PARADOJAS | Por: Francisco González Cruz

¿Qué humor puede ser más raro

que el que, falto de consejo,

él mismo empaña el espejo

y siente que no esté claro?

Sor Juana Inés de la Cruz

 

La economía mundial produce bienes y servicios que pueden satisfacer las necesidades alimentarias del doble de la humanidad actual, sin embargo, más de 800 millones de personas están pasando hambre en estos momentos.

La economía mundial sabe cómo producir sin contaminar, sin embargo, produce millones de desechos que intoxican severamente la tierra, las aguas y el aire.

La economía mundial sabe producir alimentos sanos, que alimentarían adecuadamente a los seres humanos, pero gran parte de lo que produce son comidas y bebidas “chatarra”, que generan enfermedades y contaminan el ambiente.

Las 10 empresas más contaminantes del mundo justamente producen comidas, bebidas y productos para el “cuidado” de la gente: 1. Coca Cola Company (bebidas y bocadillos entre cientos de productos) ; 2. PepsiCo (bebidas y bocadillos); 3. Nestlé (alimentos, bebidas, medicamentos, artículos para el cuidado personal y de bebés y más) ; 4. Unilever (cuidado personal y alimentos); 5. Mondelēz International ( Alimentos como Oreo, Tang, chicles y muchos más); 6. Mars (maneja marcas como M&M’s, Wrigley y Snickers y en es productor de caramelos más grande del mundo); 7. P&G (Proctel & Gamble); 8. Phillip Morris International (La mayor tabacalera del mundo); 9. Colgate-Palmolive; y 10. Perfetti Van Melle con marcas como Chupa Chups, Mentos y Alpenliebe, entre otras.[1]

Los diez países más contaminantes del mundo son: China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón, Alemania, Irán, Corea del Sur, Arabia Saudí y Canadá. La mayoría de estos países se jactan de sus sistemas de recolección de residuos sólidos, sus bien cuidados jardines y sus parques arbolados.[2]

Los mayores productores de CO2 son: China, Estados Unidos, Unión Europea, Reino Unido, India, Rusia, Japón, Irán, Corea del Sur, Indonesia y Arabia Saudita.[3]

Los 10 países más contaminados del mundo son en su mayoría  países pobres:    Bangladesh, Pakistán, India, Mongolia, Afganistán, Omán, Qatar, Kirguistán, Indonesia y Bosnia y Herzegovina.[4]

2.153 multimillonarios poseen más riqueza que 4.600 millones de personas en el mundo, sin embargo, las grandes fortunas eluden hasta el 30 % de sus impuestos.

El Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, elaborado de manera conjunta por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), cifra en 811 millones el número de personas subalimentadas en 2020, cerca de la décima parte de la población mundial.

Las condiciones de vida han empeorado en 40 de los países más ricos del mundo, donde la clase media también se ha reducido, según la OCDE[5].

En todas las grandes empresas contaminantes están en sus declaraciones de visión su compromiso con la sustentabilidad del planeta, a pesar de ello, entre las principales causas de la desigualdad en el mundo y de la desnutrición está el comportamiento inmoral de las grandes corporaciones.

La corrupción en el sector público es otra de las causas de la pobreza. En los países ricos hay menor corrupción que en los países pobres. Los países menos corruptos del mundo, según Transparencia Internacional, son Dinamarca, Nueva Zelanda, Finlandia, Singapur, Suecia y Suiza; los más corruptos son Sudán del Sur, Somalia, Siria, Yemen y Venezuela.

Todo indica que la humanidad avanza rápidamente a niveles insoportables de hambre, pobreza y desigualdad, junto a daños irreversibles al planeta, mientras las entidades creadas para advertir y cambiar estas realidades muestran su insuficiencia. Ninguno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda Mundial 2030 se está cumpliendo adecuadamente y en muchos de ellos se retrocede. La confianza en que las soluciones vendrán por la ciencia, la tecnología, la sociedad de la información y del conocimiento, la inteligencia artificial, no resisten el mínimo análisis.

La paradoja mayor es que se insiste en el crecimiento económico por la vía de la productividad, cuando se sabe que el asunto viene por un cambio cultural, espiritual o político en que pasa por concebir al hombre como parte del sistema planetario y universal. Entender que no estamos solos para hacer lo que nos parezca.

Jeff Bezos, luego de su reciente viaje al espacio, un gusto de 10 minutos que costó más de 5 mil millones de dólares, expresó: “Todos los astronautas que han estado en el espacio dicen que el viaje los cambia… miran a la Tierra y están algo asombrados y pasmados por su belleza, pero también por su fragilidad, y puedo dar fe de eso». Justo de eso se trata, de reconocer eso tan evidente. Darse cuenta que ese planeta un tan delicado necesita un cuidado especial, un cuidado amoroso.

Desde que el mundo es mundo y el hombre lo habitó, eso está claro para el que lo quiera ver, pero el homo sapiens sapiens tiene un cerebro muy desarrollado que con frecuencia les hace difícil ver las cosas más sencillas, y se ha pasado mucho tiempo haciendo la guerra y e invirtiendo recursos en perfeccionarla, sin darse cuenta que el camino es andar bajo las sabias disposiciones de los sistemas naturales.

La codicia ha decidido los caminos de la economía y aquí están los resultados. Las dos empresas más contaminantes del mundo expresan en sus declaraciones de Visión y en sus valores, la sustentabilidad, honestidad, franqueza, respeto a la sociedad y al medio ambiente, mientras lanzan al planeta sus contaminantes y al estómago de sus consumidores bebidas y comidas chatarra. La sociedad de la hipocresía. Así son las cosas.

La humanidad tiene en teorías y en experiencias las alternativas para un mundo mejor. Caminos que producen bienestar en todas las fases de producción, distribución y consumo, en la sociedad y en la naturaleza. Son diversos, heterogéneos, con diversos enfoques, pero tienen en común que buscan un mundo más solidario, sostenible y justo.

Hace poco la Red Internacional de Economía Humana[6] ofreció un corto pero sustantivo curso sobre el mapa de alternativas de economías sociales y alternativas, entre otras: economía verde, economía circular, economía del bien común y el sistema B. Allí presentó la Economía Humana como una vía de convergencia de las distintas alternativas, a las que pueden sumar la economía colaborativa, tecnologías adecuadas, el desarrollo a escala humana, economía social de mercado, los sistemas cooperativos y otras formas solidarias.

Este planeta frágil, habitado por seres humanos inteligentes, tiene alternativas para ser mejor, lo que no tiene es la capacidad política y el coraje para enfrentarse a la codicia.

[1] https://www.liderempresarial.com/las-10-empresas-que-mas-contaminan-el-mundo/

[2] https://www.geografiainfinita.com/2021/03/los-paises-mas-contaminantes-del-mundo/

[3]https://www.elfinanciero.com.mx/mundo/2021/04/21/los-10-paises-que-mas-contaminan-el-planeta/

[4]https://www.iqair.com/es/world-most-polluted-countries

[5] Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico OCDE

[6] https://economiahumana.org  https://www.riehlatinoamerica.org

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