Pedrito Rangel, la prodigiosa voz de La Puerta tempranera / Por Oswaldo Manrique

Sentido de Historia

 

 

Quizás el más destacado y recordado cantante de La Puerta, de comienzos del siglo XX, fue Pedro Rangel. Junto a nuestros aficionados y campechanos bardos locales, la mayoría no nacidos aquí en la parroquia, pero grandes intérpretes y algunos, autores de música criolla, bambucos, valses, canciones campesinas y populares y hasta música religiosa, eran el deleite de aquellos tiempos virgilianos, penurias y esfuerzos por construir sin conocimiento ni experiencia, un pueblo. Formaron sin duda, la rondalla musical puertense.

Las expresiones de literatura y de tradición oral, como la decimista,  aguinaldos, lírica campesina, canciones populares locales, himnos, se desconocen, no se imparten en nuestros centros de formación, tampoco cuentan con apoyo de las instituciones públicas ni privadas. A duras penas, haciendo abstracción de la escuela de música por razones obvias, y los Chimbangueles, subsiste escasamente la parranda de la Búsqueda de Niño y los Rosarios Cantados en los aislados caseríos parameños, gracias a la persistencia y terquedad de sus habitantes.

Obviar y olvidar la cultura autóctona, significa un quiebre en el proceso de tradición oral de la identidad vital, histórica, cultural, social y hasta política de los pueblos andinos, quienes se desconectan de la experiencia virtuosa de sus ancestros, creencias, vivencias, fortalezas, debilidades, sus luchas, encallejonándola a la pérdida de la memoria oral e histórica, que al final, es la pérdida de conciencia como sujetos sociales y como comunidad, es decir, sostener el borrador progresivo de conciencia, que es uno de los objetivos del «pensamiento único».

Esas razones, nos inducen a rescatar y difundir la vida y obra de este importante y espontáneo cantor andino, de principios del siglo XX.

A partir de la muerte del general Gómez, hubo mayor flexibilidad horaria con la «matraca», duraban más los eventos y lo llamaban para cantar en reuniones familiares y de amigos, incluido bautizos y casorios. Pedrito Rangel, como afectivamente se le llamó en aquella pequeña aldea, Municipio La Puerta, hoy devenido en Parroquia, <<Sí, era un comerciante nativo de La Puerta>> (Conversación con Antonio Lino Rivero), en el regazo de una familia de escasos recursos económicos, católica y con ansias de vivir adecuadamente, por eso se integra al poblamiento y urbanizaje del nuevo pueblo de La Puerta.

 

 

Neo poblador, comerciante, barbero

y sobre todo, músico y poeta popular

 

 

A pesar de las difíciles circunstancias en las que vivió, en un incipiente pueblo de apenas 50 casas y escasa población, Pedro, se mantuvo en el ideal constructivo.

Antonio Lino Rivero, una de las personas de mayor edad, que hace esfuerzos por la reconstrucción de la memoria histórica de La Puerta, recuerda que, <<de Don Pedro Rangel, le diré que yo lo conocí en el año 1945/46, era muy amigo de mi papá. Primero vivió en el sector La Legua con su familia, era una casa bastante amplia, la casa estaba al lado de lo que hoy es un restaurante (La Cabaña de Cámara), después se mudó donde los “chinos” construyeron un local comercial (ave Bolívar entre calles 8 y 9, al lado de donde vivió Juan Rivero. Eso fue en las décadas 1930/40 y 50>> (Conversación citada); la ubicación corresponde -según la historia de los hacendados -, a la denominada «calle culta».

Pedro Rangel era considerado un hombre honorable y trabajador de La Puerta, la historiografía local, hace referencia de él, y lo reconoce en su lista de personajes importantes, así: <<No hay que olvidar a Pedro Rangel, comerciante, barbero y sobre todo, músico y poeta popular>> (Abreu , 80).

La escritora Ligia Burelli, en su obra de memorias de su infancia, apuntó que,  <<Don Pedro Rangel, a quien ella acudiera a pedir auxilio, pues creyó que el joven era epiléptico, se asomó a la calle por encima del mostrador de su tienda y sonrió levemente>> (Burelli, Ligia. Un día volver. Pág. 320. Caracas. 1992); su tienda comercial.

Sobre sus facciones nos describe Rivero, que: <<Yo lo vi últimamente en la década de los años 1940, tenía aproximadamente 60 años y era de aspecto normal no muy blanco ni trigueño, su estatura era entre 1.65 a 1.70 aproximadamente>> (Rivero). Pedrito, en su vida, se arrimó a los pocos hacendados con cierta preocupación por la cultura, las familias de la “Calle Culta”. Conoció a doña Juanita Archila, al maestro Lucio Viloria, José Rafael Abreu y otros vecinos, que representaban una avanzada musical entre los neo pobladores. Allí comenzó a hacerse notar. En su pulpería, y en los ratos en que no tenía que estar en el solar peluqueando a sus clientes, leía, componía sus versos, tarareando, y ensayaba su portentosa voz. Lo que siempre y por todos, le fue reconocida, <<Pedro Rangel era el trovero preferido, con las canciones «Flores Negras» y «El Viajero»>> (Abreu, 79); rompió venas, con aquel bolero:

Flores negras del destino,
nos apartan sin piedad,
pero el día vendrá en que sea,
para mi nomás, nomás.

