Pancho Delgado y la “rebelión de los chopos”, 1946 / Por Oswaldo Manrique

Sentido de Historia

 

 

Durante las primeras décadas del siglo XX, posterior al despojo de las tierras del Resguardo Indígena, existió una relación casi mellizal de la población de La Puerta, con el pueblo de Jajó. Gran parte de la gente del neo poblamiento era nativa de Jajó. El hermoso centro poblado de Jajó, de incuestionable vocación agrícola, no ha sido ajeno a los avatares de la política, a la que en una época rindió tributo, empujado por el espíritu guerrero y el afán de poder de algunos de los más representativos caudillos trujillanos que hicieron de ese sitio, el centro de sus desplantes, desafíos, correrías y ambiciones. Allí en el año 1.882, nació nuestro personaje: Francisco Miguel Delgado Araujo, tratado popularmente como “Don Pancho”.

Anotó nuestro amigo y colaborador Alfonso Briceño, nieto de este personaje que, su abuelo, <<Aprendió primeras letras en su tierra natal, no tenía una formación sistemática, su adolescencia discurre en el campo donde se dedicó a la agricultura y a la cría de ganado, ya por las noches en casa, se interesa mucho por la lectura, a la luz de una vela leía todo lo que podía, más que novelas le emocionaba la historia Patria y nunca le faltaba la prensa, a pesar de que para la época era muy escasa, leía la Opinión Nacional, El Trujillano, El Progresista, editado en Boconó, y el Pregonero que solo lo conseguía cuando viajaba a Valera, era editado en Caracas, por lo menos los de 1898. Esto constituye para él, un inigualable manantial de información, formándose como autodidacta, aunado a los profundos valores cristianos y familiares. Buena parte de su juventud, le tocó andar por la Cordillera Andina, tornándose casi en un nómada, viviendo en Escaguey, Cacute, Palmira entre otros pueblos del estado Mérida>> (Alfonso Briceño, Emilio Delgado y Ana Beatriz Briceño Oropeza. Notas biográficas sobre Francisco Delgado, enviadas para este artículo. S/F. Digital); todo se convertía en lecciones de vida, en enseñanzas.

Las características físicas y personales de Francisco Miguel Delgado; según sus parientes, entre ellos, Alfonso Briceño, las describen así: <<hombre de gran estatura, de complexión fuerte, de amplio mostacho, cabeza clásica del andino; bastaba mirarlo así sea de lejos, para identificarlo como tal, por su figura imponente. Era, indefectiblemente, severo sin dejar de ser cordial, paciente siempre, amable siempre>> (Ídem). Se pudo ganar el respeto más por severo y cordial, que por temor y abuso, que era lo habitual en aquella época oscurantista que recién salía del gomecismo.

 

Su primer viaje y su estación definitiva

 

Coinciden sus parientes Alfonso Briceño, Emilio Delgado y Ana Beatriz Briceño Oropeza, en lo siguiente: <<Cuando se va de Jajó, es motivado por una serie de acontecimientos políticos que suceden en el país y esta comarca no era la excepción, por ser la cuna del caudillo general Juan Bautista Araujo. Este estaba dedicado a la política>> (Ídem); se refiere al “León de la Cordillera” y General en Jefe.

Años más tardes se radica en La Puerta, <<desempeñándose en varios oficios, entre otros, el comercio, compra-venta de ganado, en donde va y viene entre La Puerta y Mucuchíes, en los años 1920 del siglo XX, época en donde hacían la travesía por caminos reales; tanto él como otros paisanos de la comarca iban con arreos de mulas, unos tras otros desfilaban, pues, era el tiempo de la arriería, >> (Ídem); era usual verlo salir temprano de viaje, con su amplia chamarra-azul por fuera y roja por dentro, encima, para contrarrestar las inclemencias del tiempo, contra el frío y las grandes ventiscas.

