ONU: ¿‘preocupación’ por problemas impostergables en aras de la evolución humana? | Por: Luis A. Villarreal P.  

 

Luis A. Villarreal P.

Aún fresca en la mente de muchos esa semana de diplomacia mundial, abordando temas tan cruciales y complejos como realmente esquivos del tratamiento oportunamente deseado: previsiones sobre la Agenda 2030, Inteligencia Artificial, Cambio Climático, Multilateralismo, Empresas vs. Estado, Desarrollo Sostenible vs. Corrupción; etcétera, etcétera.

La mención de Venezuela en la 79ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, pone de manifiesto una vez más la magnitud del problema venezolano; al tratarse ya no del flanco democrático del orbe donde convive el campante  autoritarismo en detrimento de todo lo aspirado en términos de libertad, progreso y bienestar; sino de la médula misma —en opinión de muchos— representada en los requerimientos de todo lo sometido a consideración y lo acordado en las disímiles resoluciones de la hoja histórica de la ONU.

Líderes de marcadas y diferentes tendencias —ideológicas, económicas y geopolíticas— más allá del saludo a la bandera y del interés de destacar su propia figuración, han acudido a la Asamblea General dispuestos a dejar constancia de sus inclinaciones y prioridades, tratando de sacudir al órgano mundial de naciones en relación a temas preocupantes e impostergables

Los esfuerzos por la Paz han quedado eclipsados por otras ‘prioridades’ aún cuando la seguridad del orbe es la principal función de la ONU

La invasión Rusa a Ucrania, por parte de una troika prepotente y fascista creída de ostentar el derecho de alinear el mundo según su conveniencia; la agresión contra Israel, a manos de Hamás y Hezbolá enarbolando el terrorismo, entroncados con Irán en un arrebato antisemita-antisionista, impulsado bajo afinidad islámica, destacándose cual provocadores de una guerra rayando en abierto genocidio sobre Palestina y Líbano. Representan el reto más acuciante de la ONU.

Viéndose a Israel como el Estado realmente más vulnerable y amenazado, obligado está entonces a actuar en su legítima defensa, a evitar su propia desaparición. Hacia él se enfilan toda clase de animadversiones y rechazos dentro del mundo árabe y persa —y pro islámico— quienes mayoritariamente tienen jurada su liquidación. El asedio y ataques bélicos recientes de Irán para salvar sus brazos terroristas ejecutores, obliga reiteradamente al Estado judío a incursionar en una guerra de impredecibles proporciones, a la cual estamos siendo arrastrados

La grosera e infeliz invasión a Ucrania, ha venido a ser el andrajo perfil de quienes mantienen al pueblo ruso bajo dominación; un grupo diabólico atornillado per se en el poder, dispuesto a seguir chantajeando a países vecinos y al mundo libre con su poderío energético-nuclear. Sembrando el peligroso precedente de irrespeto a la soberanía de las naciones, de envalentonamiento y alineación de las castas autoritarias contra la libertad y su sistema predilecto: la democracia.

Ambos problemas —ruso-ucraniano, persa y árabe-israelí— han ido encrespando posiciones, sin duda mucho más álgidas, por considerarlos posibles detonantes de una conflagración irresponsable; con armas estratégicas dispuestas a causar el mayor daño planetario. Es decir, a la vida tal cual la conocemos y disfrutamos. El ‘liderazgo’ de la muerte, prosigue con sus psicópatas intenciones, bajo excusas absolutamente repudiables

Tan terrible panorama se supone necesariamente apocalíptico por cuanto, sencillamente, el historial humano ha demostrado no conformarse con vivir bajo el imperio del mal. Esto siempre ha puesto en alerta al bien, ahora preparándose para imponerse y reivindicarse, aun a costa de cualquier riesgo y postrero sacrificio.

79ª Asamblea General de la ONU

 

Venezuela ha salido

a relucir en Naciones Unidas.

Sin programa previsto,

la usual declarativa

de mandatarios la puso en la mira

 

y al lado de problemas

contingentes del gran foro global:

Las retrógradas guerras

socavando la paz

desde Oriente Medio y Europa

                                        [Oriental.

 

Antisemitas contra

Israel y Rusia versus Ucrania,

generan la zozobra

ya generalizada

ante una guerra nuclear que avanza.

 

Ideologizada

la ONU, que si actúa poco resuelve:

Globales amenazas

nos tienen de rehenes,

¡democracias en vilo y sin dolientes!

 

                                             L A V P

 

La fundación de la ONU obedece a la preservación de la Paz desde las postrimerías de la Liga de las Naciones propuesta por artífices del pacifismo con Woodrow Wilson a la cabeza —como 28° presidente de EEUU— en base a la nefasta experiencia de la Primera Guerra Mundial.

Pero, cómo hacer, si en la Comisión de Derechos Humanos se integra a países precisamente cuestionados por violación a los mismos. Cómo proceder si en el seno del organismo se reconocen gobiernos dictatoriales, causantes de crisis humanitaria.

Qué esperamos si en el Consejo de Seguridad gravita la decisión de los cinco, donde cada uno tiene derecho a veto de alguna resolución, aunque haya razones superiores. Cómo enfrentar la postura de una potencia militar perjudicando a otros países. Son preguntas esperando respuesta, pero el esquema procedimental no da para tanto; al punto de encontrarnos ante un organismo parsimonioso, vacilante y con resortes vencidos.

Por ello, las críticas o peticiones han estado realizándose a objeto de propulsar la mejor adecuación de las funciones y potestades del máximo organismo internacional a las circunstancias y contingencias del colectivo de naciones. So pena de una ONU sentenciada a repetir la historia de la Sociedad de Naciones, si no ha de ser garante de la paz en los conflictos mencionados haciéndose duraderos; ni responsable del flagelo del autoritarismo conculcador de libertades y derechos ciudadanos; abriendo de este modo el compás a la urgente instauración de un Nuevo Orden Mundial.

 

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