El balance de las cifras que ha arrojado la violencia autoinfligida en el estado Mérida, durante el período 2020 a julio de 2024, deja en claro que el número de presuntas muertes por lesiones autoinfligidas (suicidios) ha mostrado una tendencia a bajar, mientras que los intentos de terminar con la propia vida pasaron de 12 en 2022 a 33 en 2023. Para el OVV Mérida, responsable del estudio, los intentos -que pudieran ser aún más- tienen el mismo peso de preocupación que las muertes consumadas.
En una casa de la urbanización Las Tapias -y por causas que aún se desconocen- un arquitecto de 52 años decidió terminar con su vida, la mañana del domingo 21 de julio. Dos días antes, el viernes 19, otro hombre de 56 años, habitante de la comunidad de Campo de Oro, intentó lanzarse de uno de los principales puentes que permiten a los merideños vencer el profundo cauce de las aguas del río Albarregas. Aunque era de noche, algunos transeúntes lograron ver al autoagresor en potencia y, junto a efectivos de seguridad, evitaron un desenlace fatal.
Aunque la muerte por suicidio figura claramente como la máxima expresión de la violencia autoinfligida, para los investigadores del Observatorio Venezolano de Violencia en Mérida (OVV Mérida) sería hasta cierto punto irresponsable, desde el punto de vista de las acciones de salud, minimizar el peso que tienen los intentos de suicidio. Para decirlo en palabras llanas, los intentos podrían ser el probable anticipo de cierto número de muertes por lesiones autoinfligidas que, como sociedad, tendríamos que encarar en un futuro cercano. Por lo tanto, si baja la cifra de estas muertes y aumenta la de intentos, de igual modo se debe mantener en lo más alto las banderas de la prevención.
La anterior reflexión surge de la realidad que ilustran las estadísticas de violencia autoinfligida para el estado Mérida, específicamente en el período de cuatro años y medio que va del 2020 a julio de 2024.
Durante ese rango temporal, el OVV Mérida acudió a las diferentes fuentes que el equipo de investigación suele emplear para sustentar buena parte de los estudios que ha desarrollado vinculados al suicidio en esta entidad andina: el monitoreo de las notas que publican los medios de comunicación regionales y los datos, observaciones y puntos de vista de un conjunto de informantes clave. Otras fuentes las constituyen las cifras oficiales públicas y no públicas, y otros documentos tanto nacionales como internacionales.
Bajada discreta, aumento preocupante
Entre 2020 y 2023, el OVV Mérida detectó en esta entidad andina un incremento durante 2020-2022 de las reseñas en los medios y por los informantes clave de casos de presuntas muertes por suicidio, para luego caer un poco hacia 2023, de esta manera se reportaron: 18 (2020), 45 (2021), 55 (2022) y 53 (2023). Por otro lado, los intentos reportados tendieron a caer entre 2020-2022, específicamente 22 (2020), 17 (2021), 12 (2022) hasta llegar al año 2023 a un ascenso alarmante de 33 casos, es decir casi tres veces la cifra de 2022.
Las estadísticas más recientes recabadas por los investigadores, indican que el número de casos de muertes por suicidio reflejados en los medios y por lo informantes sigue tendiendo a la caída, ya que entre enero y julio del presente año 2024 se han registrado 28 casos (en promedio 4 al mes), lo que pronostica que, de seguir en esta tendencia, a final de año se tendrían cerca de 48 hechos registrados.
Pero con los intentos se presenta un caso diametralmente opuesto: aunque entre enero-julio de 2024 también se han registrado 28 casos (en promedio 4 al mes), de continuar esta tendencia, al igual que en los suicidios, a final de año podrían contabilizarse alrededor de 48 hechos de este tipo, con el agravante en este particular que la cifra rebasaría ampliamente los 33 casos del año 2023 y cuadruplicaría los 12 casos de 2022.
Lo que advierten los intentos
En conjunto, sumando los casos de suicidio más los de intento, se tiene que: en 2020 se reportaron 40 hechos en total, 62 en 2021, 67 en 2022, 86 en 2023, y, entre enero-julio del presente año se tendrían 56, lo que se traduciría a final de 2024 de seguir esta propensión, en al menos unos 96 hechos de violencia autoinfligida. Según el informe, “es clara la tendencia al aumento” si se suman ambas formas de violencia autoinfligida.
“Si bien es cierto la primera situación reflejada pareciera ser una buena noticia (es decir, el descenso en el número de casos de suicidios reseñados por los medios e informantes), los intentos son motivo de gran preocupación por varias razones advertidas por los organismos de salud internacional y reveladas en varios estudios”, advirtió el OVV Mérida.
Al respecto, el estudio presentado por los investigadores aclara que una de las razones que justifica la preocupación por los intentos de suicidio es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que por cada persona adulta que se suicida, al menos otras 20 intentan suicidarse. “Esto permite decir que es muy probable que estén aconteciendo muchos más casos de intento de los que se logran documentar”, precisa el OVV Mérida.