 

Jefe Civil Municipal de La Puerta y tiempos de autoridad, 1943

 

Desde que salió de su natal Jajó, llevaba en su pensamiento, la admiración por su coterráneo el “León de la Cordillera”, el legendario caudillo andino. Sin embargo, se dedicó a sus negocios privados. Como lo testimonia Alfonso Briceño, Francisco Miguel fue el <<esposo de María Josefa Araujo de Delgado, y ella era hija del general Juan Bautista Araujo (hijo), llamado el “último caudillo a caballo” y mi abuelo aun no estaba vinculado a la actividad política>> (Ídem); esta relación avivó su cercanía ideológica con los Araujo, y como buen trujillano, irrumpió en los senderos de la política y la actividad pública.
En la continuación de su relato, señala que <<Establecido ya en La Puerta, incursiona en la política, siendo su mentor el también caudillo general Juan Bautista Araujo, hijo del “León de la Cordillera”; y este y sus hermanos, mantuvieron la dirección del partido del conservatismo trujillano, Francisco Miguel estuvo en esa misma corriente política>> (Ídem); los seguían llamando “Ponchos”.

En 1942, se declaró colaborador del gobernador Dr. Numa Quevedo, quien en 1943, lo designa Jefe Civil Municipal de La Puerta, lo que según sus nietos, <<Viviendo ya varios años en la pequeña comarca de La Puerta, es nombrado Prefecto Civil del Municipio, ocupando ese cargo en reiteradas oportunidades; cabe recordar que el juez de ese tiempo era su amigo don Alberto Burelli Rivas, los cuales formaban un dúo muy severo y profundamente respetado, ejerciendo la ley firmemente, apegados a principios morales y constitucionales>> (Ídem); cargo desde el cual, inicia una fecunda labor ciudadana, en forma responsable impulsa el cambio de la cotidianidad de las familias acostumbradas al toque dictatorial de “La Matraca”.

El maestro Martín Rivero, contemporáneo y compadre de don Pancho, en sus memorias corrobora lo anterior, así: <<en 1944 nos vinimos para San Martín a vivir a tierras del compadre Pancho Delgado, en la posesión que le compró al Dr. Miguel Ángel Burelli Rivas, para que sembrara y viviera en la casa que él había hecho, y me dijo que ahí podía tener los animales, una vaca y la yunta de bueyes y las bestias de carga, él no vivía ahí porque lo habían nombrado jefe civil de La Puerta>> (Memorial de Martin Rivero. S/F. en papel). Agregando, jocosamente Don Martín, “en ese tiempo no duraban los gobernadores de Trujillo”; le agregamos, tampoco los Jefes Civiles y Prefectos.

 

¡Si se alzó en Jajó mi general Juan, yo también me alzo en La Puerta! El “alzamiento de los chopos” de 1946

 

Sorpresivamente, para la gran mayoría de los venezolanos, los que respaldaron al gobierno y los de la oposición, ocurrió el derrocamiento militar del Presidente Constitucional de la República, Isaías Medina Angarita, el 18 de octubre de 1945, considerado por varios historiadores como Gran Demócrata y Nacionalista, quien trajo a Trujillo, varias obras importantes como el aeropuerto, edificaciones educativas, y especialmente, construyó la Plaza Bolívar de La Puerta, inclusive donando el busto del Libertador, que aún está expuesto y se conserva.

La Junta Militar de Gobierno, ordena detener a los funcionarios del gobierno depuesto. Don Pancho que había figurado como Jefe Civil Municipal de La Puerta, se mantiene en la resistencia, pero se esconde, y aunque la persecución ofrece rutas desconocidas, él resolvió esconderse lo más cerca posible de su pueblo.

Nuestro dilecto fotocronista Antonio Lino Rivero, hijo de Martín Rivero, rememoró una anécdota que le ocurrió y fue la siguiente: <<Mis padres eran compadres de Don Pancho, muy amigos, en una ocasión se tuvo que esconder por un mes de una persecución del gobierno por motivos políticos, en un sector que va desde La Puerta, al Paramo de los Torres, y yo iba cada dos días a llevarle la comida. El era muy amigo de mis padres>>. La amistad y la solidaridad se demuestran en este tipo de trances. Después de esa experiencia, don Pancho, coge el camino de la insurrección popular.

