Otra Navidad más de escasez, inseguridad, precariedad, desolación y muerte. Otra Navidad en la que los venezolanos no tenemos nada que celebrar y mucho que lamentar. Otra Navidad sin hallacas, sin pernil, ni pan de jamón. Otra Navidad sin luces, aguinaldos ni celebraciones. Otra Navidad sin Niño Jesús. Ya nada de “si la Virgen fuera andina y San José de los Llanos” porque los andinos están mal y los llaneros, peor.
Otra Navidad más con Maduro en el poder, destrozando lo que queda de país. Otra Navidad más llena de ilegalidad por todas partes. Otra Navidad llena de escándalos por los que ya nadie se escandaliza. Otra Navidad saqueando las pocas industrias y los pocos comercios que apenas subsisten. Otra Navidad en la que los ladrones más ladrones celebran el saqueo de Venezuela. Porque eso sí, ellos celebran. Comen bien (para muestra hay bastantes botones), se visten con ropa de firma (también hay muchos botones y botonas), viajan en primera (más botones y más botonas), llevan a sus niños a Disney (World, Landia o Euro y hasta Japón), porque no hay cosa que le guste más a un comunista enriquecido que Mickey Mouse.
Otra Navidad más con la familia desintegrada por todo el mundo. Otra Navidad más con las casas vacías, con los frugales puestos en las mesas vacíos, llenos quizás con lo que dio para comprar las remesas que de afuera enviaron. Otra Navidad más extrañando estar en Venezuela y llorando al escuchar la canción “Ven a mi casa esta Navidad”, que hace años nos parecía tan lejana y tan ajena y ahora es tan real que parece venezolana.
Otra Navidad más pidiendo al cielo salir de esto. Otra Navidad más en la que las esperanzas se hacen menos. Otra Navidad en la que las risas dieron paso a las lágrimas. Otra Navidad donde en vez de reflexionar se maldice. Donde la compañía es ahora soledad. Donde el país se volvió una caja de Pandora, sin esperanza en el fondo de la caja…
Otra Navidad que no parece Navidad. La Navidad de la Venezuela madurista es la No-vidad, porque es la negación de todo lo que habíamos vivido como Navidad.
Es una Navidad más, pero también es una Navidad menos. A todo cochino le llega su sábado y éstos de aquí no serán la excepción. Esperando que el año que viene ya no tengamos que decir “¡otra Navidad más”! les deseo paz, salud y armonía.
@cjaimesb