Padre Edmundo Cadenas celebra en Boconó 25 años de vida sacerdotal

Este 3 de agosto, el padre Edmundo Cadenas cumple 25 años de vida sacerdotal. Por su formación cristiana y participación en concurso de investigación - histórico, científico, literario, entró en contacto con material del Centro Gumilla y los Jesuitas 

Sacerdote Jesuita Edmundo Cadenas “Que todos nos tengan por servidores de Cristo y administradores de las obras misteriosas de Dios” 1 Cor. 4.1. (Archivo) 

 

Héctor Rafael Briceño (CNP 14.130)

dlahectorb@gmail.com

El Padre Edmundo Cadenas, celebra este 3 de agosto a las 11:00 am La Eucaristía por los 25 años de su vida sacerdotal en la iglesia La Coromoto de La Sabanita, donde fue ordenado por Mons. Vicente Hernández Peña.

Aunque es oriundo de Maracaibo, se considera Bocones donde nacieron sus padres de origen campesino: Edmundo Cadenas Fernández (+) y María Ángela González de Cadenas. Su papá nació en el caserío La Aguada de Niquitao, donde coincidencialmente también nació la madre de Mons. Vicente Ramón Hernández Peña (+). Su mamá es de Altamira, parroquia San José, Tostós. En esta última población – Nos dice – contrajeron matrimonio y migraron para Maracaibo dónde nací en 1965, al igual que su única hermana Nancy. En 1967 se trasladaron para Caracas y allí transcurre su infancia y parte de su adolescencia en un hogar muy cristiano, humilde, emprendedor y laborioso.

Mi madre fue mi primera maestra y catequista. Mi padre el formador de carácter, disciplina y laboriosidad. Realicé estudios de primaria y parte de secundaria en Caracas. Al respecto debo decir, que 4 cosas caracterizaron mi estadía en Caracas: la familia, el estudio, el trabajo y la Iglesia.

En vacaciones viajábamos a Boconó a visitar la familia en el campo. Recuerdo a mi abuelo materno Gregorio González Llavaneras, recio de carácter a la vez afectivo con mi presencia, laborioso,  lector de la Biblia, me organizaba paseos a caballo por los páramos, visitando a los vecinos, era muy social. Sus palabras finales a la familia: «Busquen primero el Reino de Dios y su justicia» Mt 6, 33. Estas palabras marcaron mi vida de fe. Mi abuela paterna Juana Fernández de Cadenas tan amorosa, servicial y laboriosa. Era una gran alegría vernos y sentir su hospitalidad, compartiendo los ricos platos criollos.

Mi hermana Nancy y yo realizamos la preparación a la primera comunión en la parroquia La Resurrección del Señor, Ruiz Pineda, Caricuao. Así nos integramos en la Pastoral Parroquial. En el grupo juvenil y coro de las comunidades eclesiales de base, bajo la animación de los padres misioneros: Marynoll y luego el Padre Diocesano Pablo Urquiaga.

Los problemas de salud de mi madre fueron determinantes para el retorno a Boconó y donde para 1981 estábamos residiendo en la Urb. Ruíz Pineda y dedicados a la actividad agrícola. Nos integramos en el sector a la Parroquia La Coromoto con el Padre Fernando Fernández (+) quién me marcó en la formación misionera evangelizadora. Pertenecí al coro parroquial y su modernización.

 

Mi encuentro Jesuita

Mediante la autorización del Padre Fernando Fernández (+) realizamos la reapertura del Centro Cultural Timotocuicas con Luis Barrios Fernández (+) y los Morochos Barroeta. Incorporamos 200 niños, adolescentes y jóvenes en actividades deportivo, culturales. Así cambiamos la imagen negativa de La Sabanita. Está actividad la extendimos a La Peineta, La Milla y Niquitao, también de Boconó.

En 1983, participé en Acción Social en un concurso de investigación – histórico, científico, literario sobre la huella de las visitas del Libertador Simón Bolívar a Boconó. Donde obtuve el primer premio. Fue en la realización de esta investigación que entre en contacto con el material del Centro Gumilla y los Jesuitas. La revista SIC y los folletos de formación sociopolítica fundamentaron la bibliografía de mi investigación. De manera, que agradezco a la Profesora Lourdes Dubúc de Isea y Acción Social que me llevaron a este acercamiento con los Jesuitas.

En 1985 fui nombrado coordinador de la Misión Nacional en Boconó, fue una labor maravillosa de formación y evangelización en todas las Parroquias preparando la visita del Papa Juan Pablo II. Ese mismo año, inicié mis estudios de Educación en el NURR- ULA Trujillo. Partícipe activamente como delegado de curso en el movimiento estudiantil. Logramos la residencia estudiantil para los Boconeses. Las materias de filosofía, sociología y teología que realizaba en círculos de estudio me llevó a una búsqueda mayor de Dios. Pero, fue Dios quién me busco y encontró al plantearme la vocación sacerdotal.

Fue con los Jesuitas por su pastoral social y promoción de la justicia que decidí conocerlos en Caracas e inicié el proceso vocacional que desembocó en la admisión a la Compañía de Jesús el 27 de septiembre de 1986 en Barquisimeto. La formación en la Compañía de Jesús fue una experiencia de Dios que me marcó con mis formadores compañeros. Los Jesuitas me eligieron porque estaba en el perfil del nuevo paradigma de la Compañía. Ciertamente, que viví con plenitud y destacado en el ideal de las grandes líneas de opción de los Jesuitas de Venezuela: la opción por los pobres y la lucha por la justicia.

Mis grandes maestros: El Padre Arturo Sosa, mi profesor de historia de Venezuela; mi Director en el Centro Gumilla, mi coordinador del sector social de los Jesuitas y mi Superior en el Teologado, hoy el Prepósito General de los Jesuitas en Roma.  Padre Luis Ugalde, mi profesor de historia de la Iglesia de Venezuela. Padre José Virtuoso, mi profesor de historia de la Iglesia Latinoamericana. Padre Alberto Micheo, mi formador en Cooperativismo y Pastoral Campesina. Hermano José María Korta, formador en la Pastoral Indígena y gracias a Dios al templo La Coromoto de La Sabanita de Boconó, vinieron estos Padres Jesuitas durante mi ordenación, hace 25 años este 3 de agosto.

 

 

Vida sacerdotal

El Padre Edmundo Cadenas, colaborador parroquial de la Iglesia La Coromoto en La Sabanita. (Archivo)

Al cumplirse 25 años de su vida sacerdotal y peregrinar misionero, el Padre Edmundo Cadenas González – Expresó –   Agradezco a la Compañía de Jesús y a los Padres que mencione por su formación y fraternidad, así como a esta querida Diócesis de Trujillo, su Clero y a la memoria de Mons. Vicente Ramón Hernández Peña, nuestro gran Obispo insigne, quién tuvo el gesto fraterno de ordenarme sacerdote el 03-08-1996 en el Templo de Nuestra Señora de Coromoto. Así como también, debo manifestar mi profunda gratitud a la memoria de Mons. Oswaldo Azuaje, quién me recibió nuevamente en esta Diócesis con una inigualable generosidad y bondad de Buen Pastor.

 

 

 

 

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