1946. El 11 de diciembre de este año, ocurre la sublevación de un grupo importante de trujillanos de distintos Municipios, cuyo cabecilla fue el general Juan Bautista Araujo, hijo del “León de la Cordillera», en contra de la Junta Militar de Gobierno.

Rivero, recordó también lo que aún perdura en la memoria local sobre Don Pancho, <<Yo lo conocí y traté mucho a su familia. Don Pancho era muy conocido en el pueblo y tenía la fama de que cuando el general Juan se alzaba en Jajó, él también lo hacía en La Puerta>> (Rivero). En efecto, se involucró en una “rebelión chopera”.
Pancho Delgado, junto con otros vecinos como Esteban Briceño, Juan Jesús Matheus, Juan Palomares y Gonzalo Viloria, Prefecto en esos momentos de La Puerta, se alzaron con sus propias armas, chopos, revólveres, machetes y garrotes, contra la Junta Militar que había dado el Golpe de Estado; tomaron las entradas del pueblo, montaron barricadas y organizaron la resistencia en La Puerta, y cuando se enteraron que había fracasado el alzamiento, fueron capturados y llevados a la Cárcel de Trujillo, donde fueron enjuiciados, por “delito de brote revolucionario” (Lomelli Rosario, A. Sentencia y Replica de los Sublevados en el Estado Trujillo.pág.3. Caracas. 1947); allí pasó las navidades, junto con más de cien alzados por sus ideas libertarias, por defender la institucionalidad democrática y la Constitución Nacional. Fueron puestos en libertad, a las pocas semanas del alzamiento, el 19 de febrero de 1947.

Siguiendo sus ideales de defender los intereses colectivos, continuó en la lucha política. Años más tarde, según sus nietos, <<cuando comenzaba a formarse el partido político demócrata social cristiano, pudo haberse incorporado, al simpatizar ideológicamente>> (Ídem); se abría en la práctica, un periodo político de modernidad. Sin embargo, la confrontación y los cambios por el poder, hizo que fuera objeto de persecuciones.

Don Pancho, enraizó con el pueblo de La Puerta. Además de sus negocios y actividades públicas y privadas, fomentó su familia, sus antes citados nietos, expresaron que, <<Olvidado de penas que muchas había tenido; y de fatigas; casado con María Josefa Araujo de Delgado, nacida, por el año 1.898, natural de Jajó, e hija de María Presentación Moreno de Araujo, ella murió muchos años antes que él, de ese matrimonio nacieron 9 hijos; varones: Antonio nació en Jajó, dedicado al comercio, tiempos después se trasladó a Maracaibo donde vivió y murió; Alfonso: nació en el estado Mérida, político, trabajó por muchos años en la gobernación del Estado, preso en la dictadura de Marcos Pérez Jiménez; Héctor: vivió toda su vida en La Puerta, donde vivió y murió; y Esteban Delgado; Hembras: Fidelia, Luisa Teresa, María Presentación, Berta y Victoria Delgado, esta última aún vive a sus 98 años, en Caja Seca, estado Zulia>> (Ídem); es procedente decir, que son gente que llenó un periodo de la vida de nuestra Parroquia, como hombres y mujeres decentes con vocación de servicio, tanto en Trujillo, como en otros sitios del país, donde les tocó vivir y actuar.

¡Ave María Purísima! La cotidianidad de «don Pancho”.

Los personajes de la comarca

 

En la cronología del tiempo, Pancho Delgado, demostró con su conducta y labor ciudadana, el esfuerzo en provecho y mejoramiento del bienestar físico y moral de esta población rural.

Llegó en busca de oportunidades de trabajo, a un apartado lugar de La Puerta, de muy fértil tierra para agricultura, lejos del área urbana, <<Francisco Miguel » don Pancho” Delgado, vivió primeramente por los lados de la Mocotí y después sí en la Calle Abajo, hoy av. Páez de La Puerta, primera casa de su propiedad, en el sector La Hoyada; la segunda casa, en la esquina de la entrada del Trapiche de don Luis Ignacio Araujo (donde está hoy el Hotel Cordillera); y la tercera casa, cerca de la plaza Bolívar, propiedad que es ó fue de don Alberto Burelli Rivas, y finalmente de nuevo en La Hoyada donde murió>> (Ídem). Fallece en una vivienda cercana a la casa del “Gordo” Víctor Delgado, su pariente, quien fue un generoso colaborador de este blog y por cuyas conversaciones conocí a este personaje. Víctor, murió en uno de estos años de pandemia.

