Padre Juárez Combinó en tiempo y geografía, el mensaje de Cristo

Los conciertos corales de los últimos años tuvieron en el templo de San Pedro un escenario permanente

 

Ya hace 26 años que está en la diestra de Dios Padre Todopoderoso. Entregó buenas cuentas. Y tiene que ser así porque su vida fue un verdadero ejemplo de bondad y cariño. Nos estamos refiriendo al padre Pedro Juárez. EL padre Juárez como se le conocía, fue un hombre de su hora, que pudo combinar en tiempo y geografía, el mensaje de Cristo con acciones de progreso material e inquietud social porque entendía que el mensaje de la salvación siempre ha tenido un claro acento terrenal, vale decir, hallarle satisfacción a las carencias materiales del hombre porque es imposible la paz y el entendimiento dentro de la miseria y la injusticia. Nada más exacto para definirlo.

Valera perdió aquel 4 de abril de 1992 un gran sacerdote y defensor de nuestra ciudad. Fue un baluarte de El Pescador, órgano informativo valerano y columnista del Diario de Los Andes, donde se sintió  mucho su desaparición física porque entre nosotros (y quienes lo conocían) gozaba de gran aprecio. Había nacido el 5 de febrero de 1908 en el Alto de Escuque, es decir, que partió de este mundo a los 90 años.

Para el 1908, año en cual nacía el Padre Juárez, según la historia  tres puertos venezolanos son atacados y tomados a cañonazos por Italia, Alemania e Inglaterra que nos cobran la vieja deuda externa. En Trujillo -paño de la misma nación- las cosas no son distintas: “enfrentamientos de los caudillos parroquiales que se disputan la primacía. Los Araujo y Baptista – conservadores – y los liberales de Inocente Quevedo, los González Pacheco, los Vásquez, encienden los viejos odios tribales para dividir al cuerpo social, cuadrarse con el mandatario de turno en Caracas y copar los espacios de mando, acá, a cuya sombra se obtienen buenos negocios, como el monopolio de la producción y venta de aguardiente, estampillas, papel sellado, la sal, el pescado, harina y hasta los remates de juegos de azar” nos dice el cronista Luis González. El desgraciado campesino trujillano algunas veces se inclina sobre la tierra para cultivarla, otras sobre las trincheras como soldado de «un general a caballo» que lo mueve – como peón de ajedrez – en esa gran mesa móvil que es la Venezuela bélica que nunca había conocido la paz.

 

Nacía Pedro J. Juárez

En este clima de agresividad, pobreza y atraso nace en El Alto Escuque,  el 5 de febrero de 1908 un niño que es bautizado Pedro J. Juárez, hijo de una familia que alcanza cinco más constituida por Manuel Juárez y Flor María Ojeda de Juárez, pareja de profundas raíces cristianas como todas las andinas donde el catolicismo ha cuajado una densa cultura, toda una visión de la vida para la concepción del trabajo, para las reglas elementales del trato social, para la convivencia vecinal siempre afectuosa y el cumplimiento dominical con la Casa de Dios. El niño Pedro José cursa su primaria entre El Alto y Escuque. Muy vivo, estudioso e interesado en las tareas escolares. Cursó el  bachillerato en el colegio Santo Tomás de Aquino de Valera, que dirigió monseñor Miguel Antonio Mejía.

Se inclina por la carrera eclesiástica y sus padres, pese a la gran pobreza de bienes materiales, logran inscribirlo para estudiar en el seminario de Mérida donde es bien acogido por monseñor Chacón, Dubuc y otros líderes del episcopado venezolano. La vida universitaria de la egregia ciudad de Don Tulio Febres Cordero transforma por completo al campesino de El Alto. En 1932 es ordenado sacerdote junto a otro trujillano;  Rafael  Chacín Soto. Su primer curato está en los ventisqueros de Mucurubá donde un «calentaíto» es el paso previo para entrar en calor en cualquier oficio, incluidas las lecturas del Evangelio y el sermón a los feligreses para que se alejen de las tentaciones. Más tarde pasará años en Betijoque, Cuicas, Boconó y Valera.

 

Hombre de progreso

El padre Juárez fue un hombre de progreso. En 1938, en Cuicas, alborota a la comunidad con un formidable proyecto; traer una planta eléctrica. Pero cae en un altercado con el Presidente del estado, un General que todavía tiene como lastre la arbitrariedad  y  la amenaza como dialéctica. Juárez tiene que refugiarse en Mérida. Más tarde, en 1946, en Boconó, da pie a una larga y meritoria carrera periodística cuando funda el semanario El Avance que dirige durante dos años. La voz impresa de la Iglesia.

 

Su arribó a Valera

En el curso de 1949 es designado párroco de la parroquia San Pedro en Valera  por disposición del arzobispo de Mérida, monseñor Acacio Chacón. En la iglesia San Pedro redondea una labor que los trujillanos no olvidarán: inicia una recia campaña para concluir el templo de San Pedro, la cual había iniciado cinco años antes monseñor Humberto Conteras,  proyecta en la casa cural películas como fuente de finanzas, ayudado por la juventud católica; crea el semanario «El Pescador» que circula por más de treinta años; se incorpora con gran entusiasmo a todas las actividades extra Iglesia como las culturales y siempre estaba en primera fila en las convocatorias del Ateneo con su reclamo cordial porque los actos no comenzaban a la hora señalada.

 


Mensaje y acción de progreso

Por la emisora Radio Valera mantuvo durante algún tiempo un programa dominical informativo, formativo, religioso y cultural. En fin, este sacerdote fue un hombre de su hora, que pudo combinar, en tiempo y geografía, el mensaje de Cristo con acciones de progreso material y de inquietud social porque entendía que el mensaje de la salvación siempre ha tenido un claro acento terreno, vale decir, hallarle satisfacción a las carencias materiales del hombre porque es imposible la paz y el entendimiento dentro de la miseria y la injusticia.

El Padre Juárez fue sepultado la mañana del 6 de abril de 1992 en una Valera condolida que lo despide afectuosamente.  .        ,

 


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