Partidismo venezolano: lamentable praxis aritmética de restar y dividir frente a la crisis

 

 

 

Luis A. Villarreal P.

 

En ascuas estamos tratando de saber cuáles son las circunstancias que se tejen en el reducto del Diálogo y Elecciones Libres, opciones por las que fue ‘preciso’ transitar según determinación de los factores de poder externos que sí podrían hacer algo más por rescatar a Venezuela del proceso antidemocrático que ha perjudicado el bienestar de sus habitantes, el funcionamiento de sus instituciones y su soberanía; y por supuesto, restringido lo más preciado: la libertad plena. Necesaria para disentir, para desarrollarse sin ambages, sin temor.

Por tamañas razones todos queremos saber cómo va eso. Cuáles son las factibilidades que tenemos para rescatar el estado de derecho, el poder político comprometido con el ejercicio democrático, único sistema prometedor, porque necesariamente reclama la participación racional y consciente de la ciudadanía.

Frente a la lastimosa realidad; en la que el Diálogo solo es posible si Estados Unidos hace la suficiente presión con las sanciones impuestas al régimen venezolano, que por zafarse de ellas podría seguir con las conversaciones en México [lo que se esperaba para la primera quincena de junio]; y en la que las ansiadas Elecciones Libres [que deben supeditarse al Diálogo, se adelanten o se pospongan] traigan el optimismo y la confianza, porque el arbitrio de las mismas le sea confiado a las capacidades de una rectoría y personal institucionalmente imparcial.

Frente a esas peculiares circunstancias, la acción debe estar orientada reclamando a EUA sus oficios comprometidos por la democracia continental, y hacia la organización y cohesión interna para facilitar y fortalecer todas las opciones y diligencias.

El trabajo de la verdadera Oposición [unida a la que está responsabilizada del Diálogo y las negociaciones], tendría que estar ocupada en persuadir al gobierno de EUA de que son necesarias e impostergables más acciones para que se produzca el Diálogo y a través del cual las Elecciones Libres y limpias, que quiere decir con un CNE imparcial.

De no ser así, entonces estaríamos en más de lo mismo. Por lo que se requiere finiquitar cuanto antes este propósito a no ser que al régimen le dé por adelantar las elecciones, y todas estas precauciones [en las que están cifradas las verdaderas esperanzas] fueran ‘simplificadas’.

Digamos además que el Registro Electoral sea actualizado y estructurado, la garantía de votación sine qua non a los electores de la diáspora y del exterior sea un hecho. Porque es en ese patrón inclusivo y proporcionado donde están los números que catapultarán el ansiado cambio.

Hasta ahora el oficialismo ya ha consumado su propósito de ganar tiempo para evitar transición o elecciones antes de finalizar ‘su periodo de gobierno’. Ya el techo de sobrevivencia oficialista se fijó en 2024. Luego se aprestará a alargar o acortar el lapso del actual ejercicio presidencial, a jugar con su estrategia electoral libre de sobresaltos y amenazas, ampliando y perfeccionando su técnica divisionista en el sector opositor, e incidiendo para que los deseos de Unidad vayan de mal en peor; y por supuesto, tratando de quitar de en medio a quien podría ser un buen contrincante opositor: que aglutine, que gane y que cobre.

La oposición partidista, representada en la Plataforma Unitaria Democrática, no ha dado información actualizada a través de su secretaría ejecutiva —a cargo de Omar Barboza— sobre los avances [o dificultades] en los propósitos de Unidad y participación para la organización de las Primarias, muy particularmente sobre el proyecto reglamentario de las mismas, lo que si no garantiza claridad y amplitud, lealtad y la no disidencia [totales] a la causa de la Unidad —de ‘todos contra uno’— bien pudiera garantizar que la desbandada y la flaqueza no suceda.

Tampoco se sabe mucho acerca del proceso de legitimación de las organizaciones partidistas, meta que se debe alcanzar sin dilación, aunque ya se sabe de algunas que lo realizarán oportunamente.

Es importante destacar que lo ocurrido a Juan Guaidó en Zulia y Cojedes, atribuido a las bandas oficialistas que no han olvidado sus vándalos procedimientos de agresión, no ha sido suficientemente denunciado por el ‘conglomerado’ opositor venezolano. Este flaco espíritu de solidaridad debería ser impensable en el propósito de la Unidad. Ni porque el oficialismo realiza sistemáticamente su tarea de división, arguyendo que dichos sucesos eran ‘entre los mismos’. Tampoco porque países aliados como EUA y Colombia, y la OEA, repudiaron esos hechos.

Gerardo Blyde, ha informado por lo menos de la continua gestión del sector opositor partidista que quiere continuar las conversaciones aún pendientes en México, ante el gobierno de Estados Unidos para que este ejerza la presión indispensable por la prosecución del Diálogo. Blyde enfatizó que la oposición «ha trabajado muy de cerca con Estados Unidos en acciones específicas que tienen como finalidad la reactivación del proceso de negociación conforme al Memorando de Entendimiento».

Por ahora, solo sabemos que el gobierno cuestionado demostró en su reciente gira que va por el orgulloso camino de confrontación y reto a EUA, y que insiste en su aritmética de dividir [aún más] la Oposición, y esta no da muestras de sumar Unidad, sino que inclusive algunos partidos y ‘líderes’ persisten en seguir restando.

 

 

 

 

 

 

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