Pedro Frailán se preparó para amar a Trujillo. Amar es una decisión entre racional y emocional, y quien habla con este trujillano eminente sabe que es así, pues tiene conocimiento científico sobre su tierra, es un intelectual, sabe mucho de la realidad, pero cuando habla de ella respira fuerte, transpira, palpita excitado y sus palabras salen atropelladas como las de un enamorado.
Tiene Pedro una idea cósmica de su existencia. Tiene consciencia de lo universal, como es lector de Aristóteles y de San Agustín, y de Chardín. Tiene consciencia de lo nacional, como estudioso de Uslar Pietri y Picón Salas. Y de lo regional con Briceño Perozo, Briceño Iragorry, Alí Medina Machado y muchos otros. Y sabe que su compromiso existencial parte del Trujillo de hoy, pues en el aquí y en el ahora están desde el nacimiento del cosmos hace casi catorce mil millones de años en algún agujero negro, hasta la celebración patronal de la comarca natal el 25 de enero.
Su esfuerzo por el conocimiento lo llevan a estudios formales de ciencia política, teología y literatura, a ser lector incansable, y un viajero frecuente por tierras nacionales y locales. De su lugar natal conoce rutas y recodos en la búsqueda de las referencias físicas e históricas del proceso constructor de la identidad regional, de eso que llamamos Trujillanidad. Es un ameno conversador, personalmente, en tertulias o en sus programas de radio como moderador del programa “Cuarto Poder” y “Trujillo a través del tiempo” en la emisora Tiempo 91.5 FM. En sus cátedras de pre y postgrado, particularmente en la Universidad Valle del Momboy, en donde ha desplegado una inmensa labor como fundador y animador de sus bibliotecas, el Museo de la Trujillanidad, los eventos sobre el Día de Idioma, los congresos sobre la Trujillanidad, editor de libros y muchas otras actividades. Escritor incansable parte de cuya producción está en Internet en sus blogs “Trujillo a través del tiempo” y “Venezuela historia y política”.
Todo eso suma a la hora de producir un libro como el que se acaba de bautizar con agua bendita en la propia casa de la Virgen de la Paz: la Catedral de Trujillo. Un trabajo bien documentado que parte desde citas bíblicas del Antiguo Testamento, hasta los vaivenes de la construcción del Monumento a La Paz donde afloraron las miserias y las venturas propias de nuestros pueblos.
De grata lectura, gracias a la prosa del autor y a la maestría de la diseñadora María Laura Linares (sobrina de Pedro), el libro es un deleite al alcance de la mano, pues usted amigo que nos lee, puede descargarlo de su blog trujillano.