Pedro Bracamonte es una de esas personas que uno se siente afortunado haber conocido en su vida. Haber compartido con él actividades y experiencias fue un verdadero periplo de permanente aprendizaje de cosas buenas y nuevas a cada momento. Nos deja un verdadero legado tangible e intangible como hombre versátil y de múltiples facetas. Amante del deporte, la lectura, la escritura, el diseño gráfico, la política, los medios de comunicación; todo un bagaje de talentos que volcaba hacia sus querencias más preciadas: su familia, sus amigos y su Valera querida.
Era una persona inquieta, de carácter jovial, extrovertido y de esos seres que no sólo se preocupaba por las cosas, sino que también se ocupaba por resolverlas en una eterna búsqueda por la excelencia para hacer de la vida cotidiana algo fuera de lo común. Así lo conocí en “Voces de Valera”. Nunca rehuía de sus responsabilidades y era de esas pocas personas sin ambages; que no se guardaba sus opiniones para después, sino que siempre las exteriorizaba oportunamente, con ahínco, severidad, elegancia y, sobre todo, con respeto. Era enemigo de la procrastinación. No le gustaba que las cosas se dejaran para después por muy imposibles o desagradables que parecieran porque, al diferir las decisiones o acciones, se perdía la eficiencia y efectividad del objetivo.
No es fácil escribir palabras póstumas de alguien que ya no está, pero donde estés, mis palabras de afecto y gratitud por todo el tiempo que trabajamos en ideas, proyectos, y sueños para hacer de Valera un lugar mejor. Muchas horas de trabajo, de conversaciones, de estrategias se me vienen a la mente cuando recordamos a Pedro. Cuando se proponía algo, estábamos seguros de que lo lograríamos, porque su máxima era la creencia en el trabajo de equipo y en la delegación de responsabilidades para la obtención de resultados tangibles. Fue así como, en su carácter de presidente de “Voces de Valera”, logró múltiples actividades en su búsqueda del rescate de la cultura, identidad y valores del valerano; fue así como se propuso rescatar al Ateneo de Valera, y fue así como se propuso que el bicentenario de Valera, a pesar de muchos obstáculos, se realizara en los mejores términos para los valeranos.
Fuera de “Voces de Valera” también tuve el privilegio de compartir con Pedro algunos escenarios pedagógicos y didácticos como el II Encuentro Nacional de Cronistas realizado en el Núcleo “Rafael Rangel” de la ULA en julio de 2016 por invitación del Fondo Editorial “Mario Briceño Iragorry; el encuentro de Cronistas e Historiadores del IV Encuentro de Docentes, Cronistas e Historiadores de Trujillo por invitación del amigo Yherdyn Peña, realizado en el Centro de Historia de Trujillo (conocido hoy día como Casa de los Tratados) realizado en noviembre de 2016 y el foro sobre Micro Historia realizado en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR) de Valera en marzo de 2018, por una invitación que nos hiciera ese extraordinario amigo e historiador, el profesor Alexi Berrios Berrios, donde Pedro presentó magistrales conferencias sobre la historia local, resaltando personajes, valores y, por supuesto, nuestra identidad valerana.
No permitamos que su legado se pierda en el tiempo y espacio. Pedro es un personaje de la Valera contemporánea que debe ser un ejemplo para seguir como un trujillano destacado y un trujillano que mostró que vale la pena luchar por las cosas buenas y las causas justas.
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