Ovioldazos | EL DIA EN QUE LOS VENEZOLANOS DEJAMOS DE SER COLOMBIANOS | Por Mauro Rangel Oviol

Por: Mauro Rangel Oviol

En la Provincia de Trujillo, a los XXX días del mes de IV del año del Señor Jesús de Nazareth de MMXXIII.

Uno de los episodios históricos republicanos menos comprendidos por su inocultable manipulación e injustamente estigmatizados por la historia oficial, (dogma Bolivariano; el de Lecuna y el de Chávez), es el movimiento separatista y restaurador conocido como la Cosiata o despectivamente como la «Revolución de los Morrocoyes», que constituye el antecedente más importante para la reconquista de nuestra República fenecida el 17 de Septiembre de 1819 con el Congreso de Angostura y que cesa el 22 de Septiembre de 1830 cuando de nuevo los Venezolanos nos volvemos a independizar, está vez de Bogotá, y restauramos la República de Venezuela con el Congreso Constituyente de Valencia.

¿Pero porqué las distintas élites toman la decisión de separarse e independizarse de Colombia la grande?; a decir del historiador Elías Pino Iturrieta: «(…)el sueño grancolombiano de Bolívar fue una república de papel, nacida en la imprenta de un periódico, una quimera personal precedida de mucha propaganda; no surgió de necesidades impuestas por la historia ni de auténticos reclamos de dos comunidades que quisieran integrarse para ser una sola(…)»; de igual acompañando a Pino Iturrieta, cabe  destacar que la geografía, las costumbres y las realidades nos separaban, los Venezolanos no nos sentíamos Neogranadinos ( hoy Colombianos) y éllos tampoco nos querían.

¿Pero qué incitó la rebelión de las municipalidades Venezolanas?; la historia nos indica que el Vice Presidente Francisco de Paula Santander, decide separar del cargo al Intendente del Departamento de Venezuela, a lo que fuimos reducidos, que no era otro que el gran Centauro de los Llanos y héroe de Carabobo José Antonio Paez y le ordenan ir a Bogotá;  esto no gustó a los Venezolanos fue la «gota que derramó el vaso», entonces estalla un proceso de las municipalidades, iniciado por el Concejo Municipal de Valencia el 30 de Abril de 1826 ( hoy hace 196 años) que decide nombrar al General  Páez como Jefe Civil y Militar de Venezuela desconociendo al gobierno de Bogotá y al Neogranadino Santander; se inician 4 largos años de un proceso separatista, acto seguido el Concejo Municipal de Maracay se adhiere al de Valencia, le siguen el de Puerto Cabello y luego el Concejo Municipal de Caracas y finalmente la mayoría de los Concejos Municipales del Departamento de Venezuela se adhieren a la rebelión contra el poder Centralista de Bogotá, no fue entonces, como han despotricado, el puro personalismo e intereses de Paez lo que encendió la mecha.

Es cierto que los Venezolanos de 1819 acompañaron en un principio la propuesta de Bolívar de una Confederación de pueblos del Sur al estilo de las Colonias Americanas del norte (Gringas), pero se desencantan  casi de inmediato por los términos en que quedó promulgada  la Constitución de Cúcuta o Constitución de la «Gran Colombia» el 12 de julio de 1821, el pueblo venezolano que tanto había luchado por la independencia de Venezuela y el resto de América se sentía desplazado por como quedó estructurado el sistema político de la supuesta Confederacion, era el sentimiento que recogían los distintos periódicos de la época; molestos con la decisión de Simón Bolívar de colocar a Bogotá como capital y no a Caracas, pero quizá lo que más frustró a las distintos cantones del Departamento de Venezuela era la escogencia de un sistema centralista, propuesta de Bolivar en vez de uno federal que diera cierta autonomía a los Departamentos como proponía el Procer Civil e ideólogo de la Independencia Juan Germán Roscio al estilo norteamericano, centralismo extremo que privilegiaba a Bogotá entre otros puntos; fueron temas de grandes discusiones y disgustos, que expresa las razones y sentimientos de los venezolanos de entonces para dejar de ser colombianos, y que encarnan en el héroe de Carabobo General Paez el liderazgo de ese descontento, tan iguales o parecidas a las que albergaban los mismos Neogranadinos, Ecuatorianos, y Bolivianos tuvieron para separarse de sus vecinos en la búsqueda de su propio destino.

Durante 11 años fuimos forzados a ser Colombianos, el Bolivarianismo de Lecuna y el Bolivarianismo de Chávez han falseado la historia haciendo creer a las generaciones postreras que el gran anhelo de los Suramericanos era por una «patria grande» que fue traicionada por los intereses mezquinos de José Antonio Paez; los pueblos de Venezuela,  Nueva Granada( hoy Colombia), Ecuatorianos y Bolivianos, y dado el respeto, la admiración, al peso personal y moral que representaba Simón Bolívar, accedieron reticentes en principio ser parte de esa quimera, aunado, innegablemente, por el control hegemónico militar del Ejército Libertador por parte de Bolívar, que lo lleva incluso a imponer la Dictadura en Colombia para hacer valer su Gobierno ( Gran Colombia), frente incluso a los Neogranadinos que no querian su mando por ser éste Caraqueño.

Pero la realidad aplasta el sueño de Bolívar,  finalmente éste se convence de que los distintos Departamentos, incluso el Departamento de Nueva Granada ( hoy Colombia) aún con el hecho de ser beneficiados por el centralismo Bogotano, no quieren ser parte de ese «sueño a juro» del Libertador; Bolivar resignado asume así su famoso «uti possidetis iuris», y es como el 22 de Septiembre de 1830 los Venezolanos logramos restaurar la República de Venezuela recobrando nuestro gentilicio e Independencia. y dejamos de ser Colombianos,

Todos los Venezolanos le estaremos eternamente agradecidos a Bolívar por su esfuerzo, por su determinación, por su sacrificio en su participación estelar en la Independencia de Venezuela de la Corona Española; los personajes historicos se componen de éxitos y humanamente de  fracasos, el «sueño» de una Confederación Americana del Sur no fue posible por disímiles razones ya explicadas, ahora bien descargar en el Procer de Carabobo José Antonio Paez la causa del fracaso de la confederación es desconocer la realidad histórica, económica, social, política de la época y pecar de injustos con un héroe como Paez que al igual que muchos Suramericanos, no creyeron en esa fantasía, no por mezquindad sino por la interpretación objetiva de su realidad.

mauroviol@gmail.com

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