La segunda razón es que, por distintos motivos, ni los medios de comunicación ni los informantes clave suelen conocer, manejar o enterarse de todos los casos de suicidios o de sus intentos fallidos. “Estas fuentes exponen de forma limitada los hechos, lo que lleva a presumir la existencia de un subregistro que es difícil cuantificar”, advierte el estudio del OVV, documento en el que se recalca que estas fuentes indirectas no son las naturales para estudiar la violencia autoinfligida; sin embargo, en ausencia de cifras oficiales públicas actualizadas y completas, se recurre a éstas para aproximarse a unos datos relativamente sólidos.
Un tercer aspecto que justifica una renovada atención a los intentos es que tal proceder forma parte de la extensa lista de diferentes factores de riesgo que están asociados a conductas suicidas.
Según la OMS, lo más significativo es que un intento previo de suicidio es la principal variable predictiva individual de muerte por suicidio en la población en general. Lo anterior quiere decir que quienes ya hayan intentado el suicidio corren un riesgo mucho mayor de morir por esta causa, que quienes no lo hayan intentado antes.
En otras palabras, tomando en consideración las explicaciones de la OMS, si no existe ningún tipo de apoyo e intervención en ese conjunto de personas que en Mérida han intentado suicidarse en lo que va de año, esto podría traducirse, lamentablemente, en un tiempo dado, en la consumación de probables suicidios.
Mujeres y jóvenes en ascenso
Sobre los casos de suicidios revisados en el estudio 2020 a julio de 2024, el OVV Mérida destaca que -en cuanto al sexo de las personas involucradas- de los casos conocidos por la sociedad a través de los medios e informantes, como es costumbre, los hombres tienden a presentar los mayores valores. En Mérida, durante 2020-2023, el sexo masculino fluctuó entre 79 y 86% (y las mujeres 14-21%) sobre el total de suicidios documentados. Sin embargo, llama la atención que entre enero-julio de 2024, el valor de los hombres disminuyó a 57,1% subiendo de forma importante el de las mujeres a 42,9%.
Otro dato inquietante se esconde en la variable edad: la cifra de niños y jóvenes que se quitan la vida en el estado Mérida va en aumento desde 2020 y la proyección 2024 mantiene esa tendencia.
En efecto, los niños/niñas (0 a 11 años), adolescentes (12 a 17 años) y jóvenes (18 a 24 años) merideños, paulatinamente vienen tomando mayor cuantía dentro del número total de casos conocidos. En 2020 en conjunto concentraron 4 casos, 8 en 2021, 9 en 2022 y 15 en 2023. Durante enero-julio 2024, en Mérida el OVV ha registrado 11 casos, tendencia que, si se mantiene, llevaría a cerrar el año probablemente con más de 18 suicidios en estos grupos etarios vulnerables, continuando la propensión de ascenso detectada desde 2020.
Cifras oficiales, no públicas
Las estadísticas oficiales no públicas más recientes conocidas en el estado Mérida (2019-2021 y 2023), provienen de Corposalud Mérida, ente según el cual en la entidad se presentaron 61 casos de muerte por suicidio comprobadas en 2019, 30 (2020), 11 (2021) y 32 (2023). Los investigadores advierten que “la base de datos del 2021 y 2023 se encuentran muy incompletas en sus registros y surgen algunas dudas -aunque en menor medida- en el mismo sentido con el 2020, mientras que al año 2022 no se tuvo acceso”.
A la anterior aclaratoria, el OVV suma otra: “cuando en las cifras oficiales no públicas se revisa la categoría de Muertes de Intención No Determinada (MIND), en la que suelen quedar ‘ocultos’ casos de presuntos suicidios, se obtiene que en 2019 las MIND resultaron ser 133 casos, mientras que en 2020 se registraron 127, y, en 2021 sólo 25. Para el año 2023 no se contó con ese dato para corregir el número de casos”.
Apelando a procedimientos matemáticos de corrección, el OVV Mérida logró estimar que, en los años 2019 y 2020 -que son los más completos en cifras- el número de casos probables que ocurrieron en Mérida resultaron ser de 118 y 76, respectivamente. Por otro lado, tomando en cuenta otras cifras oficiales no públicas, provenientes de expedientes policiales, y aplicando modelos estadísticos ARIMA de mejor ajuste a la serie de datos disponible, para los años 2021-2023, se estima que en Mérida ocurrieron unos 171 casos de suicidios en 2021, 142 en 2022 y 146 en 2023. “Estos números probablemente se aproximen más a la realidad imperante en la entidad”, subrayan los investigadores.
En definitiva, el OVV Mérida estima que para los años donde se cuentan con datos más completos, los cálculos muestran que es muy probable que en esta entidad andina anualmente hayan ocurrido más de 100 casos de muertes por suicidio. En el caso de los intentos no resultó posible su estimación por cifras oficiales no públicas, puesto que las instituciones aludidas no registran este tipo de casos. / Prensa OVV Mérida