Los cielos de Torococo y de los llanos de Monay se pintaron de colores en días pasados con el despliegue de las alas de los parapentes de los concursantes en la competencia “Open Trujillo”, un evento que reúne los mejores deportistas de este género, en una competencia de calibre internacional.
Hace unos años llegaron a ser más de 100 hombres y mujeres venidos de muchos lugares de Venezuela y del mundo; esta vez llegaron unos 40, la mayoría del país, pero con la presencia de un deportista que vino del lejano Macao, uno de Australia, uno de España, otro de la ciudad docta de Argentina: Córdoba, un boliviano que vive en Venezuela y un venezolano que vive en Nicaragua. Debieron haber venido más del exterior, dada la fama de buen lugar para volar, pero la prudencia pudo más que las ganas competitivas.
Todos quedaron encantados por la calidad del lugar para volar, la amabilidad de los lugareños y la impecable organización. La verdad es que fue un gran espectáculo ver tantos parapentistas surcando las alturas de Torococo, Mitón, Chejendé y los llanos de Monay, y el gentío viendo los despegues y mirando al cielo los suaves desplazamientos y algunas atrevidas maniobras de los expertos voladores. Niños y niñas en primera fila, luego los numerosos muchachos y gente mayor de las cercanías, de Trujillo, de Valera y otros centros poblados, que se acercaron durante el primer día de prácticas y los cuatro de competencia.
Es ya tradición que cuando uno de ellos caen fuera del sitio de llegada, en cualquier potrero o cañaveral, sobra quien acuda en su ayuda, lo lleve a su casa y le obsequie un cafecito, y hasta una exquisita arepa rellena. Y todo el equipo organizador y el personal de apoyo es de por aquí, los hoteles donde se hospedan, los sitios donde comen y hasta las parrandas que se improvisan luego de la jornada en los lugares de aterrizaje, que en diversos años han venido cambiando, pues existen varios sitios que combinan amable atención, buen ambiente y un agradable paisaje natural.
Ese equipo organizador de modesto tamaño se multiplica gracias el generoso apoyo que reciben de la comunidad, de empresas patrocinantes, de los medios de comunicación y de las autoridades locales y regionales, que saben apreciar el aporte de este evento anual al conocimiento de las virtudes del Estado Trujillo para el turismo de aventura y para este tipo de deporte, la escalada, el senderismo y el andinismo.
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