Flores Negras, dicen, es la perfección hecha canción. Sólo un cantante con una capacidad torácica excepcional, puede cantar este bolerazo.

En su repertorio incluía baladas de su creación. En sus vivencias de infancia, la misma Ligia Burelli, incluyó un pequeño párrafo sobre los músicos del pueblo, y <<como ella supo de una dinastía de músicos -aficionado, desde luego, pero con mucha inspiración- entre los que sobresalía don Pedro Rangel, un «cantautor» como dicen ahora, pero que para entonces, afortunadamente, era sólo el eximio cantor de sus propias baladas y de hermosos temas del repertorio iberoamericano>>  (Burelli, L, 331).  Aunque parezca banal, su canto, la actividad musical de aquella espontánea rondalla, las expresiones teatrales y culturales de su época, contribuyeron a darle identidad, querencia, cotidianidad y solidez al proceso constructivo y cultural del nuevo pueblo.

 

Las «veladas culturales” de la

nueva población de La Puerta

 

La actividad de teatro y las veladas musicales, populares, festivas y religiosas en La Puerta, cumpliría una labor importante en el proceso de neo poblamiento (sin indios) y de construcción urbana de comienzos del siglo XX.

En aquel ambiente de analfabetismo y penurias, la construcción de un pueblo racista, de hacendados y gamonales, tuvo en el arte escénico el espacio propicio para generar mediante el entretenimiento, invitación y estímulo a los visitantes, a integrarse y contribuir al impulso de esta comunidad en formación, un nuevo imaginario colectivo y local. Para aquella época estamos hablando de 1930, destacó Pedro Rangel. Su sentido dramático, le hizo participar en varias obras de teatro humorístico y otras de contenido patriótico, siendo la más destacada Los últimos momentos del Libertador, puesta en escena en diciembre de 1930, con motivo del centenario y homenaje nacional al Padre de la Patria.

Su vida es prácticamente un misterio, una especie de ídolo de nuestro acervo cultural andino, y, probablemente, el mejor intérprete de la región trujillana. Pedrito cantaba con una voz clara, melodiosa, de barítono. Inigualable, la voz del pueblo, se lucía en las veladas teatrales, usando los sonidos y resonancias típicos de la canción popular de los Andes.

Para tener una imagen más cercana de Pedrito Rangel, reproduzco el entusiasta testimonio del antiguo cronista José Rafael Abreu, <<No hubo una buena «velada» o reunión familiar en que no se escuchara la música de las mandolinas, violines, requinto, guitarras y cuatros, interpretados por don Aquilino Asuaje, Don Ezequiel Viloria, Don Pedro González, Don José María Rueda (primer telegrafista de La Puerta y excelente mandolinista) y el trovador preferido, de gran sensibilidad musical, Pedrito Rangel. Las canciones oídas para entonces eran, preferentemente, Adiós a Ocumare, Luna de Maracaibo, Tocuyito, General Castro en La Victoria, Al despertar, Rubito, Juan Manuel, Clamores, La Colombina, La Mazurca, La Copa del Olvido, Las tres de la tarde, El campo está florido, Al morir la tarde>> (Abreu, José Rafael. La Puerta un pueblo. Página 77. Caracas. 1969). Artísticamente, fue ponderado por nuestra historiografía local, como un adelantado en todo sentido, ya que tenía todos los componentes para convertirse en un afamado cantante.

Antonio Lino Rivero, preocupado recopilador de biografías y fotografías de personajes de nuestra historia parroquial, nos comenta de Rangel, que <<Él era comerciante, barbero y un gran músico. Yo estaba muy joven cuando lo conocí, tenía dos hijos que habían salido de sexto grado y estudiaban en otros estados del país; tengo la foto de la casa de cuando vivió en «La Legua», era una casa grande que estaba al final de la calle Bolívar parte sur, donde hoy funciona el Restaurant de Cámara >>; Pedrito Rangel, era un barítono extraordinario y se desconocen datos de dónde desarrolló el registro de su voz, aunque pudo haber estado en la escuela de música de Trujillo.

 

Fiestas navideñas con Pedrito Rangel

y la rondalla de los terceros pobladores

 

Nuestro bardo serrano, en los días de diciembre, era uno de los <<Insustituibles cantores>>  (Abreu, 84), así, lo consideraban: insustituible.

