A semejanza de su paisano Elías David Curiel que escribió a principios de siglo XX una poesía trascendente, escritor sobre quien realizó un estudio crítico, el poeta Pedro Cuartín Torres, (Coro,1949), llegó al estado Trujillo en 1978, fascinado por la oferta de trabajo que le extendió la Universidad de Los Andes a través del Núcleo Universitario Rafael Rangel, e inmediatamente se reincorporó al grupo de sus amigos de la Universidad del Zulia que laboraba en el NURR.
El grupo liderado por el poeta Rafael José Alfonzo, ofreció a Cuartín la bienvenida necesaria y le hizo partícipe en las páginas literarias de la prensa regional, en especial de El Diario de Los Andes, cuya directiva siempre ha sido generosa con las manifestaciones artísticas. Al poco tiempo, la ULA-Mérida publica el primer poemario de Cuartín, Animales del solar (1992), ganador del primer premio de la Bienal de Poesía Ramón Palomares, instituida por el ateneo de Escuque.
Animales del solar es un registro vivencial de las reliquias, retratos, objetos y otras cosas que poblaron la infancia del poeta en las casas solariegas de la capital falconiana; es el espacio mágico que germinó en su posterior poesía y marcó su existencia. El libro es un canto a los personajes, al entorno que presenciaron la estancia del escritor a través de las visiones cotidianas, el fulgor, el resplandor inicial.
Pedro Cuartín publica luego en 2002, Las hendiduras del sueño, libro de mayor exigencia formal, que lo aproxima a la gran obra de Elías David Curiel, el gran ignorado de la poesía venezolana, que, de acuerdo a los estudiosos, tiene vasos comunicantes con el notable poeta cumanés José Antonio Ramos Sucre, por sus propuestas visionarias.
Editado por el Fondo de Publicaciones Arturo Cardozo de la gobernación de Trujillo, Las Hendiduras del sueño es un texto que es necesario estudiar por sus novedosos aportes a la poética nacional, hay una relación muy puntual en el poema “El río se podría ahogar”, que permite señalar o apuntalar en Cuartín a un creador que, de manera vanguardista, intenta apelar a las contradicciones para fundamentar una poesía de lo insólito, del absurdo, deliberadamente.
He aquí el texto, “El río se podría ahogar”, Así desplegamos de nuevo las huellas del río/ nos declaramos cabecera del inquieto despeñadero/ despertamos el guijarro más pequeño/ para que los poros ácueos se mantengan a flote/ el río se podría ahogar/sino lo anima la cascada/ que todas las mañanas envuelve su andanza.
Es el poeta que se dispone a respirar el lenguaje de las cosas de su entorno; que interviene en ese diálogo oculto, silente que percibe en sus iluminaciones.
Desafortunadamente, el poeta Cuartín Torres fallece el 1 de agosto de 2016, rodeado del silencio cómplice del oficialismo que en Trujillo jamás le tendió la mano, pese a la generosidad y fidelidad que guardó su inmenso corazón. Pensamos que sus obras completas deben ser editadas en homenaje póstumo a este creador que trabajó apoyado en el silencio que ampara a los grandes artistas.