Gabriel Montenegro
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Es del conocimiento nacional, que en nuestros pueblos andinos se conservan casi intactos los más caros valores socio-culturales, y uno de ellos, que revela el respeto por las tradiciones religiosas, como los casos de los Giros de San Benito, actividades de Semana Santa incluyendo el Viacrucis Viviente, aguinaldos, villancicos, procesiones de Santos Patronos, es por supuesto la puesta del pesebre navideño.
Leida Rojas y la devoción del Santo Niño Jesús
En la parroquia Flor de Patria del municipio Pampán, la señora Leida Rojas, quien reside junto a sus hijos en la urbanización «Lola de Briceño», monta desde hace varios años su tradicional Nacimiento o Pesebre, el cual rompe con los esquemas tradicionales de las figuras centrales resumidas en la presencia de las imágenes de San José, la Virgen María, la mulita, el buey, sin faltar el ángel de la Anunciación, la estrella de Belén, los reyes magos y pastores junto a sus ovejas.
Leida va más allá de la espera y adoración al Sagrado Niño que nace para redimirnos, sino que hace énfasis en la figura central, en ese Niño Salvador al cual rinde especial devoción.
«Creo que es precisamente la celebración de la llegada del Hijo de Dios, la esencia de la fiesta y el regocijo navideño y como tradición familiar estoy coleccionando figuras de distintos tamaños; es algo que tengo arraigado», nos explica brevemente para corroborar el motivo que esperábamos dijera.

Sin dudas que este pesebre, al igual que todos, encarna la intención de que el mundo conociera lo ocurrido en la noche más significativa de toda la historia del universo entero; aquella visión divina recibida por primera vez por San Francisco de Asís.
Hasta la fecha son ocho Niño Jesús que engalanan este pesebre hermoso, el cual es elaborado con devoción sincera y de forma ininterrumpida por esta dama católica que ha decidido continuar con la tradición de su pueblo y ancestros.
En DLA queremos destacar este hermoso modelo de arte religioso, el cual reafirma ese sentimiento de amor y fe por la llegada del Niño Dios.
Ojalá la señora Leida logre coleccionar muchos más y que esa alegría y optimismo se mantengan por muchos años. Dios mismo bendiga la obra de sus manos, pasión y talento.

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