Una vez más el obispo de Trujillo, monseñor Oswaldo Azuaje Pérez, se dirigió mediante una carta pastoral a sus diocesanos para animarles, acompañarles y orientarles en medio de la difícil situación que atraviesa la región, tanto por el obligado confinamiento como por los demás problemas sociales que nos agobian. El escrito se publicó el pasado sábado 25 de abril y posteriormente fue difundido por las redes sociales y divulgado por los sacerdotes de diversas maneras para que la palabra orientadora del pastor diocesano llegara sus fieles.
Una realidad ante muchos desafíos
“Nos hemos visto obligados a cerrar las puertas de nuestros templos, temporalmente, para propiciar el distanciamiento social, que evite el contagio del covid-19, sin embargo, no ignoramos la importancia de nuestras grandes celebraciones litúrgicas. Nos hemos unido en oración y celebración por medio del acortamiento de distancias a través de la radio, la televisión y el internet. Cuenten siempre con su Obispo como cabeza y con sus presbíteros. Oren por nosotros pues somos sus servidores” dijo Monseñor Azuaje en el comunicado
Aprovechó el prelado para manifestar la Acción de gracias al Señor Jesucristo muerto y resucitado que dándonos la fuerza de su Espíritu nos ha permitido estrechar fuertes lazos de comunión eclesial. Señaló que “través de la creatividad técnica y la mística de los agentes de medios de comunicación social, surgen nuevas expresiones de evangelización que enriquecen, pero sin sustituir la praxis cercana y palpable de los sacramentos y el encuentro con la comunidad de creyentes. A cada uno de mis sacerdotes y diáconos quiero expresarles mi profunda gratitud por su ejemplar actitud de acompañamiento del pueblo de Dios en este tiempo de la pandemia”.
Al mismo tiempo hizo un apremiante llamado a que los trujillanos seamos cada vez más misericordiosos. Tradicionalmente se consideró a Trujillo como uno de los estados más pobres del país. Por este motivo consideró necesario que asumamos todos, el compromiso de “abrir el corazón al otro con entrañas de misericordia, invitándonos a todos a no renunciar a la posibilidad de compartir alimentos, medicinas y otras cosas en medio de tanta necesidad.
Iglesia discípula misionera
Resaltó monseñor Azuaje que la ausencia de fieles en la celebración eucarística y en las expresiones de piedad popular es temporal y circunstancial. Mientras tanto sugirió que en el marco de la aplicación del Sínodo Diocesano se pongan en práctica diversas iniciativas espirituales,: el Encuentro con la Palabra de Dios en “espíritu y verdad” a través la lectura orante, personal, familiar y comunitaria que nos conduce siempre al encuentro en la Cena del Señor, la Eucaristía; Asimismo a hacer de nuestros hogares una “iglesia doméstica” donde los padres y madres asuman un protagonismo fundamental tanto en el modelar una familia acorde con el plan de Dios, como en el poner las bases para una sociedad nueva que supere los vicios que están a la base de la crisis del país: el materialismo, la corrupción, el irrespeto a la vida, la violencia y el pansexualismo.
Entre las acciones el obispo invitó a su clero y feligreses a retomar los proyectos de renovación del Sínodo Diocesano de Trujillo. Para asumir los nuevos retos pastorales, organizacionales y los medios de comunicación social. También resaltó la prioridad de fortalecer la pastoral de la solidaridad reforzando la pastoral social en todas sus formas: conocimiento de la doctrina social de la Iglesia y fortalecimiento de la solidaridad en las parroquias y comunidades, especialmente a través de la acción de Cáritas diocesana y parroquial
Beatificación de José Gregorio Hernández
Para finalizar, no podía faltar la referencia a la anhelada beatificación del eminente trujillano y Siervo de Dios Dr. José Gregorio Hernández: “El compás de espera de los requeridos pasos de aprobación del presunto milagro será un tiempo de compromiso por establecer los mecanismos para celebrar dignamente la beatificación de nuestro insigne trujillano, nativo de Isnotú. Conformaremos en breve tiempo una comisión que facilite los pasos necesarios para que este acontecimiento de gracia no nos halle desprevenidos. Nuestro Venerable Dr. José Gregorio Hernández es el modelo de santidad para la Venezuela nueva que deseamos.” indicó monseñor Azuaje.