El venidero mes de octubre, sábado 19 será la ordenación de nuevos diáconos en el templo San Juan Bautista de Valera, actividad religiosa que estará a cargo del obispo diocesano de Trujillo, monseñor Oswaldo Azuaje
El sábado 19 de octubre está prevista la ordenación de nuevos diáconos en el templo San Juan Bautista de Valera, actividad religiosa que estará a cargo del obispo diocesano de Trujillo monseñor Oswaldo Azuaje, estando entre ellos, el joven Johan Rivero Mogollón, natural de Valera, pero residenciado desde hace 10 años en Betijoque, donde ha venido ejerciendo su vocación al sacerdocio, al lado del presbítero Gerardo Moreno, en la parroquia San Juan Bautista de la tierra, cuna de santos y sabios.
Johan Rivero Mogollón ha pasado por varios de ciclos de formación que responden a su vocación sacerdotal, entre estos formación filosófica en el seminario Sagrado Corazón de Jesús de la ciudad de Trujillo por espacio de 3 años; se añade a esto un diplomado de Suficiencia Teológica en el Instituto de Ciencias Religiosas, Icire, por dos años, templo Espíritu Santo de Plata III de Valera, en octubre del 2017.
El 24 de febrero del 2019 fue instituido acólito, en el templo San Pedro de Valera, recibiendo el grado en el templo San José de la urbe de las 7 Colinas, que lo lleva ahora a la ordenación de diácono el próximo 19 de octubre del presente año, estando previsto oficie la primera misa ya con el grado que le otorga la iglesia a través del señor obispo diocesano, Oswaldo Azuaje, el 20 de octubre en horas de la tarde en el templo San Juan Bautista de Betijoque.
El nuevo diácono de la Iglesia católica nació en la ciudad de Valera el 22 de marzo de 1983, habiendo contraído matrimonio en Betijoque hace tres meses, donde reside en la actualidad.
Lo que le está permitido a los diáconos
A los diáconos que se ven en las misas ayudando a los sacerdotes o al obispo, más que todo en actividades especiales, les está permitido proclamar el evangelio a través de la lectura del mismo en el templo; celebrar bautizos, matrimonios, bendecir el agua así como celebrar la ceremonia religiosa que se acostumbra impartir a los difuntos, conocida como exequias.
Lo que no le está permitido
No se les permite a los diáconos, confesar ni otorgar absoluciones, tampoco pueden dar la unción de los enfermos que consiste en ungir -aplicar los santos óleos- con aceite a la persona cristiana que está próxima a morir.