Su alma ingrávida, libre de las ataduras humanas volaba al cielo, después de una vida de entrega sin reservas a la hermosa causa del amor, la educación, la dignidad, la amistad, la nobleza, la bondad, el esfuerzo, la responsabilidad, la entrega, la disciplina, el trabajo.
Desde su juventud entregó su vida al servicio de propios y extraños, en donde forjó su alma para el bien, para tenderle la mano al que necesitara de él, un refugio para el desamparado, un padre para quien no lo tenía, una voz de aliento, pero también una voz de mando con carácter para quienes requería de un buen jalón de oreja.
Generosa tarea
Larga y generosa fue su tarea entre nosotros, que dejó huellas imborrables en muchas generaciones en los diversos aspectos en el que se desenvolvió, en donde con su ejemplo marcó la vida de muchos que siempre vieron en él la figura de un padre, de un amigo, de un jefe con gran nobleza, sensibilidad y humildad y con gran sentido de humor, en pocas palabras un MAESTRO de gran carisma y sensibilidad humana, cuya lección diaria preparaba con la Biblia en mano, de donde diariamente tomó el aceite que le animó a ser un ferviente cristiano, un ser humano intachable. Su perfil profesional estuvo siempre iluminado por aparente recia personalidad, consolidada en el cultivo de sus virtudes que hicieron de él un hombre emprendedor, a quien ni el cansancio ni la fatiga alejaron de sus grandes ideales. Solo la muerte, ese momento cruel y definitivo, pudo detenerlo.
Vida llena de virtudes
Su infatigable vocación la llevó a realizar su labor más allá de los límites que la cotidianidad le colocaba. Su compromiso se hizo más fuerte cuando se consagró al amor, a su amor eterno doña Albertina, a quien amó entrañablemente hasta el final de su vida. Fueron muchos los valeranos que buscaron en su experiencia sus sabios e iluminadores consejos. Su vida estuvo llena de virtudes: su responsabilidad a toda prueba, su capacidad de organización, su espíritu inquieto y activo, siempre buscó la excelencia. Su genuino liderazgo, su palabra convincente, su ejemplar constancia y tenacidad hicieron posibles muchos logros, que siempre supo multiplicar con admirable destreza e impecable pulcritud, pensando más en lo espiritual que lo material. Su profunda fe la llevó a ir siempre atraída por los grandes retos, poniendo todo su empeño en el logro de sus propósitos, porque nunca desconfió de la Divina Providencia.
Valera siente su ausencia
Valera sintió su partida, y nos atrevemos decir, que aún la siente, porque como humanos vivimos el dolor por su ausencia temporal, pero nos regocijamos porque en la Casa del Padre, tenemos al intercesor que necesitamos para los tiempos difíciles.
Hoy cuando se conmemora 45 de años desde que se elevó su alma, debemos darle gracias a Dios por haber permitido que esta alma luminosa llegara a esta tierra de las Siete Colinas en donde echó raíces, y se mantuvo anclado hasta el último respiro. Amó a Valera profundamente con gran sentido de pertenencia, como suelen hacerlo los buenos hijos y las personas agradecidas. Bendecimos a Dios por el regalo de su vida fecunda, y como homenaje de gratitud ofrecemos el perfume de nuestras lágrimas, el incienso de nuestra oración para su recuerdo eterno.
¡HONRAR HONRA!
Diario de Los Andes lo honró y creó una institución, es decir, un premio y prolonga en el tiempo, con su periódico y sus mecanismos técnicos, el recuerdo del ilustre oriental-valerano. La creación del premio implica una triple vigencia: la vigencia de un aniversario, la vigencia de un estímulo y la vigencia de un nombre.
Malavé Coll nació en Pampatar el 15 de enero de 1914, en un hogar margariteño del enlace matrimonial entre Don Antonio Malavé y Martina Coll Totesaut de Malavé.
El honor que le hace Diario de Los Andes se ajusta exactamente a lo que fue su manera de pensar, exalta sus valores humanos. Así, de don Pedro Malavé Coll, aquí quedó su recuerdo de manera digna y perdurable.
MALAVÉ EN FRASES
“Compadezco a los que dicen que la vida es para nada, estoy contento de haber nacido y haber vivido”
“Un servidor público se debe a tiempo completo a su comunidad, es un honor tan alto que hay que estirarse lo más posible para no desmerecerlo”