Al pasar la Nochebuena, juntaba su voz a la de José María y José del Rosario Ramírez «Chayo»,  Mitrídates Volcán, Bernardino Rivas, Natividad Sulbarán, Manuel Briceño, Dominguito González, Matías González, Augusto Carrasquero, Obdulio Palomares, Pedro Villegas, Rafael Briceño, Manuel Añez, Pablo Rivas y el inspirado Rubiro Antonio Briceño, para convertir esos momentos nocturnos, en aquellos en los que el <<corazón se henchía con singulares emociones>> (Abreu, 84), de esa magnitud eran las interpretaciones, según la crónica de la época.

 

Sobre el ocaso de su vida

 

Rivero, que lo conoció, recuerda que Pedrito Rangel era, <<Muy conocido y popular, yo estaba muy joven cuando lo conocí, también conocí a los hijos, lamentablemente al final de su vida, sufrió de una fuerte depresión, por problemas con algunos de los familiares>> (Notas citadas); lo abrumó la intensa tristeza y sin motivo, o con muchos, para perturbar sus funciones mentales.

En un relato de Miguel Burelli Rivas, trata sobre el final de Rangel, <<Y ¿quién diría que no fue enlunamiento lo que extravió la mente clara de Pedrito Rangel, poeta, pulpero y barbero, improvisador de cálidos villancicos entre mistela y mistela, en la paradura del niño del maestro Chayo, cuyo pesebre nos deslumbraba en cada Navidad?>> (Abreu, 187); ¿Enlunamiento?.

Sobre su fallecimiento no hemos encontrado mayores datos que los que se desprenden de la partida de defunción de su esposa Ramona Peñaloza de Rangel, que compartimos a continuación, como parte de nuestra investigación:

<<N° 23. Amable Matheus Silva, primera autoridad Civil del Municipio La Puerta, hago constar, que hoy cinco de agosto de mil novecientos cincuenta y tres, se presentó a este despacho el ciudadano Felipe Peñaloza Moreno y manifestó que ayer a las cinco de la tarde falleció Ramona Peñaloza de Rangel en esta población lugar de su domicilio, de esta jurisdicción, y que según noticias adquiridas aparece que la finada nació en el Municipio Monte Carmelo, tiene 39 años de edad, viuda de Pedro Manuel Rangel, de oficios domésticos, hija legítima de Ángel Custodio Peñaloza y María del Carmen Moreno y qué murió a consecuencia de cáncer según certificación médica, dejó nueve hijos nombrados Jesús Manuel, Luis Alfonso, mayores de edad, Beatriz de diez y ocho años, Raúl Asunción díez y siete años, Pedro de de quince años, María de quince años, Juan de doce años, Francisco y Concepción de diez y de ocho años respectivamente. Fueron testigos presenciales del acto Nicolás Ceballos y Alcira González, mayores de veinte i un años>> (Transcripción fiel y exacta del original de la Partida N° 23. Libro de Defunciones 1953. Archivo Registro Civil de la Parroquia La Puerta).

Datos biográficos principales de Pedro Manuel Rangel, que se desprenden de la anterior partida de defunción: 1.- Que, Pedrito pudo nacer entre 1900 y 1907.- 2.- Se casó en 1932, con Ramona Peñaloza de Rangel.- 3.- Tuvieron 9 hijos, cuyos nombres se mencionan en la Partida de defunción.- 4.- Su Primer hijo Jesús Manuel, nació en 1933.- 5.- Su Última hija Concepción, nació en 1945.- 6.- Pedro Manuel Rangel, murió entre 1946 y 1952.- 7.- Se induce una relación con Montecarmelo, tierra de músicos italianos y descendientes. – 8.- Es posible que haya nacido en Montecarmelo, por sus conocimientos de canto, escritura y el arte de la poesía, que no los pudo haber adquirido en La Puerta.

 

 

Antonio Lino Rivero, al referirse al final de la vida de este artista, dijo: <<últimamente se enfermó y comentaban que tenía problemas familiares, la última vez que lo vi sufría de una tremenda depresión y se notaba muy inquieto, fue un señor muy trabajador y tenía muchas amistades, no recuerdo la fecha de su fallecimiento>> (Nota citada); al parecer, perdió la razón. Su enfermedad causó una profusa manifestación de dolor en todo el valle del Bomboy, y se sintieron realmente conmovidos cuando se enteraron de la irreparable pérdida.

Cada vez que hablemos de música criolla, autóctona, o con mayor densidad, busquemos en la memoria colectiva, los sonidos silenciados, la lírica campesina obviada, de eso que llaman cultura andina, será la voz de Pedrito Rangel, la que se escuchará, en su llamado melodioso por el rescate firme de nuestras tradiciones y expresiones musicales, será la voz, indiscutiblemente, de los neopobladores.

 

 

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