Luis «El Teacher» Cárdenas. La tarde de este martes 25 de mayo se ha oscurecido más temprano de lo normal, ensombrecida por la triste partida física del entrenador vigiense Oscar Ortega, quien partió ante la presencia de Dios, dejando un profundo vacío en el boxeo vigiense y merideño, donde es una leyenda indiscutida. Con él se van grandes anécdotas y recuerdos de un pasado muy rico y glorioso del boxeo y deporte vigiense.
José Oscar Ortega nació en Tovar el 27 de octubre de 1949, pero desde los dos años y hasta este martes se radicó en El Vigía, donde hizo toda su carrera deportiva a lo largo de casi seis décadas, convirtiéndose en el formador de dos campeones mundiales como Edwin «El Inca» Valero (+) y Jose «Bolivita» Uzcategui, así como de otros grandes boxeadores, a los que les instruyó en sus primeros pasos para que luego fueran campeones nacionales y selecciones de Venezuela en competencias mundiales y olímpicas.
Luego de una buena carrera amateur, donde llegó a dejar foja de 76-2, con 40 nocauts, se lanzó al profesional, donde también tuvo un excelente registro de 12-1, pero un accidente que le dejó 35 puntos de sutura le hicieron abandonar la carrera de atleta temprano a los 21 años y desde ahí dedicarse por 50 almanaque a formar grandes campeones. Sus mejores años llegaron como entrenador, donde superó todos los obstáculos para llegar a la selección de Venezuela y recorrer varios países representando el gentilicio andino y dejando su propia huella.
Sentarse a hablar con Oscar Ortega era un lujo inmenso, no solo por su admirable carrera deportiva que no ha sido reconocida tanto en vida como debía, aunque uno de los gimnasios que forma parte del Complejo Deportivo Carlos Maya en El Vigía lleva su nombre, a pesar de ese una instalación de usos múltiples que no tiene nada que ver con el pugilismo. Sus anécdotas propias y extrañas, sus cuentos y jocosidad eran de primer nivel, para alegrarse uno el momento y recordar un poco esa gran historia de nuestro deporte, que bien le hace falta su salón de la fama, su espacio para que las nuevas generaciones conozcan la historia rica de esos grandes personajes, que como Ortega viven en estos momentos en el olvido, sin que los nuevos valores tengan ni la remota idea de lo que ellos representaron en sus épocas.
Profundo dolor y vacío deja sinceramente la partida de Oscar Ortega, un gran amigo, formador, quien pese a sufrir un accidente cardiovascular (ACV) no dejó a un lado sus conocimientos y siempre los tuvo al servicio de los nuevos talentos, siempre con la esperanza de convertirlos en grandes campeones. El cielo gana un extraordinario entrenador y humor con tan pintoresco personaje.
«El boxeo es mi vida, todos los entrenadores que hacen vida en el boxeo merideño fueron formados por mí», decía Ortega en el 2016, en un trabajo especial que le hizo este servidor y Diario de Los Andes en impreso, como homenaje en reconocimiento a su grandiosa labor de este icono del deporte merideño. Adiós maestro de maestros, que su alma consiga el descanso eterno y que su recuerdo se mantenga vivo por generaciones.