¡Qué pena con usted, Mercedes Díaz!

Hoy Valera está triste, sus hijos la han maltratado. ¡Qué pena con usted, Mercedes Díaz!

 Valera, una ciudad que antes era organizada, limpia, emprendedora, pero ahora está quedada, paralizada. El desorden y anarquía en la ciudad es vergonzoso

Ahora cuando celebramos, si es que se puede llamar celebración  de su fundación de la urbe de Mercedes Díaz, queremos  reflexionar sobre lo que se llama la Valera de nuestros padres y la Valera que nos ha tocado vivir a nosotros.

Valera, una ciudad que antes era organizada, limpia, emprendedora, pero que ahora está quedada, paralizada. Creemos que a Valera le está sucediendo lo que al Macondo de García Márquez: tiene el reloj detenido, pero el reto es ponerlo a funcionar para que funcione de nuevo.

A nuestro entender, esto sucedió porque no se formuló un plan urbanístico con visión futurista verdadera, un ejemplo de eso, es cuando se prolonga la Avenida Bolívar, lo que se logra con ella es dividir en dos toletes a la ciudad. Las propuestas de vialidad no generaron un impulso al llamado desarrollo urbano con cierta homogeneidad, para que existiera “una distribución de la ciudad más equitativa, organizada y planificada” como se ha cansado de decir el ingeniero Ernesto Rosales y el geógrafo, Francisco González Cruz.

Por otro lado, no es posible que aún Valera se nutra de un acueducto que tiene más de 80 años y está totalmente colapsado, no ha sido posible por ninguna vía la construcción de uno nuevo el cual se torna tan necesario como vital.

El desorden y anarquía en la ciudad es vergonzoso. Por ejemplo, cuando se llega a una casa y la observamos desordenada, sucia y harapienta da cuenta de quienes viven ahí. Da cuenta de la calidad humana de quienes viven en esa casa. Lo mismo sucede con una ciudad. Si es una ciudad sin parques, sucia, anarquizada, donde no hay control, quiere decir que algo está pasando con quienes tienen la responsabilidad de cuidar esa gran casa que es la ciudad, que es el municipio.

Por eso pensamos que para quienes sentimos que el municipio, la ciudad, es una responsabilidad de todos, es vergonzante saber y darnos cuenta lo que se vive hoy día porque da cuenta de la calidad o falta de calidad humana de quienes son los encargados de velar y cuidar de ella.

Hoy debemos todos pedirle disculpas a la matrona, Mercedes Díaz, mujer ejemplar que dio pie con profundo amor de madre a levantar una pequeña comarca pensando que con el tiempo se pudiera convertir en una gran ciudad, en una ciudad modelo, de avanzada. Su visión futurista ha podido ser posible, pero la manera mezquina y desleal de sus hijos han truncado un mejor porvenir para esta Valera, tu ciudad, mi ciudad, la ciudad de todos.


De aquella Valera que se nos fue a la Valera de hoy

¿Qué te hemos hecho?

¡Oh pueblo mío!, oh Valera, Valera pujante, progresista de los años pasados, la que impactaba a los visitantes y que los llamaba a quedarse en ella, porque ofrecía una buena infraestructura hotelera, esa ciudad acogedora y moderna se perdió…

¿Qué te hemos hecho?

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