Por Antonio Pérez Esclarín / pesclarin@gmail.com
Como en Venezuela seguimos rotos, divididos, enfrentados, quiero ofrecerles algunas palabras del Papa Francisco, un hombre sencillo y bueno, que se ha ganado el respeto y el cariño de numerosas personas en todo el mundo. Como también aquí en Venezuela es, valorado por las mayorías, tengo la ilusión de que las palabras del Papa, que parecen especialmente dirigidas a los venezolanos, serán tomadas en cuenta por todos con el respeto que se merecen. Las palabras que aquí les ofrezco han sido tomadas de diversos discursos, conferencias y escritos.
1.- “En este momento necesitamos apostar por la cultura del encuentro, una cultura que supone que el otro tiene mucho para darme. Toda persona puede aportarnos algo, y toda persona puede recibir algo de nosotros”.
2.- “No siempre es fácil escuchar. Es más cómodo hacerse el sordo. Con facilidad suplantamos la escucha por el mail, el mensajito y el ‘chateo’, y así privamos a la escucha de la realidad de rostros, miradas y abrazos. Podemos también preseleccionar la escucha, y escuchar sólo a los que nos conviene”.
3.-“El ejercicio del diálogo, es la vía más humana de comunicación. Y hay que instaurar en todos los ámbitos, un espacio de diálogo serio, conducente, no meramente formal. Intercambio que destruye prejuicios y construye, en función de la búsqueda común, del compartir, pero que conlleva intentar la interacción de voluntades en pro de un trabajo en común o de un proyecto compartido”.
4.-“En épocas donde se dice que somos ‘hijos de la información y huérfanos de la comunicación’, el diálogo requiere paciencia, claridad, buena disposición hacia el otro. No excluye la confrontación, de diversos puntos de vista. No manejemos las ideas como armas, sino como luz. No renunciemos a nuestras ideas y utopías; renunciemos solamente a la pretensión de que sean únicas o absolutas”.
5.- “La reconstrucción de un lazo social verdaderamente inclusivo y democrático nos exige una práctica renovada de escucha, apertura y diálogo, e incluso de convivencia con otras tendencias sin por ello dejar de priorizar el amor universal y concreto que debe ser siempre el distintivo de nuestras comunidades”.
6.-“Es necesario que todos, y especialmente quienes tenemos alguna cuota de poder político renunciemos a aquellos intereses o abusos que pretendan ir más allá del bien común que nos reúne; es necesario que asumamos, con talante austero y con grandeza, la misión que se nos impone en este tiempo”.
7.-“El poder como ideología única es otra mentira. Si los prejuicios ideológicos deforman la mirada sobre el prójimo y la sociedad según las propias seguridades y miedos, el poder hecho ideología única acentúa el foco persecutorio y prejuicioso de que ‘todas las posturas son esquemas de poder’ y ‘todos buscan dominar sobre los otros’. De esta manera se erosiona la confianza social que es raíz y fruto del amor”.
8.-“Quienes detentamos alguna autoridad cedamos el protagonismo a la comunidad, apoyando y sosteniendo a quienes se organizan en pos de sus fines. Así se quebrarán las barreras de la incomunicación que, paradójicamente, existe en este mundo supercomunicado”.
9.-“Denunciar atropellos a los derechos humanos, situaciones de explotación o exclusión, carencias en la educación o en la alimentación, no es hacer partidismo. La Doctrina Social de la Iglesia está llena de denuncias, y no es partidista. Cuando salimos a decir cosas, algunos nos acusan de hacer política. Yo les respondo: sí, hacemos política en el sentido evangélico de la palabra, pero no partidista”.
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