Obispos y sacerdotes prestan su servicio en la ‘Casa de Paso’

SAN CRISTÓBAL. Los Obispos y un grupo de sacerdotes de la Diócesis de San Cristóbal y Cúcuta, prestaron su servicio en la Casa de Paso Divina Misericordia, como signo de la fraternidad y trabajo conjunto que realizan ambas Iglesias locales en el fronterizo colombo venezolana para atender a los migrantes.

El Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, agradeció a la Diócesis de Cúcuta y a su Obispo,  Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, por seguir sumando esfuerzos para que el milagro de Dios se manifieste en este lugar que atiende a miles de venezolanos diariamente, como una Iglesia sin frontera.

Monseñor Moronta también expresó sentirse orgulloso por el equipo de voluntarios venezolanos que cada día acuden a ayudar a sus hermanos, en la Casa de Paso, ubicada en la Parada, municipio de Villa del Rosario.

Afirmó el Obispo que los cristianos ponen todo en común para que nadie pase necesidades, basándose en el libro de los Hechos de los Apóstoles.  Ante lo cual, invitó a las personas allí reunidas a que ayuden a las personas siempre desde lo que esté dentro de sus posibilidades, entendiendo que todos están en una situación difícil, “siempre hay que ayudar”, señaló.

El Obispo de San Cristóbal, estuvo acompañado por 17 sacerdotes en el servicio, ayudando en la entrega  de los almuerzos que cada día distribuye la ‘Casa de Paso Divina Misericordia’ en la frontera. Y ofreciendo orientaciones espirituales y pastorales  a las personas.

Por su parte, monseñor Víctor Ochoa afirmó que a los hermanos venezolanos se les acoge con cariño, partiendo del principio de la caridad de la Iglesia.  “La fraternidad se fortalece cada vez que se realizan gestos sencillos y desinteresados con los hermanos más necesitados”, afirma el Obispo de Cúcuta.

Estas dos Diócesis siempre han dado ejemplo de hermandad y esta vez, como signo de la solidaridad de la Iglesia, Monseñor Víctor Manuel entregó a cada uno de los 17 sacerdotes venezolanos un mercado, como signo de caridad y del trabajo que como Iglesia se debe realizar para ser testigos de la caridad de Cristo entre los hermanos. Este gesto se suma a las acciones pastorales, materiales y espirituales  que la Diócesis de Cúcuta realiza en favor de los migrantes venezolanos. (Prensa DiócesisSC)

Salir de la versión móvil