Un Partido Político es, en primer lugar, una visión, una propuesta, una interpretación de la realidad, una doctrina, un programa, un proyecto de país. Lo primero y más importante para la existencia de un Partido Político es su mensaje, su posicionamiento ante la opinión pública.
Además del mensaje, un partido político supone una organización. Cuando Rómulo Betancourt se decidió a crear el partido Acción Democrática comenzó por redactar un mensaje. Se reunió con su amigo Raúl Leoni que vivía exilado en Barranquilla y allí elaboraron un modesto documento que llamaron el Plan de Barranquilla. Allí estaban los lineamientos fundamentales de la interpretación de Venezuela y de la propuesta de cambio que asumían: sufragio universal directo y secreto. Tierra para el que la trabaja. Incremento de la participación de la Nación en la riqueza petrolera y un largo etcétera.
Pero en seguida se dedicaron a la organización. Se recuerda la frase según la cual no debía existir ni un estado, ni un municipio, ni una parroquia, ni una aldea en la que no funcionara una casita de Acción Democrática. Hoy, la organización de un partido moderno y eficiente supone otras exigencias. Basta que sirva para la divulgación del mensaje y para la defensa de los votos cuando se presenten las coyunturas electorales.
Además del mensaje y de la organización, un partido político supone una estrategia inteligente llevada adelante con coherencia y disciplina. En la realidad actual de Venezuela la definición estratégica gira en torno a dos palabras: votos o balas. Yo, desde luego, recomiendo la opción de los votos.
Finalmente, un Partido Político supone la presencia de líderes comprometidos con la causa. Líderes preparados e identificados con las esperanzas y los sufrimientos de los ciudadanos. Líderes que entiendan que la política es una actividad muy noble inspirada en el servicio a la gente y en trabajar por el Bien Común. Un político modélico es aquel que coloca los intereses de la nación por encima de las agendas partidistas. Un político modélico es el que entiende que la política es para servir al prójimo, y no para servirse del prójimo. La reconstrucción institucional de Venezuela requiere partidos serios y representativos.
Seguiremos conversando.