Paúl León tiene tatuada en su brazo izquierdo la fecha en que vio jugar por primera vez en un estadio a Trujillanos F.C. junto a su papá. Su amor por el fútbol lo inspiró a estudiar Comunicación Social en la Universidad de Los Andes, mientras apoyaba instituciones como la Sociedad Anticancerosa y la Fundación Voces Solidarias.
La detención del joven el 30 de julio, mientras cubría una protesta postelectoral, interrumpió su tesis de la licenciatura, su trabajo como reportero gráfico de VPItv y la vida de su familia. Vestido con una camisa de la Vinotinto, el joven alzaba su cámara cuando más de una decena de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) lo rodearon. Dos periodistas lograron escapar, pero él no.
El 5 de agosto le imputaron los delitos de terrorismo, incitación al odio y asociación para delinquir en una audiencia telemática. Posteriormente, lo trasladaron del Destacamento 20 de la Policía del estado Trujillo, en Valera, a la sede de la Dirección de Investigaciones Penales (DIP) de la PNB, en La Hoyada, municipio Carvajal.
Veinte días después, como a otros estudiantes de la ULA, lo trasladaron al Internado Judicial de Carabobo (penal de Tocuyito), a 433 kilómetros de donde estaba detenido, sin previo aviso a su familia. El 22 de octubre, el juez encargado del caso determinó avanzar hacia el juicio y ratificó la medida de privación de libertad.
Cambio radical para Paúl León
Paúl León también trabajó como narrador, fotógrafo y diseñador gráfico. Fue miembro del equipo de prensa de Trujillanos en fútbol, futsal y participó en transmisiones televisivas de juegos profesionales. En el estadio José Alberto Pérez, en Valera, fanáticos de Trujillanos F.C. pedían su libertad.
Sus padres, para estar más cerca, se mudaron a Tocuyito. Cada 15 días, su mamá o su novia podían verlo durante unos pocos minutos. Sin embargo, por una norma impuesta por el Ministerio de Servicio Penitenciario en 2012, que prohíbe la visita de familiares hombres en cárceles bajo un Régimen Penitenciario; su papá no podía ingresar.
Como los más de 400 presos políticos postelectorales recluidos en Tocuyito, el joven tuvo que alimentarse de granos, arepas y carne molida. El agua que consumía provenía de la tubería. Para pasar la noche, tuvo que abrir la delgada colchoneta que les dieron en la cárcel y meterse para contrarrestar el frío.
Tras la muerte de Osgual González y Jesús Álvarez, presos políticos recluidos en el penal de Tocuyito, Morela Brillembourg, madre de Paúl, alertó sobre el deterioro de la salud de su hijo, al igual que la de otros privados de libertad. “Muchas familias estamos muy mal, se están enfermando y nos preocupa mucho”.
Libertad a medias
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa de Venezuela (SNTP) informó que Paúl León fue excarcelado el martes, 24 de diciembre.
Sin embargo, el Comité por la Libertad de los Presos Políticos recientemente advirtió que las recientes liberaciones se realizan bajo restricciones severas: prohibición de informar sobre la propia acción, grabar videos, dar declaraciones a la prensa o contar lo vivido dentro de la cárcel.
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