Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)
Algunos autores denominan ‘Ley de Pangloss’ a la concepción de un optimismo exagerado e injustificado sobre todo lo que sucede, y ‘Ley de Murphy’ a la concepción de un pesimismo exagerado (1).
En efecto, el filósofo alemán G.W. Leibniz (1646-1716) en su obra ‘Teodicea’ (1710) dice: “Se puede decir que si este no fuera el mejor de los mundos posibles, Dios no hubiera creado ningún mundo” (Libro 1, sección 8).
El gran escritor francés Voltaire (1694-1778), publicó obras satíricas geniales y en su obra ‘Cándido o el Optimismo’ (1759) se mofa de ese optimismo exagerado de Leibniz.
En toda su narración Voltaire ironiza sobre tal concepción tan optimista.
El Dr. Pangloss es el preceptor de Cándido y le dice: “Es evidentísimo que las cosas no pueden ser de otro modo; porque habiendo sido todo formado para un fin, todo es necesariamente para el mejor de los fines. Fijaos bien en que las narices se hicieron para llevar anteojos; por eso llevamos anteojos. Las piernas a todas luces se hicieron para ponerles calzas; y por eso nos ponemos calzones. Las piedras han sido formadas para que los hombres las labrasen y con ellas hicieran castillos; por eso su señoría tiene un magnífico castillo: el principal barón de la provincia ha de ser quien tenga el mejor alojamiento. Los cerdos nacieron para ser comidos; por eso comemos tocino todo el año. Por consiguiente, los que han dicho que todo está bien han dicho una solemne tontería; debieron decir que todo está lo mejor posible” (Cap. 1).
En la obra el Dr. Pangloss y Cándido sufren terribles desgracias, pero Pangloss dice: “todo es indispensable; las desgracias particulares forman el bienestar general, de modo que cuanto más desdichas particulares hay, tanto mejor para el todo” (Cap. 4). En la vida real el 1 de noviembre de 1755 hubo un fuerte terremoto en Lisboa en el que perecieron unas 30.000 personas. En la obra el Dr. Pangloss y Cándido sufren el terrible terremoto y hay muchas víctimas, pero Pangloss consuela a los sobrevivientes malheridos diciendo: “las cosas no podían ser de otro modo; porque si hay un volcán en Lisboa, no podía estar en otra parte; porque es imposible que las cosas no estén donde están; porque todo está lo mejor que puede estar” (Cap. 5).
Por eso el término ‘Panglossismo’ se emplea para designar una concepción según la cual todo lo que sucede es lo mejor que puede suceder.
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) dice algo parecido en su obra: ‘Ecce homo’ (‘Ahí tenéis al hombre’) escrita en 1888 y publicada en 1908. En la sección titulada: ‘Por qué soy tan sabio’ dice: “Mi fórmula para expresar la grandeza del hombre es ‘amor fati’ ; el no querer que nada sea distinto, ni en el pasado, ni en el futuro, ni por toda la eternidad” (final de sección 10). (2)…El término ‘amor fati’ se puede expresar como ‘amor a todo lo que suceda’ o ‘amor a todos los hechos que ocurran’.
Esto de ‘amor fati’ lo repite en la sección 1041 de su obra: ‘La Voluntad de Poder’ escrita entre 1883 y 1888 (3).
Nietzsche fue un autor muy contradictorio. Porque hizo planteamientos muy buenos, pero también hizo otros que no hay manera de aceptarlos. El autor germano norteamericano Erich Fromm (1900-1980) en su obra: ‘Man for Himself’ (‘El Hombre para sí mismo’) publicada en 1949 destaca una serie de planteamientos extraordinarios de Nietzsche. Pero como muy bien señala el filósofo francés Luc Ferry (nac. 1951), en su obra: ‘Una Breve Historia del Pensamiento’ (2011), eso de ‘amor fati’, que es similar a lo que planteaban los antiguos filósofos estoicos y el budismo, es algo inaceptable, porque si tenemos que ‘amar todo lo que ocurra’, entonces nos induce a: “amar a los torturadores” (4). Podríamos ampliar lo que dice Ferry y decir que según el ‘amor fati’ deberíamos amar a los pederastas y criminales sádicos etc.,etc…Obviamente Luc Ferry hace una crítica demoledora y contundente al ‘amor fati’.
En el extremo opuesto del ‘Optimismo Panglossiano’, está la llamada ‘Ley de Murphy’ según la cual: “Si algo malo puede pasar, entonces pasará”. Esta ley se atribuye al Capitán norteamericano Edward A. Murphy (1918-1990), que era ingeniero aeroespacial y la enunció de manera parecida en 1949 (5). Esta concepción pesimista es totalmente opuesta al Panglossismo.
No obstante, las investigaciones en psicología han evidenciado que el humano tiende a dar más importancia a las amenazas (reales o supuestas) que a las experiencias agradables (6). La posible explicación de esta tendencia a la negatividad probablemente sea de tipo biológica evolutiva. En efecto, el cerebro del humano es el resultado de un largo proceso evolutivo y nuestros antepasados homininos, es decir, primates que se desplazaban con una postura bípeda y erguida, vivieron en África y la vida que llevaban estaba expuesta a muchísimos peligros: depredadores, serpientes venenosas, enfrentamientos con otras bandas rivales, etc. Entonces desde un punto de vista de la Selección Natural Darwiniana, aquellos antepasados que vivían pendientes de los peligros tenían más probabilidades de sobrevivir y reproducirse que aquellos que subestimaban los peligros. Por supuesto esa tendencia a la negatividad ocasionaba un gran estrés y angustia, lo cual causaba desdicha y es un legado evolutivo que todavía tenemos. Pero de manera metafórica podríamos decir que a la evolución le importaba un comino si nuestros ancestros eran dichosos o desdichados, porque lo único que se seleccionaba favorablemente era la capacidad de transmitir los genes a la siguiente generación, y los individuos que vivían en alerta permanente tenían más probabilidad de sobrevivir y reproducirse.
En conclusión, tanto el ‘Panglossismo’ como la ‘Ley de Murphy’ son concepciones extremas equivocadas, pero muchas veces es más prudente y realista tener algo de negatividad y asumir las debidas precauciones. Porque el extremo Panglossiano conduce a desdichas mucho peores.
NOTAS: (1) Pags. 232-233 en Richard Dawkins (2011) ‘The Magic of Reality’. Bantam Press (2) Pag. 243 en Walter Kaufmann ‘Nietzsche Philosopher, Psychologist, Antichrist’. Princeton University Press (1974). Foreword by Alexander Nehamas (2013). También Página 54 en Friedrich Nietzsche ‘Ecce homo’. Introducción y notas de Andrés Sánchez Pascual. Alianza Editorial (1979). (3) Pag. 536 en Friedrich Nietzsche ‘The Will to Power’. Translated by Walter Kaufmann and R.J. Hollingdale. Edited by Walter Kaufmann (1967). Vintage Books. (4) Pag. 194 en Luc Ferry (2011) ‘A Brief History of Thought. A Philosophical Guide to Living’. HarperPerennial. (5) Pag. 647 en ‘The Oxford Dictionary of Quotations’. Oxford Univ. Press (2001). (6) Pags. 28-31 en Jonathan Haidt (2006) ‘The Happiness Hypothesis’. Basic Books.