Este miércoles 10-J cumplió 30 años de vida sacerdotal el Pbro. Luís Felipe Torres Castellanos (56), párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen y Arcipreste de La Zona Pastoral San Alejo de Boconó. Para La Misa en Acción de Gracias, aparte de la feligresía, le acompañaron los sacerdotes: Eender Zapata, Ex Director de La Obras Misioneras Pontificias (OMP); José Humberto Villegas, Vicario Episcopal de La Zona Pastoral; Reinaldo Pacheco, Párroco del Santuario Diocesanos San Alejo de Boconó; Marcial Infante, Párroco de la parroquia San Miguel; Hermagoras Rivero, Párroco Emérito de la Parroquia El Carmen; Rafael Peña, Vicario de La Parroquia El Carmen y Oscar Olivares, invitado especial.
Durante su celebración, conversamos con el padre Torres, quien nos confió que es oriundo de Los Llanos de Monay y procede de una familia humilde. Nació en el HJGH de Trujillo El 09-01-64. Sus padres que a Dios gracias le acompañan son: María Dolores Castellanos y Segundo Antonio Torres. De 11 hermanos, es el mayor de los varones.
También nos cuenta que ingreso al Seminario Interdiocesano Santa Rosa de Lima (Caracas) a los 18 años y después de culminar los estudios de Filosofía, estuvo un año en El Seminario Menor como profesor, por sus pasantías en Trujillo y luego enviado junto con Mons. Carlos Cabezas para Italia al Seminario Romano donde culminaron La Teología y especialización.
Papa Juan Pablo II
Fui ordenado sacerdote el 10-06-90 por el Papa Juan Pablo II, en La Basílica de San Pedro (El Vaticano). Refiere que entre los 47 diáconos de todo el mundo “Habíamos 4 venezolanos y me correspondió compartir la ordenación con el actual Mons. Carlos Cabezas, por coincidencia ambos trujillanos”.
Desde esa época – Continuó – Me correspondió permanecer dos años más en Roma que en total estuve 6, para culminar mis estudios y luego regrese a La Diócesis de Trujillo.
Hasta la actualidad
Nos relata que su vida sacerdotal antes de llegar a Boconó transcurre de la siguiente forma: Comencé como padre espiritual y formador del Seminario Menor Sagrado Corazón de Jesús. Después de 6 meses me nombran administrador de la Parroquia Nuestra Señora de La Paz en Monay, “Mi orgulloso lugar de origen”. Allí permanecí 6 meses; para luego retornar al Seminario Corazón de Jesús y encargarme nuevamente del proceso de formación de los jóvenes que se encontraban descubriendo su vocación.
Transcurridos 6 mese, me enviaron para la parroquia San Pedro Apóstol de Valera donde estuve hasta el 96. El 26-S del mismo año, me nombran párroco de Nuestra Señora de Chiquinquira de Pampan estado Trujillo. Para el 26-09-97 me designan párroco de La Catedral de Trujillo hasta el 2000, que me destinan como Rector de El Seminario Sagrado Corazón de Jesús. En esa época me correspondió El Paso del Menor al Mayor (Seminario) y también iniciar la Casa de Convivencia Mons. Ignacio Camargo en el mismo Seminario de Trujillo.
De ,Manera pormenorizada el Padre Torres comenta que: En el 2005 regrese a mi parroquia natal Virgen de La Paz de Monay hasta el 2009, cuando soy designado párroco de la parroquia Matriz San Juan Bautista de Valera y Vicario Episcopal para la Zona Pastoral también de Valera, donde permanecí hasta el 2016. Este año nombran a Mons. Carlos Cabezas Obispo de Punto Fijo y el señor Obispo Mons. Oswaldo Azuaje, para sustituirlo, me designa el 24-06-2016, para la parroquia Nuestra Señora del Carmen y en enero del 2017 me nombran arcipreste de La Zona Pastoral San Alejo de Boconó, cargo que también desempeño hasta la actualidad.
Caminos de la iglesia
Toda mi actividad sacerdotal, la vengo cumpliendo con gran fe en Dios y María Santísima. En estos 30 años, algo que siempre realizo es el trabajo de la caridad para los más humildes y vulnerables, porque recibí la gran oportunidad de conocer y trabajar con La Madre Teresa de Calcuta en Roma y esa escuela me enseño que la caridad y la solidaridad son los caminos de la iglesia en el mundo actual.
El sacerdocio es un regalo inmerecido, es una llamada que Dios nos hace y es la respuesta del hombre a esa llamada de Dios para toda la vida, por lo que le agradezco de corazón estos 30 años de servicio y especialmente en este momento tan difícil que estamos viviendo de La Pandemia donde diría yo, que los valores cristianos están siendo amenazados por tanta globalización y muchas veces por otras situaciones que nosotros tenemos que desafiar y como hombres de fe para llevar una palabra y el Evangelio de Jesucristo, al hombre de hoy.
Abrir su corazón
Invito a todos los jóvenes para que sin miedo abran su corazón que vale la pena responder al llamado que Dios, le hace tanto a la vida sacerdotal como a la vida matrimonial. Son dos vocaciones al servicio de la comunidad: El sacerdocio y el matrimonio y para ello deben abrir su corazón sin miedo, que sepan desafiar todas las dificultades del hombre y del mundo de hoy, porque con la confianza puesta en Dios, se llega lejos y estamos seguros que Él nunca nos abandona y siempre está con nosotros.