Argenis Rivas Aldana
Se tejen interrogantes sobre la manera de actuar de los venezolanos. En un diálogo entre tres amigos: Don Belisario exclama su crítica: “¿Qué está pasando en la actualidad por parte de los ciudadanos?; antes no eran opuestos al progreso y desarrollo, tampoco se expresaban con desesperanza, ni eran estas sus costumbres y maneras de actuar; presiento están cambiados sus afectivos valores: ético, moral, cultural, incluyendo su conducta; en comparación, les hubieran colocado una piedra en sustitución de neuronas, debido a la escasa racionalidad y conciencia para visualizar el presente y destino de este maravilloso país”.
Mi intervención es contestarla en solidaridad a las razones expuestas y en base a la presunta conjuración secreta para subvertir el orden de un estado mediante un establishment y su conjunto de formalidades, defendiendo privilegios del sistema y orden establecido, obviando el inaudito funcionamiento ya que no compagina haya tanta riqueza y existe una parálisis del progreso, pues la maquinaria por lo visto ayuda a fomentar esta semejante pobreza, desigualdad de posibilidades, corrupción e injusticias; existe un farandulero despectivo desprecio, confundiendo y manipulando la crueldad de la crisis, desorientando y obstruyendo la verdad, diferencias y razones que engloban este degenerado universo: económico, social y moral, apenas sobresale un discurso sin lógica ni razón, intencionado para que la colectividad tolere este absurdo, disparatado sistema político maniobrado a prueba de conejillo de india y decadencia, impuestas con chantaje por los que se creen jueces o dueños del poder, mediante humillantes retóricas, silencian la protesta pacífica y desvirtúan los reclamos y protestas con planes lisonjeros, incentivando dádivas con míseras ayudas, coincidiendo su entrega en épocas electoreras, aunque benefician en algo, no son la solución; y niños, abuelos y familia, ancianos, una reforma productiva con desarrollo y avance que nos devuelvan esperanza y acaben la incertidumbre al controlar esta limosneante necesidad en: Alimentos, medicinas y todo lo que requiere una sociedad, y nos devuelva la esperanza y regrese la salud, libertad de comer, tener nuestro orgullo con independencia patriótica, que enseñó el Libertador Simón Bolívar, no este patriotismo con violación de derechos humanos, por ahora requerimos apoyo humanitario, esto sí es patriotismo venezolanista o es que nos van a destruir hasta la ¿+?, impongamos políticas públicas con libre ejercicio en la eficiente capacidad gubernamental y expulsemos la presunción de haber escudriñado la política en una escuela delincuencial. Esta insuficiente deslealtad con el pueblo les hace perder la credibilidad, ya que somos desfavorecidos del último eslabón de engaños, mentiras, demagogia y los más propensos a la especulación.
Observar estos espectros me permito pronunciarme en confianza por la misericordiosa presencia de nuestro Señor Jesucristo, fe en los ojos de Dios, para beneficiarnos con la reconstrucción de la República.
Esta alegoría le hace parar la oreja al popular mana-mana para exponer su inverosímil relato carente de verdadera razón. “Si nuestro Señor Jesucristo se presentara en esta convulsionada sociedad con tan polémica contienda política del mayo 2018, sería impredecible en su pasado, los corruptos, especuladores y farsantes, estaban localizados en el templo, hoy aquí los tenemos que juegan garrote. Adicional los traidores a la Patria, es imposible controlarlos cuando en su época hubo uno solo y aquí están los Judas diseminados por todas partes, además existen manipuladores y farsantes y corre el riesgo nuestro Señor renuncie coaccionado en sus funciones religiosas y espirituales, haciéndole desistir y decida dirigirse al partido más cercano expresando: ¡escaneenme – escaneenme!, con intención de cobrar bonos, misiones y le aprueben su pensión, que aunque no le resuelva la crisis, evitaría contacto con fariseos, hipócritas de aparentes creencias”.