Para poder sacar a Trujillo adelante Tirios y Troyanos deben trabajar en equipo

Gerardo Márquez debe motorizar una gran unidad entre Tirios y Troyanos por un Trujillo mejor. En sus manos está el de ser un Gobernador más, del montón o uno que dejará de legado la transformación de Trujillo.

 

Francisco Graterol Vargas/CNP 2548

Cuando a la radio en Trujillo le roncaban los motores, sin autocensura y nada parecido, el recordado colega locutor y periodista, Ramón Hilario Azuaje, en sus muy escuchados programas de opinión solía decir “ que en Trujillo estaba enterrada la mano del tirano Aguirre” en referencia a las malas gestiones, unas tras otras, de quienes se aposentaban en el Palacio de Los Duendes, y demás círculos del poder en la entidad.

Aunque usted no lo crea, han pasado muchos años desde la partida del hijo de Doña Zoila y las cosas han seguido casi igual. Nada extraordinario. Se llega a la tierra prometida para primero pensar en los negocios con los amigotes y después, si acaso, en “ Juan Pueblito”. Seamos honestos. Hay algunas excepciones de gente que trató de “ponerle el pecho a la brisa” y esas buenas intenciones se estrellaron contra intereses muy poderosos que les importaba un comino los problemas y necesidades de los nacidos en esta terruño de la Patria de Bolívar.

ES AHORA O NUNCA: A Trujillo le llegó la hora. Las elecciones del 21N dejó un cuadro muy interesante en la Gobernación, Alcaldías, Concejos Municipales y el Clet. Este panorama ya ha sido analizado con varias visiones por colegas y gente que le mete la lupa a estos sismos de la política, los cuales se aparecen en especial cuando hay eventos como el ya nombrado. Un mapa que deja a un Gobernador, el capitán Gerardo Márquez, del team PSUV ( ya no es rojo, rojito) . Al hombre lo sacaron de su habitual tranquilidad en la capital de la República para mandarlo a la pelea en Trujillo, luego que Cabezas y Roa fueron aplazados en las primarias. Hasta unos kilitos rebajó el candidato oficialista. Aprovechó por un lado la unidad de lo que aún queda de la maquinaria chavista regionalmente y el desliz de una oposición terca, con una venda en los ojos, fragmentada, que entregó en bandeja de barro lo que hubiese sido una victoria. Eso es papel quemado, historia Patria, diría el “ Cochocho” Victor Bracamonte.

Pese a la derrota por la corona el consuelo es que por primera vez desde la era de la revolución ahora habrá 8 alcaldes en la acera de enfrente del partido de gobierno, un buen número de concejales, con voz y voto en las decisiones que esperan aquellas mujeres y hombres que desafiaron la corriente para sufragar por un nuevo amanecer y se arañaron par de diputados en el Consejo Legislativo.

SEÑORES: TRUJILLO merece atención especial. Hay que sentarse a conversar con el corazón en la mano, incluso, remando en aguas turbulentas, en contra de aquellos intereses que nunca faltan y que nombraba constantemente don Ramón Azuaje. La mano del Tirano Aguirre debe ser desenterrada para siempre. ¡Ahora o nunca!. Que nadie se crea dueño de la verdad, Supermán o cualquier héroe de pacotilla. Trujillo, es un pueblo con hambre, mucha miseria, pobreza por doquier, problemas de vieja data archiconocidos por unos y otros.

El Capitán como Primer Mandatario Regional debe conducir la nave a puerto seguro. En sus manos está el de pasar como un Gobernador más, del montón o el hombre que desafió la historia. Tendrá que fajarse los pantalones. Siempre habrá las presiones. Nunca faltarán. Algunas señales desde Miraflores parecieran asomar una nueva visión para el país. Lo del diálogo en México debe reanudarse con nuevos actores. Esperemos y veremos, dijo Pánfilo, el ciego.

Esas figuras de la oposición con personajes nuevos e inesperados en algunos casos tendrán una gran responsabilidad en ese nuevo amanecer que queremos los trujillanos. OJO. Esta dirigencia y la que regirá desde el Palacio Los Duendes debe llamar a un gran consenso regional, a la empresa privada, a ciudadanos que ya han demostrado su voluntad de contar con un Trujillo muy diferente al actual para que entre todos se conforme una cayapa de soluciones y buenas intenciones. Para sepultar a esa mano siniestra de la cual insistió mucho Ramón Hilario.

Los trujillanos somos buenos católicos, rezamos todos los días para que Dios no nos abandone. Las esperanzas son las últimas que se pierden. En mi caso particular pido por mis achaques, por mi salud y la de mi familia, por el pan de cada día que a veces se hace difícil pero Dios provee y por Tirios y Troyanos para que les alumbre la sabiduría de Job y salga la luz al final del túnel para ver a Trujillo con una nueva cara. Es ahora o nunca.

 

 

 

 

 

 

 

Salir de la versión móvil