PALABRAS DE JOSÉ ANTONIO MEJÍA EN LAS EXEQUIAS Y CELEBRACIÓN DE LA VIDA DE JOSÉ MUCHACHO BERTONI (CHUCHI)

Damas y caballeros, amigos y familia.

Antes de comenzar, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a todos ustedes que han venido hoy a apoyar a la familia en este momento de pérdida. Su presencia, sus palabras, y los muchos mensajes conmovedores que se han recibido han brindado consuelo y fortaleza.

Gracias por estar con la familia.

Hoy nos reunimos no solo para lamentar la pérdida de un gran hombre, sino para celebrar la vida extraordinaria de José Jesús «Chuchi» Muchacho Bertoni. Su reciente fallecimiento ha dejado un vacío imborrable, pero su legado vivirá en los corazones y las mentes de quienes tuvieron el honor de conocerlo, tanto en su querida tierra natal, Trujillo, como más allá.

Chuchi fue un hombre de visión, claridad y pasión inquebrantable. Su vida estuvo guiada por un compromiso constante con la innovación, el progreso y el servicio a los demás. Desde muy joven, reconoció el poder de crear y construir—ya fuera en los negocios, la infraestructura o en las relaciones humanas. Vio el potencial donde otros veían limitaciones y transformó esas visiones en realidades que mejoraron la vida de muchos.

Lideró con determinación silenciosa y un corazón alegre. Chuchi no solo fue un líder progresista y visionario, sino un hombre de profunda empatía, siempre consciente de las personas cuyas vidas podía mejorar. Ya fuera fundando Cemento Andino o Favianca, sus contribuciones al desarrollo industrial y económico de Trujillo son incomparables. Y siguió haciendo esto en otros paises como Trinidad y Estados Unidos. Estos no eran solo negocios para él; eran vehículos para elevar a las comunidades, generar empleos y forjar un futuro mejor para todos.

Chuchi no solo fue un líder y un visionario; también fue un amante de los placeres simples de la vida. Tenía una profunda pasión por la música y era conocido por su hermosa voz, a menudo cantando boleros con una pasión que podía cautivar cualquier sala. Chuchi era un gran anfitrión, alguien que disfrutaba las reuniones con amigos y familia alrededor de deliciosas comidas. Siempre recordaré nuestros encuentros en el Hereford Grill o La Rosa o en cualquier lugar con un gran piano bar. Fue en muchos de estos lugares donde su amor por la buena comida, la música y la compañía se unió, dejándonos recuerdos inolvidables.

Más importante aún, Chuchi fue un esposo devoto, un padre increíble y un hombre de familia ejemplar. Guiaba a su familia con la misma integridad y amor que guiaron cada parte de su vida. En español, hay una palabra que describe a personas como él: «probo», alguien de virtud incuestionable y honestidad, que lleva una vida de bondad. Chuchi encarnaba esta palabra en todos los sentidos, irradiando amor, responsabilidad y sabiduría a quienes lo rodeaban. Su devoción por su familia, su esposa y sus hijos fue un testimonio de la vida que construyó, arraigada en el amor y la lealtad.

Si vimos más, si pensamos más, si creamos más, si tuvimos más éxito, si amamos más, es porque vivimos en presencia de un gigante—Chuchi. Chuchi Nos dio los hombros sobre los cuales pararnos, y es gracias a su profunda influencia que podemos alcanzar más lejos y soñar en grande.

Concluyamos con un hermoso poema escocés y una sorpresa para todos que nos recuerda cómo podemos celebrar la vida de Chuchy:

«Puedes llorar porque se ha ido, o sonreír porque ha vivido. Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva, o abrirlos y ver todo lo que nos ha dejado.»

«Tu corazón puede estar vacío porque no lo puedes ver, o puede estar lleno del amor que compartiste con el.»

«Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda, o puedes hacer lo que a él le gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar y alcanzar lo imposible.»

Miami, septiembre 25, 2024.

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