Herederos de los mas loables sentimientos de su abuelo, recuerdan con orgullo parte de su cotidianidad familiar, el mismo Alfonso Briceño, indica que, <<en las tardes y días festivos, se reunía con su familia, era una gran conversador, hablaba de lo humano y divino dentro de sus anécdotas decía que en sus largas travesías por los páramos siempre se conseguía con un hombre que llevaba pendiente del hombro un gran bolso de cuero y una gruesa faja con revólver en la cintura, era pues el correo que salía de Valera hasta Mérida e inclusive pasaba hasta el estado Táchira, cuando se encontraba a estos personajes exclamaba su famosa frase “Ave María Purísima”. >>.“Ave María Purísima”, como exclamación y saludo de alegría y amistad cristiana, no como absurda plegaria de guerra.

Hombre tratable, afectuoso y desinteresado, acostumbraba visitar a sus amigos, para conversar con franqueza y familiaridad y al que podía ayudar, lo ayudaba. Entretenía por los temas e información que manejaba.
Sus nietos señalan que, <<Frecuentaba a una buena cantidad de amigos, tales como Hipólito » polo» Cordero, Gabino Rivero, Hipólito «polo» Palomares (ex prefecto civil) Martín Sulbarán, Jacinto Peñaloza, don Luis Ignacio Araujo, Obdulio Palomares, Dr. Ramón Beltrán Espinoza, don Atilio Araujo, el padre Ramón Trejo, la familia Burelli Rivas, los Carrasquero, Abdón Lamus, Francisco » Chico” Gutiérrez, este amigo era un hombre erudito; Eleazar Torres; un poeta de nombre Rubiro, éste cada Semana Santa hacía los testamentos a los personajes del pueblo, Martín Rivero, entre otros más>>; fue un gran cultor de la amistad.

Recuerdan sus familiares, en cuanto a la comida de su preferencia: <<arepas de trigo y de maíz pelado, queso ahumado y guarapo de panela, buenos sancochos de gallina, comida en abundancia. Para la semana mayor: pescado seco- salado, dulces como cabellos de ángel, (zapallo) de lechosa e higos; día de san Juan, 24 de junio, el famoso curruchete>>; platos y dulces criollos, que denotan su sencillez.

 

En misas, bolos y gallos, siempre fue cumplidor

 

En cuanto a sus aficiones recreacionales, <<a principios del siglo XX aún en estos parajes andinos no se había desarrollado la actividad deportiva, pero sí existían centros de diversión, como eran las galleras y en La Puerta para la época ya existían 2 por la calle real, que eran las de Martín Sulbarán y la de Jacinto Peñaloza, donde Francisco Miguel era muy aficionado a estas actividades que se desarrollaban los domingos, después de las misas, la otra actividad era el juego de bolos, y había uno muy conocido ubicado en el hotel Guadalupe>> (Ídem). Cumpliendo con lo divino y con lo profano.

Después de una larga existencia de labores ininterrumpida, fallece Francisco Miguel Delgado “Don Pancho”, en el año 1.974, a la edad de 92 años, en La Puerta, su querido pueblo, gran cantidad de sus coterráneos y vecinos lo acompañaron durante el sepelio, llevándolo hasta su última morada. Los puertenses de mayor edad, recuerdan con respeto y afecto su don de gente y su gestión como autoridad, pues bajo su estimulo, despierta y resurge el justo reclamo de los derechos y libertades ciudadanas, lo que hace mérito, para que forme parte de los registros de destacados personajes de nuestra historia local. Cuando en La Puerta, se inaugure el Salón de los Retratos de sus Hijos Ilustres, con toda seguridad, uno de sus espacios, lo ocupará Don Pancho Delgado.

 

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