cierto es que, tanto «Madres paralelas» como la propia Penélope tienen papeletas, al menos, para estar en esa situación: la Academia de Cine anunciará mañana qué película inicia la carrera por representar a España en los Óscar, si la cinta de Almodóvar, «El buen patrón» donde trabaja Javier Bardem o «Mediterráneo», segunda película de Marcel Barrena.
Actriz fetiche de Almodóvar, Penélope Cruz trabajó por primera vez con él en «Carne trémula» (1997) y desde entonces han rodado en total seis películas juntos.
Sonríe al recordar específicamente «Volver» (2006), que le llevó por primera vez a competir por un Óscar, aunque no fue hasta su segunda nominación, en 2008, cuando lo logró, esta vez, de la mano de Woody Allen por «Vicky Cristina Barcelona».
Ahora, esa Janis defensora de la memoria histórica y madre tardía capaz de ponerse al mundo por montera para defender a la familia ya le ha dado, de momento, una Copa Volpi. Aun así, Penélope Cruz sostiene que «lo bueno de esta profesión es que no llegas a un sitio donde ya dices ‘ya está todo hecho, ya sé todo lo que tenía que saber'».
«Todos los actores de 80 y ochenta y tantos que conozco te dirán lo mismo: siguen con la misma pasión hacia el trabajo, con ganas de seguir explorando, de seguir haciendo, de seguir aprendiendo. Eso -afirma, convencida- es lo que nos da este trabajo, que te enfrentas cada vez a un personaje nuevo. Y eres como el estudiante, siempre a empezar de cero».
En «Madres paralelas», Cruz es Janis, una fotógrafa profesional criada por su abuela que está empeñada en cumplir su última voluntad: encontrar los restos del bisabuelo fusilado y enterrado en una cuneta al principio de la guerra civil española. A la vez, la vida le regala un hijo, que llega al mundo a la vez que el de Ana, una adolescente madre soltera, como ella, con la que comparte horas de paritorio.
«Pedro me regala unos personajes tan interesantes, tan difíciles y llenos de matices, y me guía y me acompaña en el proceso de creación», asegura.
Con Janis, dice, «tuvimos mucho tiempo de preparación, estuvimos ensayando más de cuatro meses. Eso es una gran suerte porque él siempre nos da mucho tiempo».
Habla en plural porque tiene a su lado a Milena Smit, que interpreta a Ana, la «madre paralela» de Janis, con la que acaba creando un vínculo muy especial.
«La maternidad es un tema que me interesa mucho, y no de ahora. Tengo muchas ganas de tener hijos cuando sea más mayor y he tenido la suerte de tener a mi lado a una compañera que es la mejor madre del mundo», afirma Milena, provocando un gesto de ternura de Cruz.
«Muchas veces me dicen si puedo hacer de madre ahora mejor que antes de tener hijos -tiene dos, Luna y Leo, con su pareja Javier Bardem-, y no se, porque siempre hay matices -se autorresponde- porque Milena no lo es y no necesita vivirlo para entender al personaje».
De Janis dice que le parece importante «la honestidad de esta mujer», pero destaca que el personaje está en una situación muy difícil: «Lleva toda la vida luchando por darle una sepultura digna a ese abuelo porque es una huérfana, la crió esta abuela a la que ella siente que le debe todo, pero nunca tuvo una familia normal».
«Y ella quiere una familia numerosa, ser la madre que nunca tuvo y en el momento de que puede crear su propia familia llega la amenaza de que otra vez se va a quedar sin eso; por eso pelea como una leona contra el mundo y por eso miente. Pero -afirma- es un personaje con gran corazón, y con pasión, y sabe que no hablar le va a dejar en una situación muy injusta al personaje de Ana».
A sus 47 años, Penélope Cruz parece estar en lo mejor de su carrera: «Nunca mentiré sobre mi edad; mis padres, mis abuelas me han criado de otra manera, pero cuando alguna amiga no quiere decir los años, que lo respeto, me enfada un poco, porque creo que tenemos que celebrar cada año que pasa, que estamos aquí, que tenemos salud y trabajo y siempre lo he vivido así. Y queda mucho por hacer y por aprender».
Por Alicia G.Arribas
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