Argenis Rivas Aldana
¡De dónde surge tanta inconciencia! Al emplear la mente como simple rompecabezas, ejecutora de macabros actos profanadores del Santuario; paraíso contertuliado por los acontecimientos de identidad patrimonial en su florecido jardín, adornado con la memoria histórica creadora del arte y labriegas herramientas en producción entre magia, encanto, amor y relatos poéticos al unísono del desarrollo artístico cultural.
Esta es la razón del Museo, su eficiencia proviene del más extenso reconocimiento regional, nacional e internacional en su programático marco conceptual de: forma, composición y contexto popular, desde su alborado inicio en 1976, bajo el liderazgo del antropólogo Francisco Prada; idóneo personal y sustitución de la Directora Carmen Araujo en el ejercicio de su profesión.
Este recinto funciona como Proyecto Museográfico con esfuerzo y entusiasmo en la consecución, promoción e instrucción del quehacer de las artes, actividades intelectuales, procesos del sentimiento, pensamiento y socio culturales. Entre atípicas verdades divergentes, existe esta: “Lo que hacemos con las manos lo destruimos con los pies”; vale implementar una educación básica de concepción ética y moral con definición cívica y ciudadana a los niños, jóvenes y representantes como misión civilizadora por educadores, familia y políticas públicas, que evite los desmanes y atropellos a los bienes hereditarios del patrimonio cultural, material e inmaterial de la humanidad.
El archivo de los medios atestigua los continuos saqueos y destrucción de las obras y estructuras por ingenuas actuaciones y violento irrefrenable aborrecible desamor por la Patria, en contra del patrimonio trujillano y nacional venezolanista, despreciándose “los poderes creadores del pueblo”, frase del poeta Aquiles Nazoa. Estos abominables hechos son focos perturbadores por la ingrata ineficiencia y falta de apoyo de funcionarios públicos, líderes políticos y culturales del pasado y presente, por su incauta previsión al desaprovechar los recursos administrativos para proyectar infraestructuras arquitectónicas, en mención el categórico espacio dedicado a la extensión del progreso institucional para evocar la memoria, utilidad, estética y nomenclatura de la panorámica geográfica y privilegiada del complejo, antigua sede universitaria Nurr, la turística monumental Virgen de la Paz y las circundantes áreas verdes del clamoroso Parque de la Trujillanidad, integrada al casco urbano post colonial de la ciudad y adicional diadema, el ideado proyecto sede del Alma Mater del Museo Salvador Valero en el perenne resurgir y evolucionar del arte, principios históricos filosóficos socio culturales del arte popular y académico, además, foro público del saber, expositivo e investigativo y sinónimo ejemplo de los suntuosos museos santuarios del arte precolombino, entre ellos: Tenochtitlán, Tikal, palacio de Palenque, Machupicchu, San Agustín, El Golondrino, Los Tiestos y su arte Cuica.
Este arquetipo, hoy sería el artífice de la modernidad y la expresión de un paradigma en comparación al Museo de Bellas Artes, Ateneo y Galería de Arte Nacional de la Plaza Morelos de Caracas. Representaría un orgulloso tesoro legado, suficiente para celebrar sus 42 años. Condenamos el letargo que causa la artrofia muscular del divergir del estado constitucional y el poder político, desvergüenza inaudita que habrá que tolerar con una irónica sonrisa de asistir de nuevo al cetro: Palacio de los duendes a confesar la desidia e incapacidad, reiterando que aún es tiempo para “sembrar el petróleo”, oro, diamantes, frase del insigne Arturo U. Pietri. No es tiempo de soslayar el desuso para “mensajes sin destino”, texto del maestro Mario B. Iragorry.