El Cairo, 12 abr (EFE).- Los musulmanes de Oriente Medio inician este martes su segundo Ramadán marcado por el coronavirus con restricciones en general menos drásticas que las de 2020, que sin embargo les obligan de nuevo a celebrar su mes sagrado de una manera menos social.
Cada Gobierno árabe ha preparado una batería de medidas para evitar la propagación de la covid-19, en una región que atraviesa una situación sanitaria complicada y los contagios que se han disparado en diferentes países en las pasadas semanas.
A diferencia del año pasado, las mezquitas estarán abiertas para los rezos en casi todos los países, aunque con algunas limitaciones, pero se vuelven a prohibir las comidas comunitarias con las que se rompe el ayuno diurno y las llamadas «mesas de caridad» para evitar aglomeraciones.
También se imponen toques de queda en varias naciones árabes, poniendo coto a las animadas noches de Ramadán.
Una novedad es que en algunos países del golfo Pérsico, en que los que la campaña de vacunación está más avanzada como Baréin y Emiratos Árabes Unidos, los inmunizados tendrán privilegios a la hora de rezar en las mezquitas.
PRIVILEGIOS PARA VACUNADOS
En Arabia Saudí la entrada a los dos lugares más sagrados del islam, La Meca y Medina, no estará vetada como el año pasado a los no residentes en el reino, pero el acceso a sus dos principales mezquitas se ha restringido a personas que demuestren estar vacunadas contra la covid-19.
En ambos templos, dotados con cámaras de control de temperatura en todas sus puertas y con todo su personal vacunado, también estará permitido el Tarawih, un prolongado rezo nocturno que se realiza después de romper el ayuno al atardecer con recitaciones del Corán.
Además, se mantiene durante el Ramadán el veto de entrada para los ciudadanos de 20 países árabes, occidentales y asiáticos vigente desde noviembre.
En Baréin, uno de los países del mundo donde más avanzada está la vacunación, el Tarawih estará limitado a quienes se hayan inmunizado y las mezquitas deberán cerrarse una vez terminada esta oración, de especial significado religioso.
MEZQUITAS ABIERTAS PERO CON LÍMITES
No obstante, en la mayoría de los países las autoridades sí permitirán este año que las mezquitas estén abiertas para las cinco oraciones del día, además del tradicional Tarawih.
Catar y el sultanato de Omán prohibirán este rezo más largo y Emiratos Árabes Unidos cerrará los templos inmediatamente después de el para que nadie esté por las noches en las mezquitas, algo que era habitual durante el Ramadán.
También en Egipto permitirán este año las oraciones en las mezquitas, pero con el compromiso de reducir las del Tarawih para que no sobrepasen la media hora de duración.
Y en el Líbano, el aforo en los lugares de culto no podrá superar el 30 % durante el Ramadán y las autoridades han pedido a los líderes religiosos que implementen «estrictas» medidas durante los rezos y que urjan a los fieles a adherirse a las normas establecidas.
PROHIBIDO «DESAYUNAR» EN LA CALLE
Con el objetivo de evitar reuniones numerosas, una de las tradiciones del Ramadán que este año también se verá muy limitada es el «iftar» (desayuno), que se realiza al caer el sol para romper el ayuno y que se suele llevar a cabo de forma comunitaria.
En casi todos los países se prohíbe la instalación de mesas o carpas en al vía pública o en mezquitas, que acostumbran a poner particulares, comercios o instituciones caritativas para ofrecer ese desayuno a las personas sin recursos.
Esta es una de las tradiciones más arraigadas del Ramadán, un mes en el que los musulmanes ayunan durante el día precisamente para solidarizarse con los que menos tienen y cumplen otros actos de caridad.
El Líbano es el único país donde las organizaciones benéficas sí podrán poner sus «mesas de misericordia».
En Emiratos Árabes Unidos, el vicepresidente del país y gobernante del emirato de Dubái, Mohamed bin Rashid, financiará 10 millones de comidas para que los más necesitados en todo Oriente Medio reciban el «iftar» gratis durante este Ramadán.
TOQUES DE QUEDA
Varios países imponen toques de queda durante estas fechas, dadas a las reuniones sociales y celebraciones en familia, o modifican los que ya tienen en vigor como medida preventiva.
En Jordania, que está saliendo de una angustiosa segunda ola, el toque de queda será total los viernes y parcial entre semana de seis de la mañana a seis de la tarde.
Mientras, en el Líbano, otro de los países con los servicios sanitarios más saturados, será desde las nueve y media de la noche a las cinco de la mañana.
Por lo contrario, Egipto atrasará a partir del próximo fin de semana los horarios de cierre de tiendas y restaurantes, que en las noches de Ramadán suelen llenarse de personas que hacen compras y esperan la llegada del «suhur», última comida antes de la salida del sol.
En Siria se han adoptado otra serie de medidas más generales como la reducción del 20 % de la jornada laboral y el cierre de universidades e institutos, el fin del curso escolar para algunos niveles de educación primaria y la enseñanza a distancia para los demás.
Pablo Pérez