Páez, el “centauro de los llanos” en Carabobo | Por: Isaías  Márquez

 

Por: Isaías  Márquez

Las hazañas célebres han ejercido de siempre y en todas partes una sugestión poderosa sobre la visión de los hombres, que se exalta hasta el delirio ante las proezas en las cuales la talla del héroe y su humanidad física juegan un papel supremo de sus acciones, más pasmoso ante la emoción de las multitudes que las campañas de los grandes capitanes, realizadas a base de consumada pericia o acopio harto de ciencia militar. Vieja como el mundo es esa admiración apasionada que en todas las épocas han tributado los pueblos a los personajes en quienes ven como la razón de ser de su propia existencia; análogo a la efigie de las virtudes y recursos latentes en el seno de la nacionalidad; recursos y virtudes que en su tiempo, el héroe realiza con cualidades refulgentes; tales hazañas, reales o imaginarias constituyen a la vez, ariete para estimular los ideales de todo grupo humano y bastión para defender cuanto forma la esencia y raíz de su vida colectiva. Todos los grupos sociales forjan sus propios sentimientos y deseos con figuras extraordinarias hasta asumir caracteres legendarios forjándose sobre tales personajes una cierta aureola mística, explica que el pueblo más culto y de mentalidad elevada haya sido el creador de la más rica y heroica mitología, en la cual se equipara a los hombres con los dioses y se les dota de energías sobrehumanas que sirvieron de inspiración a los helenos para escribir las páginas más memorables de la historia de las naciones antiguas. Verbigracia, la calidad humana del general José Antonio Páez el “Taita” en los albores mismos de la nacionalidad y soberanía venezolanas, cuando fuesen batidas y acosadas por sus rivales tan naturales; lógicamente, empeñados en la estada colonial; así como también, por no pocos nativos, cuando surge dentro del propio terruño, su figura decidida y audaz, cuan muestra del impulso indómito del llano venezolano, tras haberse ahogado en sangre y lágrimas a la II República (1813-1814) o época del Terror.

Y, es justo en Carabobo donde Páez, comandante de la primera división guía estratégicamente, las acciones de unos dos batallones: Cazadores Británicos y Bravos de Apure, así como las de unos seis regimientos de caballería: Honor, Húsares de Páez, La Muerte, Lanceros de Honor, Cazadores Valientes y La Venganza. Total: unos 4279 hombres entre infantes, jinetes, milicianos y artilleros. Médico-Cirujano en jefe del ejército: dr Carlos Arvelo Guevara.

Bolívar mismo, con su ímpetu peculiar, inició esa fase honrosa de las hazañas briosas de Páez. Testigo presencial de aquella proeza increíble en las Queseras del Medio (4/1819).

Y, En el propio campo de batalla le asciende como héroe inmortal, a general de división.

Luego, retirado de toda actividad militar y política, viaja a  la Argentina, donde se dedica a la promoción de un artefacto para desollar reses, que inventa el norteamericano Horace Lewis. Asimismo el presidente Domingo Faustino Sarmiento le incorpora a las Fuerzas Armadas con el grado honorífico de brigadier general como “veterano de la Independencia Suramericana”. Masón activo, grado 33, asiste en Buenos Aires al banquete que las logias argentinas ofrecen al presidente Sarmiento.

isaimar@hmail.com

 

 

 

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